Una crónica de cómo se vivió en la parroquia Corpus Christi, el pase del padre Beto Luna al grupo de los 18 participantes de MasterChef México…
Claudia Iveth Robles
El pasado domingo 27 de agosto, sin duda los ojos de los fieles de la diócesis de Ciudad Juárez estuvieron puestos en la pantalla chica, por el inicio del reality MasterChef México, en el que participó el padre Beto Luna, uno de los sacerdotes diocesanos en Juárez, párroco de Coprus Christi.
Como muchos lo vieron, en el programa el sacerdote demostró a todos el sazón que le pone no sólo a su actividad pastoral, sino también a su acción en la cocina, pues al final quedó como unos de los 18 seleccionados para seguir en esta competencia de sazón.
Tal y como lo anunciaron, los fieles de la parroquia Corpus Christi, en la Colonia Héroes de México, se reunieron en las afueras del templo, y estuvieron siempre atentos a la participación del sacerdote, quye estaba ahí presente (debido a que el programa es pregrabado) aunque también aprovecharon los cortes comerciales para disfrutar la verbena que se preparó para la ocasión en el atrio del templo.
Ahí se colocaron decenas de sillas y una pantalla e tv, donde se transmitió esta primera emisión del programa, en la que se vivieron muchas emociones, desde angustia, nervios, gritos y porras, hasta risas de alegría por ver en el padre Beto representada a la comunidad juarenses.
Pero en este encuentro para ver juntos MasterChef también participaron fieles de otras parroquias, y el obispo don José Guadalupe Torres Campos, qien quiso hacerse presente en tan especial ocasión al igual que lo hicieron los sacerdotes Gregorio López y Simón xxx, de la Parroquia La Transfiguración del Señor.
Otros sacerdotes de la diócesis, aunque no estuvieron presentes en la verbena, hicieron presente su apoyo al padre Beto a travees de llamadas que le realizaron durante el programa.
Emoción total
Luego de 40 minutos del primer bloque de participantes, llegó el momento en el que apareció en la pantalla el rostro del sacerdote, y todos los congregados gritaron de gusto al son de: “¡El padre, el padre” y “¡Cuchillo, navaja, el padre no se raja!”.
Los fieles se alegraron por las preguntas que la chef Betty hizo al padre Beto en su participación, y porque pudo explicar el trabajo que ha realizado a lo largo de 12 años con muchachos de la Escuela de Mejoramiento Social para Menores.
También aplaudieron la dedicatoria de su primer platillo a las internas del Cereso Femenil de Ciudad Juárez, a quienes visita cada domingo para un acompañamiento pastoral.
«Si me eligen, ¡arre!, por ahí camino. No voy a ofrecer grandes cosas, sino lo que soy y voy con todo”, se escuchó decir al sacerdote en su primera participación en video, mientras las porras no dejaban de escucharse.
En el momento en que el padre Beto iba a presentar su platillo, la televisora mandó a corte comercial, lo que dejó a los fieles televidentes con una gran emoción.
Y ya cuando presentó debidamente su platillo “Codorniz Campestre”, los gritos no pararon hasta el momento de angustia cuando llegó el momento que se decidiera si el padre Beto Luna.
Cuando la chef Betty le dijo “¡qué pena padre!”… fue un momento critico en el atrio de Corpus Christi. Y cuando el sacerdote agachó la cabeza y la juez continuó diciendo “tendrá que dejar por un tiempo a sus feligreses”, el alboroto no se hizo esperar y todos comenzaron a gritar: «¡Sí se pudo… sí se pudo!”.
Extasiados, los fieles vieron la última parte del programa y luego comenzaron a despedirse, no sin antes quedar de acuerdo en verse el siguiente domingo para una siguiente participación del padre Beto en MasterChef.
Al despedirse, el obispo dijo: “Es una experiencia extraordinaria para el padre Beto, el nervio, la emoción…pero el padre se comportó a la altura, con mucha confianza y evangelizando, dando testimonio de su ministerio, de su ser como persona y como sacerdote”.
Habla padre Beto
Presente en el convivio, pues el programa fue pregrabado, el sacerdote dijo:
“Para mí es un momento muy emotivo, bonito, en que me anima el cariño de toda la raza. Lo más bonito es ir creando esperanza, la raza necesita esperanza, y hay momentos en que la vida nos la va brindando y nos emociona”.
“Este es, para mí, un momento de ilusión y de hacerte presente en los medios de comunicación como esperanza en el evangelio”.
“La cocina es creatividad, es una manisfestacion de tus posibilidades, es también un ánimo para la raza, de que todos podemos ser cocineros”.
Lo quieren y apoyan
“Estoy muy contento de ver al padre Beto con esa alegría, con esa sencillez, como es él, y feliz de que esté representando al presbiterio, a la diócesis y a toda su comunidad. Qué bueno que ya quedó”.
Pbro. Gregorio López, párroco de La Transfiguración del Señor
“Uno qué más quisiera que estar ahí para poderlo abrazar. Fue muy emocionante cuando dijeron que se quedaba. El padre Beto es un padre lleno de amor, tiene un carisma enorme, aquí lo queremos mucho por su humildad, por su entrega, por todo lo que nos da”.
Margarita Vengas
“Fue algo muy interesante, algo nuevo porque no sabíamos que el padre cocinaba tan rico. Ahora que estuvo en el programa me gustaron lo mensajes que dio, espero que impacte mucho”
Héctor Velarde
“Estoy muy emocionada de verlo. Es un padre hermoso, y es magnífico lo que hace, porque hace todo con mucho amor”.
Ana Gabriela Adame
“Conozco al padre Beto de hace años y es muy ocurrente, así que no se me hizo raro que cocinara en MasterChef”.
María de Jesús Valdés