Ana María Ibarra
72 sacerdotes ordenados, 20 diáconos permanentes, 26 sacerdotes enviados a especialización al extranjero, 35 parroquias y dos cartas pastorales, son parte del trabajo pastoral que don Renato Ascencio León, tercer obispo de la diócesis de Ciudad Juárez, dejó después de 20 años de dirigir esta porción de la grey católica.
Hoy, que goza de la vida eterna, Periódico Presencia recuerda su vida y obra en la diócesis.
Más sacerdotes
Después de haber sido nombrado obispo de la Diócesis de Ciudad Juárez, el 07 de octubre de 1994, don Renato Ascencio León llegó a esta diócesis el 10 noviembre de ese mismo año, siendo recibido por la comunidad diocesana con gran alegría.
“Yo reconozco la labor que inició don Manuel, quien en 1957 empezó a abrir el surco y poner la semilla; don Juan la regó siempre, a mí me tocará cultivarla y a otros les tocará recoger los frutos”, fueron las palabras de don Renato al ser entrevistado previo a su llegada a Ciudad Juárez.
Desde los primeros meses de su episcopado en Juárez, don Renato presidió las primeras ordenaciones sacerdotales, además de haber consolidado la formación que reciben los seminaristas, desde el Seminario Menor hasta Teología, pues decidió que toda la formación se realizara en Juárez, en la realidad pastoral propia de esta frontera con la finalidad de entregar a la comunidad diocesana más y mejores pastores.
Con esta preocupación de entregar a la comunidad un mayor número de sacerdotes bien formados, don Renato ordenó 72 sacerdotes en sus 20 años de servicio en la diócesis local.
Mejor formados
Preocupado por la formación de su presbiterio, aun a pesar de las dificultades pastorales y económicas que representó para la diócesis, la formación en especialidades concretas fue uno de los grandes aciertos que tuvo don Renato, por lo que, en su período fueron 26 sacerdotes quienes salieron al extranjero para cursar una especialidad.
Ante una ciudad en crecimiento y la necesidad de atención pastoral, monseñor Ascencio impulsó el diaconado permanente, cuya iniciativa fue de monseñor Juan Sandoval Iñiguez, sin embargo, en el año 1999 el obispo Renato ordenó a los primeros cuatro diáconos permanentes. Al momento de su renuncia la diócesis contaba con 20 hombres casados, ordenados en el diaconado permanente.
Atención a los fieles
Para una mejor atención de los fieles no solo se requieren pastores, sino también los espacios de congregación. Así, ante el crecimiento de la mancha urbana y preocupado por la santificación de los fieles, monseñor Renato Ascencio erigió 36 parroquias siendo la primera de ellas San José de Lomas, erigida el 28 de junio de 1995.
Algunas de estas parroquias fueron creadas tras analizar los factores para que esto fuera posible. Además se buscó dividir territorios parroquiales de gran extensión -decanatos-, y en otras ocasiones se tuvo que iniciar desde conseguir el terreno para construir el templo, lo que fue un gran reto.
“Hay que agradecer a don Renato que tuvo esa sensibilidad para crear nuevas parroquias”, compartió el padre Carlos Márquez (qepd) en febrero del 2015 ante la renuncia de don Renato.
“Todo su trabajo, todo su esfuerzo está reflejado en su persona. Don Renato no enfermó solo por su edad sino porque se desgastó, se entregó, se preocupó por su esposa, la diócesis, a la que tanto amó”, expresó también en aquel entonces el padre Francisco Galo Sánchez.
Obispo de migrantes
Durante su misión como obispo de Ciudad Juárez, don Renato Ascencio publicó dos cartas pastorales y participó en la elaboración de una carta binacional sobre migración (Presencia 1105).
Las cartas pastorales para dirigir y ejercer su ministerio abordaron temas concretos:
“El nuevo rostro de la catequesis” (2006), documento con grandes aportaciones en la línea de la organización de la catequesis. Y la segunda carta fue elaborada de manera sencilla durante el Año de la Fe (2012) decretado por el papa Benedicto XVI y su vigencia fue únicamente por ese año.
Por otra parte colaboró en la elaboración de la carta binacional “Juntos en el camino de la esperanza, ya no somos extranjeros”, publicada mientras fue presidente de la Comisión Episcopal de Movilidad Humana. Así, la migración fue un asunto que siempre tuvo presente en su episcopado.
Don Renato participó en muchos encuentros y visitó países para conocer la situación de migración desde Brasil hasta Canadá. Estuvo dos años como secretario hasta que fue nombrado por el Vaticano como miembro del Consejo Pontificio de la Pastoral de Emigrantes e Itinerantes, que desempeñó por casi seis años.
Por su trabajo durante 20 años y amor por nuestra diócesis, Periódico Presencia, junto con la comunidad le decimos:
¡Gracias, don Renato. Dios le premie con la vida eterna!
Su huella en Juárez
- 72 sacerdotes ordenados
- 20 diáconos permanentes ordenados
- 26 sacerdotes enviados a especialización al extranjero
- 35 parroquias erigidas
- 2 Cartas Pastorales