Sacerdote misionero claretiano encargado del Albergue San Romero de América en esta ciudad, comparte la alegría por el cruce de algunos de sus huéspedes…pero dice que siguen llegando y se complica la atención.
Diana Adriano
Gracias al Protocolo de Protección al Migrante (MPP) desde el viernes 26 de febrero comenzaron a recibir a migrantes en el puente Santa Fe, para seguir con su proceso de asilo político en Estados Unidos.
El padre Carlos Quevedo, misionero claretiano y coordinador del albergue San Romero de América, mencionó que esta noticia ha traído muchas esperanzas para la comunidad migrante que acoge el albergue.
“Dentro de los primeros migrantes que recibieron el pasado viernes, gracias a Dios iba una inmigrante embarazada de Honduras que estuvo en este albergue y que ya llevaba dos años en espera aquí en la frontera”, explicó el padre Carlos.
Compartió que durante la semana, tres familias, entre las que se encuentran niños pequeños, fueron admitidas en los Estados Unidos gracias a este protocolo.
“Son ocho personas en total las que partieron a Tennessee, Washington D.C y Carolina del Norte, las cuales vienen huyendo de una situación de persecución y violencia en su país de origen”, agregó el sacerdote.
El albergue que opera en una casa de la Colonia Del Real, actualmente cuenta con 25 migrantes de Centroamérica que están bajo el programa de MPP y están en la espera de ser llamados para poder cruzar legalmente a los Estados Unidos.
“Este protocolo ha traído también un trato digno hacia las personas migrantes. Sin duda es de mucha felicidad para nosotros y seguimos en la espera de que este programa de protección llegué a una fase dos, y permita que la frontera sea más accesible para los migrantes”, dijo.
Nuevos migrantes
El presbítero explicó que esta situación ha sido muy beneficiosa para los migrantes que llevan varados uno o dos años en la frontera, sin embargo, ha ocasionado que más migrantes lleguen en busca del ‘sueño americano’.
“Durante la semana me ha tocado recibir a cinco familias que vienen de Centroamérica y una que viene de aquí de México, pero no los hemos podido admitir en este albergue, ya que necesitan pasar primero por el Hotel Filtro y cumplir con los requerimientos de sanidad.
Tratamos de ayudar en lo que se pueda, pues seguimos la misión que el Papa Francisco nos encomendó; acoger, promover, integrar y proteger a los migrantes, creando un espacio digno para ellos”, finalizó el padre Carl.