Presencia
Celebramos la llegada del Año nuevo 2024 con nuevos propósitos, deseos de superación y el anhelo de dejar malos hábitos. Cada año nos proponemos cambiar y ser mejores con nuestros familiares y amigos. Brindamos por la vida y la salud y esto también es válido para el entorno en que nos desarrollamos. Por ello la pregunta de esta semana es:
¿Qué desea para Ciudad Juárez en este Año Nuevo?
Deseo que nuestro corazón se llene de amor por nuestra ciudad, por su historia, tradiciones y pos sus habitantes. Deseo que todos los juarenses nos esforcemos por darle algo a nuestra ciudad, mejorar el frente de nuestras casas, por lo menos barrerlo. Que todos sembremos un arbol y que nuestro vehículo no contamine. Deseo que arranque pronto el Sistema Integral de Transporte y que la gente lo use. Y que sepamos elegir a gobernantes honestos y trabajadores por el bien común.
José Mario Sánchez Soledad/ Empresario, historiador
Estamos iniciando el 2024, y como cada año, esperamos nuevas oportunidades, como cristianos, esperanza y aumentar nuestra fe. Como ciudadanos, quisiéramos que las autoridades consoliden los proyectos en pro de la ciudadanía: mejores vías de transporte, eliminar el dichoso BRT, ese elefante blanco que afecta a la ciudadanía, la circulación y afea las arterias.
En consecuencia, deseo que esta hermosa ciudad encuentre paz, estabilidad social; que sean efectivos los planes de seguridad, que no se queden en reuniones o en el papel; que todos nos sintamos responsables de nuestro entorno, de nuestros vecinos, de nuestro prójimo, y lo más importante, ¡Que siempre se respeten los derechos humanos! ¡Feliz Año Nuevo a todos!
Dra. Velia Collazo/ Abogada derechohumanista
Cuando reflexionaba en esta pregunta, recordaba el mensaje del Papa en las vísperas de la Fiesta de María Madre. En dicho mensaje pedía esperanza y gratitud, y que Roma fuera más acogedora para el Jubileo de 2025.
Refería el Papa que la condición de confianza y agradecimiento de María es una acción de fe, misma que nos prepara al jubileo de Roma el próximo 2025 en el que se colabora bajo el lema “peregrino de la esperanza”.
Así preguntaba si Roma es una ciudad acogedora y exhortaba a trabajar porque así lo fuera “porque una ciudad más habitable para sus ciudadanos es también más acogedora para todos”.
Entonces, ¿qué deseo para Juárez? Que sea una ciudad habitable para sus ciudadanos, que la acogida se refiera en nuestra confianza con nuestros vecinos. Que sea un signo de esperanza para las personas de las diferentes nacionalidades con quienes nos encontramos, ese signo de esperanza es con instituciones que brindan información veraz, que atienden con integridad, que sirven con auténtico sentido de colaboración.
Deseo para Juárez que sus autoridades sean rectas, observadoras de la ley y justas. Que las personas seamos ciudadanos responsables y comprometidos al participar de manera libre y responsable en el próximo proceso electoral, pero además involucrarnos en cada uno de los espacios de toma de decisiones (cabildo abierto, presupuesto participativo, observadores electorales, sociedades de padres, etc.)
Deseo que quienes profesamos la fe, seamos testimonio de Dios vivo, procuremos la oración y trabajemos por una ciudad más justa. Y quienes no profesan una fe, se rijan por una conciencia humanista, centrada en el bien común.
Deseo “una ciudad más habitable para sus ciudadanos y más acogedora para todos”, una ciudad justa y en Paz.
Mtra. Yadira Lozano Fernández/ Politóloga
Lo que deseo para Ciudad Juárez es que la gente recupere la fe que se ha perdido, la fe en Dios y la fe en sí mismo -porque también eso se ha perdido- como imagen de Dios, como portadores de su anuncio, de su poder y su fuerza, eso no lo estamos llevando a cabo y por eso nuestra ciudad está en condiciones tan lamentables. Creo que si recuperamos la fe en Dios, recuperamos la fuente del amor y vamos a lograr que nuestra ciudad sea un verdadero pedacito de Reino.
