- El coordinador de la Comisión Diocesana de Liturga nos propone un camino para transitar el famoso Maratón Guadalupe-Reyes, hacia el encuentro genuino con el Emmanuel y con la Madre de Dios.
Pbro. Marcelino Delfín Poso/Liturgista
Para nosotros los cristianos la Palabra de Dios es fundamental en nuestra vida, ya que es la que nos ilumina en nuestro diario caminar, nos impulsa a poner en práctica lo que nos indica, extendiendo así, el Reino de Dios. Toda obra buena debe tener como fundamento la Palabra divina ya que ésta es la que mueve los corazones para que los enemigos vuelvan
a la amistad, los adversarios se den la mano, demos testimonios de Cristo y acerquemos a los demás a la conversión.
Para nosotros, creyentes en Cristo, que nace para salvarnos, no bastan los buenos propósitos, sino más bien, lo esencial es que seamos fieles a la Palabra de Dios y movidos e iluminados por ella, alcancemos la salvación.
Un maratón
A continuación, proponemos un camino, no de comidas y bebidas, que más de alguna ocasión termina en desorden con el famoso maratón Guadalupe-Reyes, sino más bien, queremos que éste sea un camino espiritual de la mano del Emmanuel, el Dios con nosotros y de nuestra Madre Santísima la Virgen María.
El maratón espiritual va siguiendo la lectura evangélica que nos propone la liturgia para cada día.
* Fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe (12 diciembre)
Nuestra Señora de Guadalupe, Evangelizadora, Madre y Reina de México, es una de las fiestas más celebradas, pues representa y acompaña Las diversas etapas de nuestra historia y aparece en la misma cuna y origen de nuestra nacionalidad; pidió una casita para mostrar y dar todo su amor, compasión, auxilio y defensa, pues es nuestra piadosa Madre. Ella está presente en las horas luminosas y en las oscuras, en las tristes y en las alegres de todo México y de cada uno de sus hijos.
Jueves 12 Diciembre. Leer Lucas 1, 39-48. Como buen mexicano y verdaderamente guadalupano, glorificaré al Señor por las bendiciones que he recibido de él, y Rezaré un decenario pidiéndole a la virgen ser fiel a este maratón espiritual Guadalupe-Reyes.
Viernes 13. Leer Mateo 11, 16-19. Abandonando todo espíritu humano de queja ante la situación de mi vida, pediré disponibilidad de espíritu al Señor para aceptar su voluntad en todos los acontecimientos de mi vida (pasada, actual y futura).
Sábado 14. Leer Mateo 17, 10-13. Porque necesito prepararme bien para el nacimiento de hijo de Dios, Haré un buen examen de conciencia para prepararme al sacramento de la Reconciliación.
Domingo 15. Leer Mateo 11, 2-11. Como buen testimonio de que Cristo vive en mí, me acercaré a los más pobres y compartiré con ellos comida o despensa.
* Posadas (16 al 24 diciembre)
En nuestra patria mexicana son muy populares las posadas, que tiene un origen bien teológico, recibir a María (que nos trae a Jesús) y a san José, y en ellos abrir las puertas de la casa y del corazón a todos, para irnos preparando al Nacimiento. Esto se hace en un clima de oración, alegría y fraternidad en el compartir.
Lunes 16. Leer Mateo 21, 23-27. Para profundizar en el evangelio de hoy también leer el Catecismo de la Iglesia Católica los numerales: 441 -445. Para vivir con espíritu renovado y gozoso la Navidad, me acercaré al sacramento de la Reconciliación, para pedir perdón por mis pecados.
Martes 17. Leer Mateo 1, 1-17. Para profundizar en el evangelio de hoy también leer el Catecismo de la Iglesia Católica los numerales: 436-440
Miércoles 18. Leer Mateo 1, 18-24. Imitando a san José, esposo de la Virgen, este día practicaré con profunda fe la obediencia a Dios en todo y no renegaré de la voluntad de Dios.
Jueves 19. Leer Lucas 1, 5-25. Porque necesito reafirmar conscientemente en quien creo, rezaré con profunda devoción el Credo pidiendo que se haga su voluntad en mí.
Viernes 20. Leer Lucas 1, 26-38. Renunciando a mi descanso válido, haré una visita al Santísimo Sacramento, meditando delante del Señor que tanto he sido dócil a su voluntad y hacerme un compromiso santo para las fiestas de Navidad.
Sábado 21. Leer Lucas 1, 39-45. Imitando a María me ofreceré generosamente para realizar los quehaceres de la casa.
Domingo 22. Leer Mateo 1, 18-24. Porque amo a mi familia y quiero dar testimonio en ella, meditaremos en familia que pecados o actitudes nos afectan, y nos impiden integrarnos como familia cristiana.
Lunes 23. Leer Lucas 1, 57-66. Compartiré las misericordias que el Señor ha tenido conmigo a mi familia y amigos, y juntos daremos gracias a Dios con una pequeña oración.
* Noche Buena (24 diciembre)
La Nochebuena es la fiesta en que los cristianos celebran la víspera del día de Navidad o Natividad de Jesucristo. Se celebra en la noche del 24 de diciembre, ya que la Iglesia cristiana establece oficialmente el 25 de diciembre como el día del nacimiento de Jesús.
En la Nochebuena se lleva a cabo una ceremonia llamada «Misa de Gallo».
Martes 24. Leer Lucas 1, 67-79. Teniendo en cuenta el próximo nacimiento de Cristo que vino para estar con los pobres, y cantar las grandezas de Dios, con mi testimonio cristiano, llevaré generosamente despensas a la casa de los migrantes de nuestra diócesis
* Navidad (25 diciembre)
Importancia de la presencia de San Esteban, san Juan evangelista y los Santos Inocentes dentro de la Octava de Navidad:
- Subraya la estrecha unión de ellos con Cristo.
