Para los devotos de la Virgen del Carmen, el escapulario en su memoria es un símbolo sagrado para fortalecer su fe.
Diana Adriano
Con motivo de la fiesta patronal de Nuestra Señora del Carmen, decenas de devotos se acercaron a la comunidad ubicada en la calle Miguel Hidalgo, para bendecir y recibir la imposición del escapulario Carmelita.
Como se sabe, la Virgen en una aparición rodeada de ángeles, le entregó el santo Escapulario a san Simón Stock, Superior General de los Carmelitas, el domingo 16 de julio de 1251 en respuesta a sus oraciones, pues su Orden padecía dificultades tras haber tenido que abandonar Tierra Santa al término de las Cruzadas.
En su aparición, la Virgen le dijo: “Toma, amado hijo, este escapulario de tu Orden como símbolo de mi confraternidad y especial signo de gracia para ti y todos los Carmelitas; quien quiera que muera con esta prenda, no sufrirá el fuego eterno. Es el signo de salvación, defensor en los peligros, prenda de la paz y de esta alianza”.
Recordatorio mariano
Como ya es tradición, el párroco de la comunidad, padre Armando Benavides, invitó a todos los creyentes a bendecir y portar este símbolo sagrado, como una forma de fortalecer su fe y un recordatorio de las virtudes de María, para así obrar como ella.
Durante todo el día de la fiesta patronal, al finalizar las celebraciones de la Santa Misa el sacerdote bendijo e impuso los escapularios que los fieles portaron en sus manos desde sus lugares.
Acto seguido, los católicos en su compromiso de fe pasaron por debajo del manto de la Virgen, como signo de protección a sus devotos y a las almas que se purifican en el fuego y que miran a María como su única esperanza.
Artesanos de Paz
De manera especial, el obispo don José Guadalupe Torres Campos visitó la comunidad para presidir la Santa Misa de las 6 de la tarde, y vivir la celebración junto con ellos.
Después de la lectura del Evangelio, el obispo recordó que por ser Madre de Jesús, María supo, como nadie, amar a su hijo y nos anima a amarlo de forma total.
“Hoy celebramos una fiesta hermosísima, de amplia emoción y devoción. El Señor nos manda a Nuestra Señora del Carmen para aceptar a su Hijo y convertirnos en artesanos de la paz, constructores de la paz”, compartió monseñor Torres.
Un cristiano sin la Virgen está huérfano, recalcó el obispo. Por ello invitó a todos los presentes a acogerla, recibirla, dejarse abrazar por ella. “Ese abrazo de María que nos brinda su alivio, nos alimenta, nos consuela y nos invita a responderle a Dios siendo generosos dadores de la paz”, añadió.
Al concluir su mensaje, de manera solemne el obispo realizó la coronación de la Bienaventurada Virgen María y del Niño Jesús que lleva en sus brazos.
Para saber…
El escapulario de la Virgen del Carmen recibió reconocimiento oficial del Papa en 1587 y ha sido respaldado posteriormente por numerosos pontífices a lo largo de los siglos.
¡Nuestra Señora del Carmen, ruega por nosotros!