Diana Adriano
Los integrantes del coro Cristo Niño celebraron su 30 aniversario con una misa de acción de gracias en la parroquia La Santísima Trinidad, comunidad en la que nació a finales de 1992, por iniciativa de Fray Guillermo Aviña, OP (qepd).
Durante la celebración, el padre Antonio González, párroco de la comunidad, agradeció el trabajo y el esfuerzo que se ha puesto a lo largo de los años por este coro que ha sido testigo de varias generaciones de niños talentosos.
Sus inicios
Juan Enrique Sánchez Zárate, director del coro, explicó que Fray Guillermo, en ese entonces párroco de La Santísima Trinidad, vio la necesidad de tener un coro infantil para el acompañamiento de la celebración de la santa misa de niños a las 10 de la mañana.
“Se dedicó a reclutar niños para participar alabando al Señor en esa celebración, e inició como primer director el señor José Martínez, integrándome después de un corto tiempo, como director”, informó Juan Enrique.
Juan, junto a su esposa Rosa Emma Robles, hasta la fecha han estado al frente del coro y han sido quienes han visto progresar a todos los niños durante este tiempo, muchos de quienes, ya adultos, participan en grandes producciones musicales a lo largo del país.
En su mayoría, el coro está integrado por niños provenientes del curso de catequesis de la parroquia.
“Viendo la necesidad de fortalecer el crecimiento de los niños no solo en el aspecto artístico, sino también en el conocimiento de la palabra de Dios, organizamos en el año 2000 el primer retiro «Jesús, Cristo Niño y la Naturaleza», iniciando una alianza con el grupo 18 Scouts de México para la organización del mismo”, informó el director.
Esta unión, que prevalece hasta la fecha, fortaleció el crecimiento espiritual y de servicio de los pequeños.
Gran alegría
Durante la Misa celebrativa del aniversario, el padre Antonio cedió la palabra al coro, quien reconoció el trabajo de Juan Enrique y Rosa Emma, y les otorgó una placa conmemorativa.
“Este año 2022 Cristo Niño cumple 30 años de servicio, durante los cuales han participado más de 200 integrantes, muchos de ellos siguen en diferentes grupos de las parroquias de esta diócesis. Estamos orgullosos de todos ellos”, verbalizó Juan al recibir su placa.
También se da el caso ya de recibir a los hijos de las primeras generaciones, como es el caso de Linda Herrera, quien a los 7 años ingresó al coro para ser de los primeras cantoras y ahora decidió regresar a la comunidad e integrar a sus hijas Samanta y Sonia Nicole, de 11 y 8 años.