- Nos presenta en un mismo plano los diversos géneros de mártires ordenados entre sí con arreglo al grado de su dignidad.
Son las primicias de los que mueren en Cristo, nacido para nuestra salvación
Miércoles 25. Leer Juan 1, 1-18. Como familia nos reuniremos en torno al pesebre y daremos gracias por las bendiciones que hemos recibido de parte del Hijo de Dios y compartiremos nuestra cena en la paz de Dios.
Jueves 26. Leer Mateo 10, 17-22. Porque Dios me ha llamado a ser instrumento de armonía, ofreceré sacrificios pidiendo por la paz del mundo y no cometeré injusticias con nadie.
San Esteban. Es el primer mártir cristiano. Su testimonio ha sido siempre muy valioso para la Iglesia. Por dar testimonio de Jesús resucitado e imitando la pasión del Señor, fue apedreado en Jerusalén.
Viernes 27. Leer Juan 20, 2-9. Ayudaré sin preguntar a quien lo necesita, dando así testimonio de Cristo ante el mundo.
* Día de los Santos Inocentes (28 diciembre)
Por lo menos desde el siglo IV, la Iglesia venera en los días de Navidad a los santos Inocentes. Constituyen las primicias de los que mueren por Cristo. Su muerte violenta por el Señor ha plantado la cruz junto al pesebre.
Sábado 28. Leer Mateo 2, 13-18. Rezaré por los niños abortados y rezaré por la conversión de aquellos que promueven este crimen.
Domingo 29. Leer Mateo 2, 13-15. 19.23. Como José y María, revisaremos nuestro trato para con nuestros hijos, y pondremos remedio a los males que los afligen de parte nuestra.
Lunes 30. Leer Lucas 2, 36-40. Como familia haremos una hora santa ante el Santísimo Sacramento, daremos gracias a Dios por los beneficios recibidos en el año y pediremos perdón de nuestros pecados.
Víspera de Año Nuevo (31 diciembre)
Este festejo es más de tradición popular que litúrgica y tiene un sentido festivo, por un lado todo el sentimiento y expectativa de terminar un año, y por otro lado, el deseo de ver el año nuevo y todo lo que nos espera vivir a lo largo de 12 meses.
Martes 31. Leer Juan 1, 1-18. Por mi bautismo he sido constituido en anunciador del evangelio, por eso, me acercaré a las personas que se han alejado de Dios o de la Iglesia, hablándoles de la Encarnación del Hijo de Dios que ha nacido para salvarnos.
* Año Nuevo (01 enero 2020)
La fiesta se encuentra en el ámbito de los ritos bizantino y siríaco, remontándose a los años finales del siglo IV, pero en otra fecha: el 26 de diciembre. EL rito romano celebraba el 1º. De enero la octava de Navidad, conmemorando la circuncisión del Niño Jesús (Lc. 2, 21). La antigua fiesta mariana desapareció hasta que en 1931 el Papa Pío XI, con ocasión del XV centenario del concilio de Éfeso, instituyó la fiesta de la Maternidad de María para el día 11 de octubre. La reforma litúrgica ha trasladado esta fiesta al 1º de enero, y de este modo, ha recuperado la antiquísima celebración de la Madre de Dios.
Miércoles 1º. Leer Lucas 2, 16-21. Porque soy consciente que sólo no puedo nada y todo lo he recibido por misericordia de Dios, pediré el auxilio de la Virgen María y de san José para vivir cristianamente todo el año; abandonando toda apatía y zona de confort, me dispondré con generosidad de espíritu, para participar en el Plan Diocesano de Pastoral con alegría y disponibilidad.
Jueves 2. Leer Juan 1, 19-28. Renunciando a mi falsa presunción, aceptaré con profunda humildad, delante de los demás que todos los dones que tengo, los he recibido por gracia de Dios.
Viernes 3. Leer Juan 1, 29-34. Porque debo ser de un corazón abierto y cercano a los demás, le hablaré de Cristo a aquellos con los que más me cuesta convivir.
Sábado 4. Leer Juan 1, 35-42. Como buen cristiano que no se contenta con cumplir la misa dominical, asistiré a Misa de este día para tener una experiencia de Dios en la Eucaristía.
Domingo 5. Leer Mateo 2, 1-12. Profundizando en el conocimiento y el amor que le tenemos a Cristo, leeremos como familia y con devoción, los numerales 430-435 del Catecismo e la Iglesia Católica y comentaremos que nos llamó la atención.
* Santos Reyes (06 enero)
Una de las tradiciones sobre los Magos de Oriente dice que había tres Magos que, además, eran reyes. Los Tres Reyes de Oriente: Melchor, anciano de barba larga que obsequia al Señor con oro como corresponde a un Rey. Gaspar, joven lampiño que le obsequia incienso (es un perfume a base de resina de árboles que se quemaba en el templo) como homenaje a su Divinidad. Baltazar, de raza negra, que le entrega mirra (polvo perfumado que se mezcla con aceite para consagrar a los sacerdotes, o bien mezclado con el vino ayudaba a calmar dolores) a Jesús hombre como profecía de su muerte y sufrimiento
Lunes 6. Leer Mateo 4, 12-17. 23-25. Enseñaré a mis hijos a renunciar a mis hijos a sus propios gustos, en este día, para que compartan con los más pobres juguetes que realmente sirvan: respondiendo al gesto de Jesús que nos da lo mejor de sí mismo para ofrecernos la vida eterna.