Un sacerdote franciscano que sirvió hace varios años en Ciudad Juárez, fue nombrado por el papa Francisco obispo de Estambul, Turquía…recientemente visitó Ciudad Juárez y celebró una misa por la fraternidad…
Al comparar la situación de la iglesia católica en Estambul, con la de Ciudad Juárez, ya que se trata de una frontera con todas las problemáticas que ello conlleva, el obispo de Estambul pidió a los fieles católicos juarenses orar por aquella iglesia particular que hoy le toca dirigir.
Lo hizo en una misa de acción de gracias para celebrar la fraternidad, efectuada el pasado lunes 15 de agosto en la parroquia Mártires Mexicanos, donde hace ya varios años prestó su servicio sacerdotal.
El obispo don Rubén Tierrablanca, de la Orden de Frailes Menores, compartió en entrevista la situación que vive la Iglesia Católica en aquella región mayoritariamente musulmana, donde, dijo, no viven una situación de persecución, pero sí muchas limitantes.
“Es una situación en que los cristianos están llamados a dar su testimonio con más transparencia, claridad y decisión. Sabemos que no lo podemos hacer si no estamos apoyados por la oración. El Espíritu Santo es el que nos sostiene a través de la oración de toda la Iglesia”, expresó el obispo.
Promotor del diálogo interreligioso
Monseñor Tierrablanca sirvió en la diócesis local en tiempos de don Manuel Talamás y don Juan Sandoval Iñiguez, en la parroquia Mártires Mexicanos, donde los franciscanos sirven hace ya muchos años.
Hizo parte de su formacioón en el Seminario franciscano de San Antonio, en El Paso, Texas, y lleva ya 13 años en Estambul, como promotor del diálogo con las iglesias de oriente: Ortodoxos Griegos, Apostólicos de Armenia, Cirios Ortodoxos, las iglesias protestantes, iglesias de la Reforma y con el Islam.
“Como una parte de nuestro carisma franciscano somos enviados a países en su mayoría musulmana como san Francisco lo hizo en tiempos de las cruzadas. Francisco se fue sin armas para ofrecer el saludo de paz y lo pudo hacer con el sultán… como franciscanos tratamos de hacer esta parte con el Islam”, explicó monseñor Tierrablanca.
Nuevo nombramiento
Después de 13 años de trabajo en Estambul, monseñor Rubén fue nombrado por el Papa Francisco Vicario Apostólico de Estambul, siendo consagrado como obispo el pasado 11 de julio.
“Ahora tengo que encargarme de guiar a la Iglesia, a las parroquias que tenemos allá. No hay clero diocesano, están prohibidos los Seminarios, no se pueden construir más iglesias. Son límites que tenemos y que hay que asumirlos”, compartió.
A pesar de los límites que como Iglesia tienen en aquella región, el obispo dijo que se les permite trabajar.
“No podemos decir que tenemos persecución. No es una Iglesia perseguida, es muy limitada, pero hay libertad de culto”, afirmó.
La labor que el obispo realizará como Vicario Apostólico es como la de un obispo diocesano pero es llamado vicario apostólico por ser una Iglesia pequeña en número y por convivir con la Iglesia católica de Oriente.
“Estambul es la antigua Constantinopla donde está la sede del patriarcado ecuménico de Constantinopla y el patriarca, Bartolomé I, es el que oficialmente es reconocido como el obispo de Estambul”, explicó.
Un solo cuerpo en Cristo
Al compartir lo anterior, el obispo Tierrablanca aclaró que la Iglesia Católica no quiere rivalizar, pues no se trata de ver quién es el más importante.
“Esas diferencias y problemas están ya superados. La Iglesia no busca, y no es su propósito, estar en competencia con los demás cristianos. Buscamos siempre estar en diálogo”.
Por lo anterior, por el trabajo que ha realizado y por lo que se vive actualmente en Estambul, el obispo incluyó en su escudo episcopal la frase: Unum in Cristo (uno en Cristo) tomada de la Carta de san Pablo a los Romanos (12,5).
