Los invitamos al encendido de la segunda vela de la Corona de Adviento con la siguiente guía:
Pbro. Marcelino Delfín Poso
Tal y como anotamos en la edición pasada, la esperanza nace del amor y se funda en el amor que brota del corazón de Jesús traspasado en la cruz: «Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más ahora que estamos reconciliados, seremos salvados por su vida» (Rm 5,10). Y su vida se manifiesta en nuestra vida de fe, que empieza con el Bautismo; se desarrolla en la docilidad a la gracia de Dios y, por tanto, está animada por la esperanza, que se renueva siempre y se hace inquebrantable por la acción del Espíritu Santo.
Dejémonos atraer desde ahora por la esperanza y permitamos que a través de nosotros sea contagiosa para cuantos la desean. Que nuestra vida pueda decirles: «Espera en el Señor y sé fuerte; ten valor y espera en el Señor» (Sal 27,14).
Y que la fuerza de esa esperanza pueda colmar nuestro presente en la espera confiada de la venida de Nuestro Señor Jesucristo, a quien sea la alabanza y la gloria ahora y por los siglos futuros.
Invocación
Guía: En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
Todos: Amén.
Se canta el himno del jubileo.
De la Bula de convocación al jubileo 2025 Spes non confundit:
Lector: Que el testimonio creyente pueda ser en el mundo levadura de genuina esperanza, anuncio de cielos nuevos y tierra nueva (cf. 2 P 3,13), donde habite la justicia y la concordia entre los pueblos, orientados hacia el cumplimiento de la promesa del Señor (n. 25).
Canto inicial.
Levántate que está llegando
Levántate, que está llegando
El Señor viene ya (2)
Nos traerá su resplandor, nos traerá la luz la paz.
En el Señor confiar, él nos dará la salvación.
Al mismo Dios recibiré, en mi interior se sembrará.
Lo prometió, lo cumplirá, el Dios de amor nos salvará.
Texto bíblico.
Lector: Del Evangelio según san Lucas 1, 17.
Todos: Gloria a ti, Señor.
Irá delante del Señor, con el espíritu y poder de Elías, para convertir los corazones de
los padres hacia los hijos, y a los desobedientes, a la sensatez de los justos, para preparar al Señor un pueblo bien dispuesto. Palabra del Señor.
Todos: Gloria a ti, Señor Jesús.
Reflexión
El Bautista fue anunciado como el Profeta que señalaría al Pueblo la inmediata cercanía del Salvador, de predicar “la esperanza que no defrauda” (Rom 5,5). Su misión será mostrar a la humanidad que el Señor quiere llegar a romper las esclavitudes que nos atan al pecado, a la violencia. Un pueblo bien dispuesto aprende a caminar movido por el amor, por el amor que abre caminos, que allana los senderos, que sabe que el Dios que nos amó sigue caminando con su pueblo a pesar de nuestras indiferencias y de nuestros egoísmos. Un pueblo bien dispuesto es una comunidad que avanza “sinodalmente”, que construye vínculos de fe y de esperanza.
Momento breve de silencio para reflexionar.
Encendido de la vela
Un miembro de la familia enciende las dos velas correspondientes a este domingo, mientras se dice:
Lector: Encendemos esta segunda vela que nos recuerda que tenemos que convertirnos al Señor y que debemos preparar el camino siendo esperanza para los demás. Dejémonos atraer desde ahora por la esperanza y permitamos que a través de nosotros sea contagiosa para cuantos la desean.
Una vez que se enciende la vela se canta lo siguiente:
Canto
Hoy se enciende una llama
en la corona de Adviento:
que arda nuestra esperanza
en el corazón despierto;
y al calor de la Madre
caminemos este tiempo.
Crecen nuestros anhelos al ver
la segunda llama nacer.
Como dulce rocío vendrá
el Mesías hecho Niño.
Acción y compromiso
RECUADRO
Para reflexionar
*¿Cómo estamos ayudando a preparar el camino de la reconciliación que tanto
necesita nuestra patria?
*¿Cómo podemos ser precursores que allanemos el corazón para que llegue la
alegría de la paz a nuestro mundo?
(Momento breve para reflexionar)
Padre nuestro.
Guía: Porque deseamos que el Padre sea conocido por ser anunciadores de su salvación y nuestro testimonio, nos dirigimos a él diciendo confiadamente: Padre nuestro.
Oración final (la dicen todos)
Dios siempre fiel: “ábranse los cielos y llueva de lo alto bienhechor rocío como riego
santo”: que en esta hora nosotros los bautizados, siguiendo el ejemplo de Juan Bautista toquemos las puertas del corazón de todos los pueblos y dispongamos los caminos para que Dios encuentre en nosotros un corazón renovado en el amor. Amén.
Se reza la oración del jubileo (la dicen todos).
Conclusión
Guía: Ven, Señor, haz resplandecer tu rostro sobre nosotros.
Todos: Y seremos salvados. Amén.
Todos: En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Canto final (puede ser el canto inicial)