Ana María Ibarra
Con motivo de la fiesta de Santa Clara, las hermanas Clarisas Capuchinas abrieron nuevamente sus puertas invitando a los fieles a dedicar un momento de adoración a Jesús Sacramentado que fue expuesto en la capilla del monasterio.
La adoración se realizó iniciando el martes 9 y hasta el 11 de agosto, fiesta de Santa Clara.
Una tradición
Agradecidas con Dios y con la comunidad diocesana por su respuesta, las hermanas Clarisas Capuchinas se mostraron contentas de recibir a los fieles en la capilla donde el Santísimo Sacramento permaneció expuesto un poco más de 40 horas para su adoración. El horario que los fieles y grupos externos cubrieron fue de 9:00 de la mañana a 9:00 de la noche, siendo las hermanas quienes se hicieron cargo de la adoración durante la noche y madrugada.
«El jubileo de las 40 horas es ya una tradición en nuestro monasterio, inició como respuesta al llamado que el papa hizo a los monasterios de ser escuelas de oración”, compartió la hermana Abril Ramírez.
Con este espacio de oración, las monjas abrieron la posibilidad para que la comunidad las conozca, pues ante el crecimiento de la ciudad mucha gente no sabe que existe un monasterio de monjas Capuchinas.
“Cuando salimos la gente piensa que venimos de fuera. Empezamos con este jubileo, llamado así porque es un tiempo donde el Señor derrama gracias abundantes en las personas que acuden”, agregó.
Gran participación
La religiosa señaló que este año hubo mucha participación de fieles de parroquias como Perpetuo Socorro, Mártires Mexicanos, y grupos como Legión de María, entre otros.
“A la gente les impresiona nuestra forma de vida que es estar en oración delante del Señor. Durante la pandemia hicimos las 40 horas nosotras mismas, pero es muy bonito que la gente venga, nos conozca y se adentren a la oración ante el Santísimo. Nuestro carisma es un sustento para la comunidad”, señaló.
Durante estos días, se celebró la Eucaristía. Además, los fieles pudieron dejar por escrito sus intenciones por escritas para que las hermanas pidan por ellas en sus momentos de oración y ponerlas en las misas en el altar del Señor.
El jubileo e 40 horas de adoración concluyó el jueves 11 de agosto con la bendición que el padre Leopoldo Nevárez impartió con el Santísimo Sacramento, y posteriormente se llevó a cabo una misa de acción de gracias.