“En la cita dice: Siendo muchos en la Iglesia somos un solo cuerpo en Cristo. Eso es lo que deseamos en la Iglesia local de Estambul”.
El obispo agregó que antes de su nombramiento colaboraba como vicario general con el anterior obispo, por lo que el trabajo y la gente ya no es extraña para él ni él para ellos.
Por lo tanto, la acogida de la gente fue muy cordial, de mucha amistad, de mucha confianza y, dijo, “ahora hay que cultivarla”.
“No quiere decir que comenzamos bien y así es todo, hay que cuidarla y mejorarla si es posible, me siento bien allá”, afirmó.
Iglesia con esperanza
Para monseñor Rubén, en este tiempo existe esperanza de que el pueblo católico vaya aumentando.
“Es una esperanza que tiene que fundarse como nos enseña el Papa Francisco, por la atracción, no por el proselitismo, es más, está prohibido allá. No se puede hacer propaganda en el radio o ir a otros lugares, solamente en las parroquias, pero hemos de construir la Iglesia local de Turquía con turcos, el Señor dirá lo que quiere de su Iglesia”, dijo esperanzado.
Para el obispo franciscano el número de fieles tiene su importancia pero no es decisivo.
“En la Iglesia primitiva eran grupos pequeños. De cierto modo vivimos esa experiencia, pocos, reconocidos como cristianos. En aquel tiempo era en medio de los Romanos y los Griegos, ahora son musulmanes, creyentes del Dios único”, compartió.
“Es muy difícil que a veces entiendan qué significa ser cristiano, a veces confunden, pero estamos preparados para recibirlos en la Iglesia Católica. El número es importante y esperamos que aumente, pero como Dios quiera”, reiteró.
Iglesias hermanadas
Dado que la Iglesia de Ciudad Juárez y la de Estambul se encuentran en frontera, el obispo pidió que, como Iglesias hermanadas por la frontera, se unan en oración.
“Aquí es una Iglesia de frontera, allá también. Allá llegan de muchas naciones, aquí también. Aquí el ambiente social es muy rico, pero muy difícil, allá también. Allá el gran problema es los refugiados de la guerras de Siria, Irak, Afganistán, africanos, filipinos, asiáticos. Demos testimonio de nuestra fe en esta frontera y unámonos en la oración”, finalizó.
RECUADRO
Encomendados a María
La misa de acción de gracias se realizó el pasado 15 de agosto, fiesta de la Asunción de María, en la parroquia Mártires Mexicanos, atendida por franciscanos. Contó con la presencia del obispo diocesano don José Guadalupe Torres Campos, quien dio la bienvenida al obispo invitado, además de los sacerdotes franciscanos José Bravo y Mauro Muñoz.
Monseñor Tierrablanca se dijo conmovido de encontrarse en medio de la comunidad parroquial que antes sirvió y compartió con ellos su experiencia en Turquía. Pidió la oración de los presentes por aquel lugar y por su nueva encomienda.
“Siendo yo mexicano vengo a limosnear oraciones. La oración es la que nos une por la fe en la Iglesia”, expresó.
En su homilía, monseñor Tierrablanca resaltó la realidad y el camino de la Iglesia en la persona de María.
“El camino de la Iglesia está en esa descripción, en esa mujer que es perseguida pero es llevada al desierto para poder vivir su fe en un lugar donde pueda reinar Jesús el Señor.
María nos marca este ciclo que también va vivir en el servicio. María elevada al cielo quiere que todos sus hijos estén con ella en el cielo. María es la esperanza de toda la Iglesia”, resaltó el obispo.
Al final de la celebración el padre José Bravo agradeció la presencia de los señores obispos y resaltó la petición de oración de monseñor Tierrablanca.
“Que la oración sea en comunión para el bien de todo el mundo”, expresó el padre Bravo.