La Doctrina Social de la Iglesia nos enseña que “una verdadera paz solo es posible mediante el perdón y la reconciliación”…y por ello todos debemos poner “manos a la obra”…
Diana Adriano
La construcción de la paz sigue siendo una tarea urgente en la sociedad actual, ya que esta se logra día a día en la búsqueda del orden querido por Dios y únicamente puede florecer cuando cada uno reconoce la propia responsabilidad para promoverla.
Así lo afirma Luis Felipe Pérez, integrante del grupo Caridad y Verdad, quien en entrevista explica cómo construir la paz según las enseñanzas de la Doctrina Social de la Iglesia, y cómo puede llevar a los católicos a responder al llamado del Papa Francisco para convertirnos todos en artesanos de la paz.
¿Qué es la paz?
Para Luis Felipe, pareciera necesario hablar de la guerra cuando intentamos definir la paz, sin embargo, no solo se podría definir la paz como ausencia de guerra, sino que, como menciona el numeral 490 del Compendio de Doctrina Social de la iglesia: La paz es “la meta de la convivencia social”, es decir: la paz es un valor, un deber, un fruto de la justicia.
“La violencia, no solo como un acto aislado, sino como una realidad constante, es el resultado del pecado y del alejamiento del hombre de Dios. Entonces necesitamos a Dios porque solo a través de Él es que encontraremos la paz”, señaló Luis Felipe.
Máxima expresión de paz
Por otro lado explicó que Jesús nos da la máxima expresión de la paz.
“Con su muerte y resurrección nos ha regalado la salvación, que nos da la posibilidad de encontrarnos con el Padre y alcanzar la santidad”, dijo el entrevistado.
Añadió que es tarea de todos trabajar por la paz, pues esta es un fruto que todos debemos sembrar para poder disfrutar.
Y esto se logra a través de nuestras acciones, de aplicar los principios de la DSI para contribuir al bien común y a que cada vez tengamos una sociedad más segura.
“Los caminos son muchos, siempre podemos poner nuestros talentos a trabajar. Preguntémonos qué talentos nos ha dado Dios y pongámonos a trabajar por los demás. Todos estamos llamados a la construcción de la paz”, abundó.
Todos somos llamados
Luis Felipe indicó que la Iglesia como madre y maestra nos muestra el camino para la paz, sin embargo, subrayó que no solo es responsabilidad de la Iglesia, sino que todos como ciudadanos estamos llamados a la construcción de la paz.
“Muchos de los conflictos se podrían solucionar perdonando. En el Padre Nuestro le pedimos al Padre que perdone nuestras ofensas como perdonamos a los que nos ofenden. Pero muchas veces nos olvidamos de perdonar”, recordó el entrevistado, y por ello sugirió:
“Pidámosle a Dios el deseo de perdonar y busquemos su perdón en el sacramento de la reconciliación”.
Citó el numeral 517 que dice: “La Iglesia enseña que una verdadera paz solo es posible mediante el perdón y la reconciliación”.
La guerra como última opción
La guerra siempre debe ser la última opción, expresó Luis Felipe, ya que es conveniente, como católicos, buscar otras alternativas.
“Las consecuencias de la guerra no son solamente pérdidas materiales, sino la pérdida de lo más importante que tenemos: la vida.
La legítima defensa
Por otra parte, también existe la legítima defensa, que debe reunir cuatro características:
*Primera. Que el daño causado por el agresor sea duradero, grave y cierto.
*En segundo lugar. Que se hayan agotado todos los demás medios para poner fin a la agresión.
*En tercer lugar. Que se tenga la posibilidad de ganar.
*En cuarto lugar. Que el defenderse solo genere daños más graves que el mal que se pretende eliminar.
De la misma manera, compartió que la Doctrina Social de la Iglesia, en el numeral 508 propone un “desarme general, equilibrado y controlado”, y está en contra de cualquier acumulación excesiva de armas y su comercio generalizado.
Situación lamentable
La situación que vivimos en México es muy triste, confirmó Luis Felipe.
“Nos encontramos en medio de un conflicto donde no hay perdón, ni acuerdo, sin embargo, el combate debe llevarse a cabo siempre con apego a los derechos humanos. Por supuesto se debe buscar el solucionar el problema de raíz, con una mejor educación, salud y en general Y que existan los medios para que el involucrarse con los grupos delictivos no sea una opción para los que los integran”.
El entrevistado concluyó al afirmar que, al final de cuentas, la Iglesia somos todos los bautizados y es tarea importante de los laicos el involucrarse en los procesos que promueven la paz.
“Que través del fortalecimiento de las instituciones y proyectos, busquemos siempre participar según nuestras posibilidades”, dijo.
Y finalizó: “Debemos también orar para que Dios nos conceda la paz y nos dé las fuerzas para luchar por ella”.