Periódico Presencia entrevistó vía telefónica a la periodista Valentina Alazraki, decana de los corresponsales en el Vaticano. Esto previo a su visita por primera vez a Ciudad Juárez, a donde llegará para impartir la conferencia “40 años en el Vaticano al lado de los papas” invitada por Televisa Juárez.
Presentamos algunas de las prguntas que respondió por teleéfono desde la Ciudad de México, donde se encuentra por cuestiones laborales antes de su regreso a Roma, donde reside.
1. ¿Cómo llegó a ser corresponsal en el Vaticano?
Empecé a estudiar Ciencias de la Comunicación en Roma porque mi mama era italiana, y mientras estudiaba en la facultad, empecé a hacer prácticas en Televisa porque en esa época el licenciado Zabludovsky no tenía un corresponsal allá y empecé a hacer prácticas, y seguí estudiando y a partir de ese momento, con el paso de los años finalmente me quedé, sobre todo a raíz de la muerte del papa Paulo VI, luego el cónclave del que salió elegido Juan Pablo I, luego su muerte y así hasta la elección de Juan Pablo II, y finalmente me quedé como corresponsal ya de “24 horas”.
2. ¿Cómo es un día en su vida como coresponsal?
Por forma de ser me gusta despertarme muy temprano y empiezo a leer periódicos, a ver televisión y el Internet, las diferentes fuentes de información, las conferencias de prensa en Roma, en la sala de prensa del Vaticano habitualmente son alrededor de las 11, 11.30 pero antes puedo tener alguna entrevista, alguna nota, porque se cubre El Vaticano, pero se cubre tambien Roma, Italia, aunque evidentemente para México mi fuente principal siempre ha sido El Vaticano, entonces la sala de prensa del Vaticano da conferencias de prensa y cierra a las tres de la tarde y a partir de ahí la tarde tiene que estar dedicada a editar las notas del día. Nosotros tenemos que enviar una nota cada día, de lunes a viernes, entonces en la tarde se edita y ya se pasa a pensar en la nota del dia siguiente, a preparar la nota o ir a hacer otras entrevistas. Esto básicamente es como un día normal.
3. ¿Que ha sido lo más dificil de realizar este trabajo?
Creo que lo mas difícil ha sido al principio porque era muy joven, era mujer. El Vaticano era un mundo, bueno todavía es, pero era sobre todo en ese momento un mundo de hombres. Los corresponsables o vaticanistas, que así se llama a los que cubren esta fuente, todos eran hombres de mediana edad, entonces fue muy difícil lograr ser aceptada. En el club de corresponsales extranjeros, corresponsables que están ante Italia, me tardé como tres años en ser aceptada porque decían que era imposible que una mujer, y joven, fuera corresponsal, y mis jefes de Televisa tenían que enviar constantemente cartas a la asociación de la prensa extranjera en Italia para confirmar que, a pesar de ser mujer y de ser joven, yo sí era corresponsal. Creo que al principio fue complicado.
Y luego lo complicado es El Vaticano en sí, en el sentido de que, sobretodo al principio, era un mundo muy cerrado, no era fácil obtener una entrevista, había ciertos temas tabús, pero yo creo que la llegada de Juan Pablo II revolucionó muchas cosas, entre ellas la relación de los medios con el papa, con el papado y con el mismo Vaticano; él abrió muchísimos caminos y el hecho de que su primer viaje fuera a México, creo que a mí, personalmente, me abrió muchísimas puertas, porque todo el mundo supo desde el primer día que el papa se había enamorado de México y ese amor por México fue correspondido desde el primer momento.
Y yo, sin darme cuenta de esto, durante muchisímos años digamos, me ví favorecida por esas dos situaciones, digámoslo así, de que el papa veía en mí un poco a México y los mexicanos veían en mí un poco al papa, entonces eso creo que facilitó mucho mi trabajo; por todo lo que los mexicanos le dieron a Juan Pablo II se me abrieron muchas puertas, creo que eso es la verdad, porque todos en el Vaticano sabían, cuando era una audiencia, un miércoles, los mismos gendarmes si veían fieles mexicanos, les decían: póngase aquí, cerca de esta valla porque el papa va a pasar por aquí o por allá, porque sabían que al papa le iba a dar gusto encontrarse con mexicanos.
Creo que esa fue la clave que facilitó realmente mi corresponsalía en esos años y fue una experiencia única, porque la verdad, viajar con un hombre que aparte de ser el líder de los católicos, pero también era un gran líder incluso a nivel político, diplomático. En ese momento el mundo estaba dividido en dos bloques, entonces ver como poco a poco él iba ayudando para que cayera el muro de Berlín, diez años después de su elección, también fue algo impresionante a nivel periodístico… y muy duro fue cubrir los últimos años de su pontificado, cuando se venía para abajo su salud, y sobre todo los ultimos meses de agonía, su muerte, fue una etapa muy dura a nivel periodístico, porque tu estabas pendiente todo el día de que no le fuera a suceder algo, de que no se fuera a dar la noticia. Y a nivel personal obviamente, porque todos nos habíamos encariñado con él.
