Ana María Ibarra
El pasado jueves 18 de noviembre se llevó a cabo una reunión de Pastoral de Movilidad Humana a la que acudieron sacerdotes, religiosas y laicos de Ciudad Juárez y El Paso, para iniciar con los trabajos de unificación de las actividades que se realizan localmente en favor de los migrantes.
Como se sabe, ante momentos de la realidad actual, algunas parroquias y grupos religiosos de la diócesis cambiaron su línea pastoral a favor de los migrantes, sin embargo, era necesario unificar estos esfuerzos para una mejor atención.
Necesario coordinarse
Desde hace más de tres años, con la llegada de las caravanas provenientes de Centroamérica, miembros de la Iglesia Diocesana hicieron esfuerzos a favor de los migrantes, no obstante, aunque se ha dado respuesta a las necesidades, ha sido de una manera agotadora y un tanto desarticulada.
Así lo compartió el padre Javier Calvillo, director de la Casa del Migrante.
“Hemos ido respondiendo, pero es de una manera agotadora, porque cada quien hace su granito. Si hacemos un “nosotros”, como pide el Papa Francisco, si nos abrimos y conocemos lo que cada uno puede hacer en lo jurídico, en lo humano, en los derechos humanos, seremos una diócesis más organizada”, añadió.
De esta manera, agregó, puede haber una mejor coordinación al realizar cada uno un trabajo específico.
“Así comenzó la idea de reunir a todos los que realizan un esfuerzo y llevan un caminar a favor de los migrantes para sentarnos a reflexionar desde la Palabra de Dios, de la realidad que estamos viviendo, de los documentos de la Iglesia, de lo que desea el obispo y los retos que está enfrentando a nivel nacional, a nivel TexMex”, expuso.
Y agregó: “Se trata de no hacer lo mismo todos, sino compartirnos, valorarnos y abrirnos cada uno a una necesidad específica”.
Para lograr lo dicho por el director de la Casa del Migrante, durante la reunión se hicieron equipos para responder algunas preguntas y descubrir, desde lo que cada uno observa, la manera de estructurar el trabajo en conjunto.
“Tenemos retos, las caravanas, la violencia, los secuestros, los desaparecidos, todo lo que está pasando incluso en las acciones que toma Estados Unidos y otros países.
Por eso se trata de irnos coordinando y preparando”, reiteró.
Muchos participantes
En las mesas de trabajo se pudo ver a las religiosas Siervas de los Pobres, al padre Guillermo Morton de la parroquia Corpus Christi, integrantes del Hotel Filtro, la hermana Antonia Aranda, personas de Derechos Humanos de Migrantes, Dispensarios Médicos y por supuesto, la Casa del Migrante.
También estuvieron las religiosas de Casa Eudes, que han decidido recibir a madres e hijos en condiciones de vulnerabilidad, como son los migrantes.
Y se contó con la presencia del padre Héctor Xavier Villa, párroco de Nuestra Señora del Rosario quien busca concretizar un proyecto a favor de los migrantes a finales de este año.
“Viendo que tenemos un contacto en Catedral y que a veces se dificulta enviar migrantes a un albergue para que puedan asearse, comer o incluso dormir, el proyecto del padre Héctor Villa se puede aprovechar”, dijo el padre Javier.
De igual manera, el padre Francisco García de la parroquia San Juan Apóstol y Evangelista asistió a la reunión ya que cuenta con un albergue para migrantes mujeres embarazadas.
“Ahora ya están los Jesuitas en la diócesis. Vino incluso gente de El Paso, laicos Jesuitas y del Instituto Fronterizo Esperanza. La propuesta es hacer un trabajo binacional más digno, más humano y no nos podamos cansar”, dijo el padre Javier.
Semilla de comunión por los desplazados
Una de las propuestas del obispo es la creación de una “mesa de incidencia” que ofrezca formación para los sacerdotes, laicos y seminaristas en temas de migración.
“Juárez nunca va a dejar de ser frontera, nunca va a dejar de tener migrantes. Todos tenemos la raíz o la semilla de la migración y esta diócesis tiene más compromiso ahora que acaban de confirmar a don Guadalupe en su cargo en la Pastoral de Movilidad Humana a nivel nacional, más los otros servicios que tiene”, dijo el padre Calvillo.
El sacerdote reiteró la invitación del papa a que cada día la Iglesia se vaya organizando, conociendo sus dones y virtudes para que, al entrar esa semilla a la comunión, se convierta en algo grande para ayudar a los hermanos y hermanas que están viviendo la realidad de la migración y la movilidad humana.
“La movilidad humana abarca muchísimo. Un proyecto es comenzar a trabajar la trata de personas pues existe también esta situación en la frontera, el papa nos dice que es la lepra de este tiempo. Hay un grupo de religiosas que trabajan con las prostitutas y esto es ya un rostro, una semilla y es necesario acercarnos a ellas”, dijo.
Otro tema para tomar en cuenta, dijo, es la Pastoral del turismo religioso.
El entrevistado compartió que el obispo recordó a los asistentes que son parte de la pastoral social y no una pastoral independiente, por lo que se requiere esfuerzo de todos.
“Hace tres años había tres albergues para migrantes, ahora somo más de 25, pero la mayoría son de otras denominaciones religiosas, son pocas las parroquias solidarias con los migrantes. Se cree que la pastoral de migrantes es solo para la Casa del Migrante, pero la realidad implica salir, si no lo hacemos, nos va a rebasar”, finalizó.
Para dar seguimiento a este trabajo, se pondrá fecha para una segunda reunión.