Ana María Ibarra
El olor de las veladoras en el interior del Santuario, el son de las danzas y la devoción de la gente nuevamente fueron parte de las fiestas de San Lorenzo, co- patrono de la Diócesis de Ciudad Juárez, las cuales se reanudaron después de dos años de pandemia.
Con gran fe, los corazones emocionados y la piel erizada, fieles devotos de San Lorenzo se dieron cita durante la fiesta que inició el martes 9 de agosto con la procesión, para luego participar de la misa presida por el obispo diocesano, don J. Guadalupe Torres Campos.
Este año se cambió el recorrido de la procesión, pues hoy la sede de inicio y punto de encuentro fue el parque del fraccionamiento Alameda, en la Avenida Vicente Guerrero.
Ahí el contingente se preparó para caminar con devoción, llevando la imagen de San Lorenzo al frente, en un carro alegórico adornado con globos y flores.
La procesión inició en punto de las 8:00 de la noche con la participación de más de 400 fieles, entre niños, jóvenes y adultos, quienes caminaron dedicando alabanzas y rezos al santo patrono, mientras tres grupos de Matachines danzaron en el trayecto.
Los fieles llevaron en el corazón sus intenciones, pidiendo la intercesión de San Lorenzo. Otros volvieron para pagar sus mandas vestidos del santo mártir, llevando veladoras y flores, o simplemente caminando.
El contingente iba guiado por jóvenes que participaron en el orden, concluyendo en el Santuario de San Lorenzo sin ningún percance.
Fe desbordada
El atrio del templo y sus alrededores se vieron nuevamente envueltos de colores y sabores con la venta de comida y artesanías y los juegos mecánicos que dieron alegría a los pequeños.
La gente que llegó en la procesión, al igual que algunos que ya se encontraban en el atrio, se reunieron en el estacionamiento para participar de la primera Eucaristía de la fiesta, misma que fue presidida por monseñor Torres Campos.
Para disponer a la feligresía aun en medio del barullo, el obispo pidió a la gente actitud de silencio interior para escuchar la liturgia de la Palabra.
En su homilía el obispo se dijo contento de ver nuevamente en ese recinto la fe desbordada de la gente.
“Querida comunidad de Ciudad Juárez, es impresionante verlos, ver su fe. Hemos vivido años difíciles con la pandemia. Esta noche es diferente. Su presencia es un signo del amor de Dios”, expresó el obispo.
Acción de gracias y compromiso
El obispo señaló que, si bien cada uno de los fieles asistió instintivamente con gusto y devoción, fue el Señor quien los llamó a acudir a Cristo por intercesión de San Lorenzo.
“Todavía hay tiempos difíciles. La enfermedad ahí sigue, la violencia sigue en la ciudad, en el mundo, hay conflictos nacionales, un mundo en pecado. Por eso, nuestra presencia es importante, una acción de gracias, pero también un compromiso”, señaló.
Resaltó que la devoción mueve a las personas, pero se debe hacer un alto y preguntar qué quiere Dios de cada uno.
Ese día la comunidad concluyó la celebración motivada y fortalecida, dispuesta a seguir demostrando su fe y disfrutando de la fiesta.
Y al día siguiente, 10 de agosto, memoria de San Lorenzo, los festejos continuaron en el Santuario y sus alrededores con celebración de misas cada dos horas, y la verbena popular en la plaza y calles aledañas que fueron cerradas para el resguardo de los asistentes.
FRASE…
“San Lorenzo demuestra su amor dando su vida en el martirio. Sigamos siendo un pueblo agradecido. No podemos seguir igual, debemos comprometernos para un cambio hacia la paz”.
Mons. J. Guadalupe Torres Campos