Ana María Ibarra
Un encuentro personal con Jesús Eucaristía, vivieron decenas de parejas el pasado viernes 20 de junio en El Punto, donde abrieron su corazón para alabar y adorar al Santísimo Sacramento.
La Noche de Adoración fue organizada por el Congreso de Matrimonios Católicos, quienes dispusieron todo para que parejas de todas las edades pudieran encontrarse con el Amor de Jesús.
En un primer momento, los asistentes alabaron y danzaron al Señor llenos de gozo, desbordando su amor.
Sin importar la distancia que tuvieron que recorrer para llegar hasta El Punto, matrimonios, algunos incluso acompañados de sus hijos, se mostraron contentos de vivir ese momento.

Por espacio de una hora, las parejas alabaron con gozo al Señor. Enseguida, se dispusieron a adentrarse en un momento de recogimiento para recibir a Jesús Eucaristía.
Fue el padre Joel Cháirez quien compartió con ellos ese espacio de adoración ante el Santísimo, motivando a los matrimonios a descargar sus problemas y adversidades a los pies de Jesús y así recibir la sanación.
“Por algo el Señor te llamó. Ahora, deja lo externo y tu humanidad y disfruta de las delicias y mieles que te tiene preparado el Señor en esta noche. Contémplalo, adóralo y, como primer acto, solamente dispón tu corazón”, expresó el sacerdote.

Consciente de los conflictos que un matrimonio pudiera atravesar, el padre Joel invitó a las parejas a pedir a Dios un cambio en el corazón y la mentalidad.
“Él ha estado presente en tu matrimonio y esta noche quiere estar presente de manera cercana. Pedimos por tu matrimonio, entrégaselo al Señor y pide al Espíritu Santo que venga a tu corazón”, motivó.
En un acto de fe ante Jesús Eucaristía, las parejas reconocieron que Jesús nunca los ha dejado solos y dieron gracias por su presencia real que los fortalece y por su amor que los salva.

El sacerdote los invitó a ceder ante la gracia y el amor de Jesucristo y a perdonarse, si hubiera algo que perdonar, a no dejarse llevar por la soberbia y el egoísmo, sino por el amor de Jesús.
En un momento emotivo, el padre Joel llevó al Santísimo Sacramento hasta los matrimonios para que ahí, delante de él, pusieran a sus pies su relación conyugal, pidiendo por sus necesidades, incluso personales, recibiendo así la bendición de sanación para su matrimonio.
Liberados, salvados y sanados, concluyeron las parejas esa noche de adoración a Jesús.


































































