Ana María Ibarra
Con gran alegría y gozo, más de 150 matrimonios de la diócesis asistieron al primer Interparroquial del año organizado por el movimiento Asambleas de Matrimonios y que se realizó en la parroquia Nuestra Señora del Sagrado Corazón.
En el evento, los matrimonios recibieron la bendición con el Santísimo Sacramento por parte de algunos de sus párrocos, los sacerdotes Julián Badillo, César Campa, Arturo Veleta y monseñor Mariano Mosqueda. Y ante Jesús Sacramentado pusieron sus necesidades y anhelos para este año 2018.
Encomendados a Dios
Después de varios minutos de alabanzas y danzas al Señor, los matrimonios recibieron con alegría a Jesús en el Santísimo Sacramento.
Fue monseñor Mariano Mosqueda quien dirigió la Hora Santa, en la que invitó a los matrimonios a recibir a Jesús sacramentado con alegría y gozo en su alma y a darle gracias por haberlos llamado a dicha asamblea.
“Aquí estamos atendiendo tu invitación, Señor. Esta obra Tú la realizas, Tú la conduces y la guías. Gracias por esta primera reunión del año que iniciamos en tu nombre para que lo lleves a feliz término. Ponemos en tus manos este año y todo lo que vamos a vivir. Sabemos que contamos contigo, no tenemos miedo porque estás con nosotros”, oró el sacerdote.
Monseñor Mariano puso en manos del Señor a todos los matrimonios de todas las asambleas parroquiales y pidió su auxilio en las luchas que cada una vive.
“Tú sabes sus luchas, sus combates, tu Reino tiene muchos enemigos, pero confiamos en tu victoria. Ponemos en tus manos a los matrimonios, especialmente a los que se encuentran en conflicto, dales tu sabiduría y fortaleza para descubrir y seguir tus caminos”, pidió monseñor.
De igual manera, el fundador de asambleas de matrimonios, invitó a los matrimonios a pedir a Dios por sus hijos.
“Ponemos en tus manos a nuestros hijos, cuida, bendice y protege a nuestras familias. Gracias porque sabemos que contamos contigo en todo instante y momento. Gracias por el don de la fe por la cual creemos en ti”, expresó.
Para finalizar, monseñor dio la bendición con el Santísimo a los matrimonios ahí reunidos, quienes despidieron a Jesús con alabanza, desbordando su amor hacia Él.