Y luego fueron duros también los ocho años de pontificado del papa Benedicto XVI porque eran dos personalidades muy diferentes, el papa Benedicto no era tan sencillo de entender de primera, porque es un gran teólogo, pero no estaba acostumbrado a la cercanía con las personas, con los periodistas, entonces también para nosotros fue más duro tratar de hacer pasar su mensaje, porque además era un mensaje de un punto de vista teológico, altísimo, escribe de una manera extraordinaria, pero eso, traducido en una noticia, por ejemplo en mi caso en televisión, no siempre es fácil sintentizar un pensamiento tan alto que no se veía acompañado con un gesto, como en el caso de Juan Pablo II. Juan Pablo podía decir a lo mejor un día cosas muy complicadas de entender, pero luego, inmediatamente las traducía con un gesto que hacía que eso se entendiera, ese concepto, esa actitud. Entonces para alguien que trabaja en televisión fueron años difíciles los del papa Benedicto XVI porque aparte no gozó de la simpatía de los medios en general y entonces la nota era casi siempre en negativo, no era cuando él decía algo o hacía algo positivo, sino cuando le atacaban, cuando había algún escándalo, eso se transformaba en nota. Yo no estaba acostumbrada a ese tipo de información, porque con Juan Pablo la gran mayoria de las notas habían sido casi siempre en positivo, entonces fueron difíciles esos años.
Y luego ya la elección del papa Francisco fue como una nueva juventud, también para mí a nivel periodístico, yo creo en general para la Iglesia fue un aire fresco de primavera porque volvimos a ver muchas cosas que personalmente yo habia visto, aunque a lo mejor con modalidades un poco diferentes con Juan Pablo, esa ruptura de protocolos, esa sencillez o gran conexión con la gente y creo que ahora ha vuelto a ser como fácil, vamos a decirlo así, ser corresponsal allá, porque el papa Francisco es muy mediático, da mucha noticia, pero claro, también existe la dificultad de que hay nuevos medios como las redes sociales, y a veces hay mucha confusión en las redes, salen noticias que no son ciertas o se interpretan las palabras del papa Francisco de una forma equivocada, entonces yo creo que ahora la dificultad es ser muy respoonsable y tratar de informar para que la gente no se confunda, y realmente tratar de transmitir lo que el papa dijo y cuál fue su intención, porque es es el peligro o la dificultad que yo veo ahora.
Parece que la respuesta es evidente, pero igual queremos preguntarle:
4. ¿Qué tipo de papado es el que más le ha gustado?
Yo siempre digo que nos soy objetiva porque crecí con Juan Pablo II estos 26 años y medio y obviamente fue el papa que marcó mi vida, entonces es obvio que le tengo un cariño muy muy especial. El estilo del papa Francisco me gusta mucho porque es un hombre que tiene gran calidad, es muy muy humano, muy sencillo, es muy fácil establecer una relación humana con él, es un hombre muy detallista, escucha mucho y sí está muy interesado en la relación humana, que para mí es algo imprescindible, es muy importante. Incluso en el avión papal, desde el primer día, desde el primer viaje él ha querido establecer una relación con todos nosotros.
A mí me tocó ser la decana en esta fase de la vida y la verdad, si ser benjamina al principio un poco me ayudó y facilitó, pues ahora me ha ayudado un poquito ser la decana, porque ya no hay nadie del primer viaje de Juan Pablo II a México, del inicio del pontificado de Juan Pablo II todavía activo, no lo hay, entonces la verdad es que creo haber tenido una enorme suerte haber sido la benjamina al principio, y decana ahora. Y el papa Francisco tiene unos detalles humanos conmigo también, es increíble, como celebrar mi cumpleaños en el avión papal, que nunca había sucedido, hasta con un pastel y también el darme esa entrevista, ese deseo de poder comunicar con México, expresarle su pena por toda la complicación que se dio con esa interpretación de la palabra “mexicanización” y también que explicara a los mexicanos por qué no venía en esta ocasión y me escogió, vamos a decirlo así, para dar este mensaje a los mexicanos a través de una entrevista, entonces la verdad estoy muy contenta y sí me siento como hasta rejuvenecida desde un punto de vista periodístico porque es muy interesante seguir su pontificado, tratar de entender hacia dónde va… es muy bonito viajar con él, creo que es una fase muy positiva también.