Deseo que la gente sepa que Dios está con nosotros, aunque todo parezca contradecirlo, Dios sigue con nosotros, nos sigue amando y Él quiere que respondamos a ese Amor y misericordia suya y lo hagamos siempre de la mejor manera. La fe es lo que necesitamos recuperar, fortalecer o adquirir, dependiendo del caso.
Hna. Georgina Onofre, MMD/Doctora en Mariología
Nada me gustaría más que en este 2024 Juárez recupere su misión humanista. El 23 nos planteó retos importantes como comunidad; la seguridad sigue siendo un tema, la llegada masiva de inmigrantes sigue exigiendo una respuesta, y parece que nos hemos acostumbrado, esas situaciones sólo llaman la atención cuando se disparan los números o generan molestias en las vialidades. Me parece necesario hacer un ejercicio de caridad colectiva, y no es un llamado a la dádiva, es una llamado a la reflexión. Aprovechemos este año para ver más allá, para fijarnos en la necesidad de los demás, para exigir que las situaciones se atiendan de raíz y a fondo, porque eso es algo que sólo los humanos podemos hacer. Nuestra doctrina nos ha enseñado que debemos ver por otros (“Denles ustedes de comer” Jn. 6, 9), y no es sólo una responsabilidad con las necesidades actuales, debemos guiar nuestras acciones con una responsabilidad para el futuro, pensando en la ciudad que estamos dejando para los demás. Ojalá y en estos días podamos hacer la reflexión y pasar a la acción.
Sergio Madero Villanueva/ Abogado
Que pregunta tan fácil y difícil de contestar en un medio que leemos la mayoría de los católicos. Sobre todo, los que acudimos regularmente a misa los domingos, cuando menos.
Los católicos somos como una gran familia. Nos distingue la fiesta en el corazón, porque somos buenos anfitriones y damos lo mejor de nosotros. También influye que somos creyentes de la existencia de Dios, aunque en la actualidad la juventud está más alejada de la religión. No creen en los demonios.
¿Qué es lo que opaca cada año los buenos deseos y propósitos de Año Nuevo? ¿Por qué en lugar de disminuir los delitos de violencia familiar y crímenes de alto impacto, aumentan? ¿A qué se debe que el gobierno no puede garantizar la seguridad pública?
Todas las preguntas se pueden contestar si nos concentramos en que debemos vencer al principal enemigo de la paz social en nuestra ciudad: las adicciones.
Las adicciones son producto del consentimiento familiar y es difícil admitir que entre sus integrantes tienen consumidores de drogas, como la enfermedad del alcoholismo, que es incurable y progresiva, sin embargo se puede controlar si nos informamos en qué consiste y qué instituciones de rehabilitación existen en el mundo.
El alcohol y drogas como la marihuana, la cocaína, fentanilo, heroína, cristal, y los poppers, entre otros, son consumidos sin que haya un control por parte de las autoridades, ya que desgraciadamente la corrupción ha sido otro factor que impide superar este grave problema de salud que destruye a todo ser humano y el entorno donde se desenvuelve, porque los adictos se convierten en seres ingobernables y sin sano juicio.
Aunque usted no lo crea, las adicciones son parte de la mayor desgracia que nos afecta en el crecimiento espiritual y progreso social. Son el peor enemigo de la paz social y armonía familiar. Son lo más perverso que existe y que se traduce en maldad total. Ningún adicto puede garantizar el amor y buenos sentimientos porque adolece de conciencia y no se ama a sí mismo, por eso no puede dar lo que no tiene.
Creo que en todas las familias tenemos enfermos de adicciones, pero ante la ignorancia del tema, o ante la negativa de aceptarlo, no podemos ayudar al que lo necesita, aunque hay información al alcance.
Principalmente por esta causa, es imposible que nuestros anhelos, sueños e ilusiones se puedan realizar. Recibimos el nuevo año con poca sobriedad y sano juicio. En el festejo de fin de año abundan todas las drogas que existen causando daños irreversibles.
Quienes deseen lograr sus propósitos, pueden empezar buscando ayuda para dejar de beber y consumir drogas. Solo se necesita aceptación y valor para comenzar una nueva vida en plenitud.
Deseo que en Ciudad Juárez haya conciencia y sinceridad en este tema.
Lic. Héctor Ramón Molinar Apodaca/ Abogado mediador