Ana María Ibarra
Lleno de gozo y agradecido, así se definió el padre Ricardo López, invitado a celebrar la Eucaristía en la parroquia El Señor de la Misericordia el pasado 7 de marzo.
Alerta católica
El padre Ricardo López Díaz llegó a Ciudad Juárez para participar en el evento ‘Aférrate a Jesús’ el 9 de marzo, y fue invitado a presidir la misa y la hora santa en la parroquia El Señor de la Misericordia el jueves previo del evento.
“Me siento lleno de gozo de celebrar la Eucaristía con ustedes y por ustedes. Gracias por la invitación”, expresó el padre Ricardo al inicio de la celebración.
En su homilía, el sacerdote y predicador reflexionó sobre el evangelio del día alertando a la feligresía sobre las prácticas no cristianas que existen y a las que acude la gente por ignorancia o desesperación.
“El demonio también puede hacer favores, pero se los cobra. Aguas con los que te ofrecen cosas facilitas. La Iglesia no garantiza nada, pero en otros lados si garantizan soluciones, por eso acuden a las limpias, por ignorancia o por desesperación. Cuando acudes al ocultismo no sabes qué llaves estás entregando al enemigo”, alertó el sacerdote.
Pecados capitales
El padre Ricardo reflexionó con los fieles que el que no está con Jesús, está en su contra, pues Él mismo lo dice en la Sagrada Escritura.
“Jesús dice: el que no junta conmigo, desparrama. Si no estás completamente con Jesús ya estás con el enemigo. O servimos voluntariamente al Señor o el demonio tiene sus maneras de ponernos a su servicio”, afirmó.
Agregó que los pecados capitales son una forma que utiliza el enemigo para poner al ser humano a su servicio, pues quien cae en uno de estos pecados, finalmente terminará cayendo en todos.
“Los que están del lado del mal son congruentes, lo manifiestan en su manera de hablar, de vestir. A un cristiano no se le nota que es cristiano. Es necesario preguntar: Señor, ¿qué quieres de mí?”, alertó.
Después de la celebración eucarística, el padre Ricardo dirigió la hora santa, dando espacios de silencio para que los fieles pudieran estar en recogimiento y delante de Jesús Eucaristía, abriendo su corazón en un encuentro personal.
Al concluir, el sacerdote agradeció a la comunidad su acogida.