Diana Adriano
La hermana Raquel Coss, religiosa Dominica de la Doctrina Cristiana compartió con Periódico Presencia cómo la figura de Padre Pío ha influido profundamente en su vida vocacional durante los últimos siete años.
En una conversación sincera reveló cuatro elementos fundamentales en su relación con el Santo Padre Pío.
1. Sanación espiritual y paternidad como regalo
La religiosa reveló que su encuentro con Padre Pío se produjo en un momento crítico, cuando atravesaba una crisis de discernimiento vocacional.
«Fue en mi segundo año de noviciado. Mi maestra de formación nos solía poner una película cada domingo, y en esa ocasión eligió una película sobre el padre Pío», compartió Sor Raquel.
Aunque al principio la película le pareció larga, hubo un momento crucial que capturó su atención y cambió su perspectiva.
“Al final de la película, el padre Pío dijo que toda su vida había sido un misterio y que reconocía que ese misterio provenía de Dios mismo, y que ni siquiera sabía por qué Dios le había permitido sentir su Pasión en su cuerpo”.
Ese momento fue revelador para la hermana, quien sintió una profunda conexión espiritual con el padre Pío.
“En ese momento entendí que estaba cargando mi cruz y que estaba experimentando la Pasión y Muerte en mi cuerpo, no solo físicamente, sino también espiritualmente”, explicó.
Por otra parte, a lo largo de los años, la hermana Raquel ha desarrollado una devoción especial por San Pío y lo considera su «papá espiritual». La ausencia de un padre en su vida terrenal ha sido una herida marcada en su vocación, pero el padre Pío ha venido a llenar ese vacío espiritual, dijo.
“El padre Pío ha venido a sanar, restaurar y liberar. Sobre todo, me ha enseñado que esa paternidad espiritual se puede llevar a cabo en el proceso de fe”, afirmó.
- Vida de oración y sano escrúpulo a la hora de confesarse
La entrevistada recordó que la vida de San Pío le enseñó una disciplina perfecta en la oración.
«El padre Pío me enseñó que toda la vida es una constante oración, que cada acción, ya sea trabajar, levantarse, dibujar, cantar o caminar, puede ser una oblación hacia Dios», dijo.
Esta perspectiva transformó su visión de la oración y le permitió experimentar la presencia divina en cada aspecto de su vida cotidiana.
La religiosa también compartió cómo San Pío, como un padre espiritual, la ha guiado en el proceso de la Confesión.
Conocido por ser uno de los confesores más estrictos, San Pío influyó en la hermana Raquel para abordar este sacramento con seriedad, humildad y un “sano escrúpulo» referido esto a la conciencia plena que se debe tener al acercarse al sacramento.
«En varios momentos de mi vida, he sentido como el padre Pío me ayuda en mi discernimiento y gracias a esto he encontrado el consuelo verdadero en este sacramento», compartió la religiosa.
3.Discernimiento en las tentaciones
Por otra parte, destacó que el padre Pío, a lo largo de su vida, enfrentó diversas tentaciones
no solo en áreas como la castidad, la pobreza y la obediencia, sino que también experimentó tentaciones de manera particular. Citando las palabras del santo, explicó que las tentaciones son la experiencia ordinaria que el demonio utiliza para llevar a las personas a la caída espiritual.
«Es importante destacar que no todas las tentaciones provienen del demonio», subrayó.
«El discernimiento y la sabiduría provienen de nuestra unión con Dios. Si nuestra oración y relación con Dios son fuertes, podemos discernir si una tentación proviene del demonio o no», agregó.
La religiosa compartió cómo el padre Pío le proporcionó herramientas esenciales para resistir las tentaciones, como la oración constante, la meditación, la reflexión y, sobre todo, la fe, prácticas espirituales que le ayudan a fortalecer su relación con Dios y así perseverar en el camino de la virtud y la santidad.
- La alegría de la vocación
La hermana Raquel concluyó sus reflexiones compartiendo sobre la plenitud en la vocación religiosa.
Dijo que al observar la vida del padre Pío y su partida de este mundo, ella reconoció un misterio importante: que su vida fue un reflejo de Jesús actuando a través de él, como un instrumento de la voluntad divina.
«Con esto no quiero decir que yo ya me siento verdaderamente plena en la vocación, o que soy la mujer más feliz del mundo en la vida consagrada», aclaró la hermana Raquel.
«La verdad es que al ver la vida del padre Pío y cómo murió, él reconoce en este misterio que fue su vida: fue Jesús a través de él. Un instrumento».
La entrevistada compartió su comprensión de que la plenitud en la vocación religiosa no se trata de experimentar felicidad perpetua, sino de aceptar la voluntad de Dios en la vida, incluso en medio de las dificultades y desafíos.
«Puedo darme cuenta de que la plenitud de la vocación es la aceptación de la voluntad de Dios en nuestra vida, pero sobre todo pasar por la Pasión y la Muerte para gozar de la resurrección del Señor», expresó la religiosa.