Agradecemos a los organizadores y a la gente que se entusiasma y grita, a los luchadores y a todos los que logran que esta sea una convivencia familiar…Obispo don Guadalupe Torres
Claudia Iveth Robles
Niño Tormenta y Signo de Fuego, luchadores del gimnasio de Fray Tormenta, invitados especiales a la función de Lucha Libre del Seminario Conciliar de Ciudad Juárez, lograron llevarse el premio mayor del encuentro luchístico sacerdotal en el que participaron El Angel Negro y Fariseo.
A pesar de la trampa que urdieron Ángel Negro y Fariseo, los discípulos de Fray Tormenta se llevaron un premio de 5 mil pesos que beneficiará a la Casa Hogar que el legendario sacerdote luchador sostiene en la Ciudad de México.
Esto sucedió el pasado domingo 27 de septiembre en la tradicional función de lucha libre de la Arena Seminario, a la cual acudieron decenas de personas para apoyar su luchador favorito.
Igual se observaron sacerdotes y religiosas para quienes es toda una atracción ver a sacerdotes dejar a un lado la sotana y ponerse la máscara para subir al ring.
Obispo en el ring
En medio del juego de luces y sonido y de los gritos del respetable, los sacerdotes luchadores salieron al ring después de una primera contienda entre luchadores locales.
Luego, el padre Alberto Castillo, ecónomo del Seminario subió al encordado junto a Fray Tormenta para hacer la presentación de los sacerdotes luchadores, en la que ayudó el propio obispo don José Guadalupe Torres Campos, animado por el público que le pidió subir al ring.
En la primera vez que don Guadalupe asistía a la función de los sacerdotes luchadores, el obispo hizo unos brincos y gestos de lucha y luego agradeció a Fray Tormenta ser una inspiración.
“Gracias por apoyarnos siempre con su inteligencia en el arte de la lucha… la labor tan importante que realiza con estos niños es un ejemplo para nosotros”, dijo el obispo , quien dio su permiso para que sus sacerdotes siguieran en la lucha libre con una condición: que entrenen y se preparen muy bien.
“Agradecemos a los organizadores y a la gente que se entusiasma y grita, a los luchadores y a todos los que logran que esta sea una convivencia familiar” dijo don Guadalupe.
Cambio de bando
Fray Tormenta, quien el año pasado demostró su buena condición y manejo de llaves en la lona, se disculpó esta vez por no poder luchar debido a una operación que le realizaron, pero a cambio trajo a sus cachorros Niño Tormenta y Signo de Fuego.
Encima del ring fue colgada una mochila que contenía 5 mil pesos. El primero que la bajara la llevaría para beneficiar ya fuer a la Casa Hogar de Fray Tormenta, o al Comedor San Juan Diego del padre Hugo Muñoz.
Fue al inicio de la lucha cuando el Fariseo anunció al Angel Negro que ya no sería rudo, sino técnico. “Quiero pelear para que esa bolsa de dinero se vaya a los cachorros”, dijo el Fariseo.
“Fariseo, tienes que quitarte esa mascara porque el negro significa, cochambre, pecado, morbo… te traje otra máscara y la tendrás que usar si quieres pelear como técnico”, intervino Fray Tormenta.
Ángel Negro ya había convencido a Niño Tormenta y ambos conformaron el bando rudo, mientras Fariseo y Signo de fuego lucharon como técnicos.
Máscara vs máscara
Entre juego de llaves, espectaculares vuelos y planchas, Fariseo le dio un revés a su compañero y junto a Angel Negro tomó la mochila.
Pero entonces se transmitió un video en el que se evidenció el acuerdo de Angel y Fariseo para traicionar a los cachorros, a lo que Fray Tormenta reclamó, y con la intervención del árbitro, del público y hasta del obispo, se entregó el premio económico a los cachorros de Fray Tormenta.
Fariseo retó esa noche a El Siervo a una pelea máscara contra máscara para apoyar la construcción del templo de San Isidro, en El Valle.
Luchadores pro
Luego, en la lucha estelar se enfrentaron Pagano y Rey Bucanero contra Aéreo y Ángel de Oro este último actual campeón del Consejo Mundial de Lucha libre y presente por primera vez en Juárez.
Y como siempre el bien triunfa sobre el mal, la tercera caída fue para el bando técnico conformado por Pagano y Rey Bucanero.
Así, el público salió feliz del espectáculo de lucha, mientras los sacerdotes luchadores y los profesionales ya se preparan para el encuentro del siguiente año.