Presencia
Religiosas que sirven en la Diócesis de Ciudad Juárez participaron en un retiro espiritual de Cuaresma y Pre Pascua que organizó la mesa directiva y se realizó en la Casa de Espiritualidad de las Misioneras de María Dolorosa.
El retiro efectuado el pasado domingo 18 de marzo, tuvo como tema: “Discípulas de Cristo crucificado y resucitado”.
Participaron alrededor de 50 mujeres consagradas de las 16 distintas congregaciones religiosas con presencia en la diócesis, muchas de quienes se identificaron como nuevas en la comunidad, pues llegaron hace poco tiempo a este servicio.
La hermana Carmen Zubía, del Consejo diocesano de la vida consagrada explicó que este retiro les sirvió como un espacio de encuentro, reflexión y convivencia, para mantener sintonía en el servicio que prestan como consagradas.
Cruz de Cristo
Fue el padre Juan Carlos Lopez, vicario de El Señor de la Misericordia, quien les impartió el tema alusivo a “La Cruz de Cristo”, en el cual el sacerdote reflexionó sobre la cruz como sabiduría y Tesoro de los cristianos, segun san Pablo.
El sacerdote también habló a las religiosas sobre las caracteristicas del discípulo de Jesús y les dijo que como todo cristiano, deben contemplar la cruz, como Maria, para poder renovar el espíritu.
Luego el expositor hizo una lectura de la Pasión de Cristo desde san Juan de Ávila y pidió a las consagradas unirse a la Pasión de Cristo con sus propias cruces.
“Dios nos hace libres desde la cruz para servir, amar y seguirlo”, les dijo antes de entregarles una serie de preguntas para que realizaran una reflexion personal.
Al concluír el tiempo de reflexión, las religiosas compartieron entre sí las enseñanzas acogidas y luego se dispusieron a prepararse para participar en la Eucaristía que presidio el padre Guillermo Vargas, MNM, vicario de la Vida Consagrada en la diócesis.
El retiro concluyuó con una convivencia entre las religiosas, que compartieron alimentos que llevaron desde sus casas generales.
“Estos encuentros de reflexión nos ayudan mucho a conocernos, compartir nuestros carismas e ir buscando juntas qué quiere decirnos Dios, qué nos pide como Vida Consagrada en esta diócesis, y qué queremos decir nosotras a la comunidad”, dijo la hermana Carmen Zubía, MMD.
“Les pedimos que sigan pidiendo por vocaciones para nuestras congregaciones y su apoyo a consagradas y consagrados, que, aunque no se nota, tenemos un trabajo persistente”, finalizó.