Ana María Ibarra
En la misa de ordenación de seis nuevos sacerdotes el pasado viernes 8 de septiembre, cuando se celebró el 60 aniversario de la diócesis, y después de dirigir sus palabras a los nuevos sacerdotes, don José Guadalupe Torres Campos recordó brevemente y dio gracias a Dios por el caminar de esta Iglesia Diocesana.
Los obispos
Primeramente, monseñor Torres recordó a don Manuel Talamás Camandari, primer obispo de Ciudad Juárez quien, desde 1957 a 1992, guió esta Iglesia particular.
“Don Manuel puso bases sólidas como pastor de esta Iglesia Diocesana. Ha dejado su vida, un tesoro para la diócesis. Damos gracias a Dios por don Manuel, quien seguramente está en el cielo”, expresó el obispo.
Recordó también a don Juan Sandoval Iñiguez, actual cardenal, quien fue, primero obispo coadjutor, para después, de 1992 a 1994, pastorear la diócesis teniendo como obispo emérito a don Manuel.
“Recordemos a don Renato, nuestro obispo emérito, quien de 1994 al 2014, puso su entrega en esta diócesis, y su interés para la formación de sacerdotes en otros lugares. Han sido tres grandes pastores cada uno en su momento han dejado huella para la historia de esta diócesis”, afirmó don Guadalupe.
Tesoros de la Iglesia
El obispo resaltó también el trabajo de los sacerdotes en estos 60 años, tanto diocesanos como religiosos, así como el trabajo de religiosas, religiosos y laicos.
“Muchas congregaciones están en esta diócesis realizando sus distintos apostolados, sus distintos carismas. Quiero agradecer a Dios por la vida consagrada. Queridas religiosas, se les quiere, se les aprecia”, expresó.
“Nuestro laicado, otro tesoro. Todos nuestros laicos generosos, participativo, comprometido. Son valiosísimos para la Iglesia. Agradezco su amor a la Iglesia y los motivo para que sigan evangelizando, sean un laicado misionero. Hay que salir, y ustedes pueden llegar a la maquila, a la escuela. Sigan con ese entusiasmo”, motivó el obispo.
Y dio gracias a Dios también por el Seminario, que este año cumple 54 años como el corazón de la diócesis “como una familia, una casa de formación, la casa de todos”, dijo.
Recuperar la historia
Luego de que los asistentes a esta especial Eucaristía vieron un video sobre la historia de la diócesis, monseñor Torres dijo que siempre es importante para una Iglesia Diocesana, recuperar la memoria de su historia.
“En estos 60 años Dios ha caminado con su pueblo, sigue estando presente en esta historia. Ha sido un caminar en la escucha de Dios. Dios camina con nosotros. Tengamos la certeza de que es Cristo quien nos conduce. Reafirmemos nuestro compromiso de fidelidad y de amor, de entrega hacia un impulso misionero y evangelizador”, invitó el obispo para luego implorar la bendición de Dios para “nuestra amada diócesis”.