Ana María Ibarra
Llenos de devoción, pero también de tristeza, el pasado 10 de agosto fieles de distintas zonas de la ciudad se apostaron en las afueras del templo del Santuario de San Lorenzo para orar y encender veladoras y depositarlas entre las rejas que resguardan el atrio.
Mientras los fieles realizaban sus peticiones y acción de gracias en el exterior, monseñor J. Guadalupe Torres Campos, obispo diocesano, presidió la Eucaristía en honor al diácono mártir, dentro del templo, a las 6 de la tarde.
Ejemplo y testimonio
La celebración presidida por el obispo fue transmitida por Radio Guadalupana para que la comunidad y los devotos de San Lorenzo pudieran participar de ella.
El obispo, quien estuvo acompañado del rector del Santuario, el padre Alfredo Abdo Rohana, pidió la intercesión del llamado patrono de Ciudad Juárez, por la salud de los enfermos, especialmente los enfermos de Covid-19.
“Nos unimos a las intenciones de todos los devotos que siempre se hacen presentes”, dijo el obispo a la vez que recordó en su homilía la importancia del martirio, mismo que padeció San Lorenzo como testimonio de amor pleno a Dios y a Jesús.
“A lo largo de la historia de la Iglesia ha habido muchos mártires. En México murieron muchos. En los primeros siglos de la Iglesia hubo persecuciones y martirios, uno de ellos San Lorenzo”, recordó monseñor Torres.
El obispo señaló que el martirio es un don de Dios, mismo don que le concedió al diácono Lorenzo y al que todo cristiano está llamado y “a ser ese grano que tiene que morir”.
“La sangre, testimonio de los mártires, motivó a muchos a la conversión. Hoy celebramos a San Lorenzo, que nos da ejemplo en tiempos de persecución”, resaltó.
Sin miedo
El obispo motivó a los fieles a cuestionarse de manera personal sobre su fe y la manera en que cada uno la vive. De igual manera los impulsó a no tener miedo de testimoniar.
“Hoy también hay persecuciones y la palabra de Dios y el testimonio de San Lorenzo nos invita a dar testimonio. Testimoniar nuestra fe en familia ahora que convivimos un poco más, verlo como un regalo de Dios”, motivó.
En este tiempo de pandemia, el obispo alentó al personal médico a testimoniar su fe.
“Los mismos enfermos que sufren, que se entristecen, esta es una oportunidad de testimoniar la fe, de vivir la fe con el pensamiento, la palabra, pero también con la vida”.
Exhortados a la entrega
Cabe resaltar que San Lorenzo fue un diácono que fue martirizado y quemado vivo en una parrilla, por lo que es un modelo a seguir de los diáconos.
Cada año, en esta fiesta de San Lorenzo, los diáconos permanentes se reunían para renovar sus promesas diaconales, por lo que el obispo envió un mensaje alentador para ellos y recordó que todo cristiano está llamado a vivir la diaconía.
“Todos estamos llamados a vivir una diaconía. Estamos llamados a la entrega, el servicio, la caridad, entregados a esta comunidad que padece”.
Para finalizar expresó: “Que el Señor nos bendiga, nos fortalezca en la fe por intercesión de San Lorenzo, diácono y mártir, nuestro patrono”.
Monseñor Torres concluyó la celebración con una bendición especial por la solemnidad de ese 10 de agosto tan especial.
Expresiones de los devotos
“Nos sentimos tristes porque acostumbrábamos a venir a rezarle, a pedirle. Venía con mis hijos cada año, presentaba a mi sobrino, a mi nieto. He venido años atrás caminando desde Catedral, pero el doctor ya me lo prohibió. Voy a tratar un día aunque no sea día de San Lorenzo y venir caminando. Se siente triste no poder verlo, no poder sentir la gente, los matachines, la algarabía. Esperemos que todo esto pase pronto.
Silvia Mireles/ Infonavit Juárez Nuevo
“Nos sentimos desconcertados porque es la primera vez que no entramos. Lo que está sucediendo en la actualidad es una pausa en nuestras vidas que, como seres humanos, tenemos que aprender a valorar, hacer conciencia y seguir adelante, más si somos creyentes del amor de de Dios. Somos devotos de San Lorencito, nuestro amigo, y nos sentimos tristes. Me acuerdo en años pasados la gente venía de otros lados de la República Mexicana, de El Paso, Texas. Estar aquí, frente al templo y ante nuestro santo patrono es algo muy especial, aunque nos sentimos tristes porque no es lo mismo”.
Beatriz/ Infonavit Casas Grandes
En este día nos sentimos tristes. Nunca pensamos que pudiera pasar esto en el mundo. Ahora que es día de San Lorencito se nos hace muy triste no poder entrar como siempre a ver las danzas, a la misa. Veníamos caminando en las peregrinaciones que iniciaban en el mercado Juárez. Pedimos que pase todo esto, que todo vuelva a la normalidad, que ya los templos se abran para poder comulgar, sobre todo para estar en comunión con Dios y con la Iglesia. Hacemos una comunión espiritual, pero no hay como recibirlo, es lo que nos mantiene fuertes. Hoy venimos caminando desde Foviste Chamizal, en familia.
Maite Rodríguez/ Fovisste Chamizal
“Desde que me acuerdo venía caminando desde la casa en la colonia Melchor Ocampo. Se extraña la feria, el oír a los matachines, se siente tristeza, nostalgia, pero sabemos que con el favor de Dios vamos a salir adelante y el año que entra estaremos junto con el resto de los feligreses dándole gracias a Dios. Venimos a pedirle por la salud de las personas que están en los hospitales, que están enfermas del Covid, y a pedirle mucho por esta ciudad”.
Flor Ortiz/ Col. Melchor Ocampo