Como cada año presentamos las tradicionales calaveras por el 2 de noviembre, Día de los Fieles Difuntos
La Muerte
Soy la calaca morena,
descendiente de chamanes,
y ustedes, ¡enhorabuena!,
todos están en mis planes.
Mi sangre es israelita
y mi corazón gentil,
amo al pueblo moscovita
y odio a quien me es hostil.
Papa Francisco
Hoy su Iglesia les confisco
por ser de origen romano
y vengo por un fulano
que llaman Papa Francisco,
Un momento contumaz:
dijo el Papa: ¡atrás, atrás!
retírate Satanás
y deja a la Iglesia en paz.
Los obispos sinodales
Soy la calaca malvada:
falló el proyecto sinodal
y vengo como invitada
a preparar su funeral.
Y todo fue presentarme,
todos se eligieron jueces
ya quieren perjudicarme
en aras de sus intereses.
Será mejor que me aleje
antes de otro desencanto,
nadie me dijo que su jefe
era el Espíritu Santo.
Don J. Guadalupe, nuestro obispo
Una carroza blindada
aparcó en el Obispado,
era la muerte morada
que venía por el prelado.
Don Lupe, ya en su despacho,
dijo: no puedo atenderte;
¡Me vale!, dijo la muerte,
Ven conmigo ¡no seas gacho!
Espectro, si tienes sesos,
úsalos, tienes que irte,
no vayan a confundirte
los traficantes de huesos.
Radio Guadalupana
La muerte fue a disentir
en Radio Guadalupana:
Yo soy la muerte pagana
y todos van a morir.
De veras les traigo ganas
y quiero sus calaveras,
¡Nada de Alegres mañanas!,
son coro de plañideras.
No sabes ni lo que dices,
tu opinión sale sobrando,
nosotros somos felices
y estamos evangelizando.
Madre Gracia Torres, MMD
Ya tenía lista tu fosa
y perdóname el tuteo,
pero ahora que te veo,
tú eres cimiento, dolorosa.
Perdóname por favor,
te venero y te respeto,
ángel y adulta mayor,
con ángeles ¡no me meto!
Dolorosas (Ángeles Azules)
Estas no tienen perdón
y no es algo que yo invento,
son de Antiguo Testamento
ignoran lo que es un panteón.
Ya tengo un plan irredento
les diré con convicción:
Que sentí la vocación
y quiero entrar al convento.
A la luz de la luna llena
hablaré con gran franqueza,
les platicaré mis penas
y morirán de tristeza.
Presbiterio de Ciudad Juárez
Para nadie es un misterio
Que nuestra guerra es perenne
Y a mí nada me detiene
Vengo por el presbiterio.
La grey siempre se ha escapado
y los curas ya me agüitan,
los llevo por el pecado
y ellos los resucitan.
Presencia
Treinta años se dicen fácil,
dijo Ella frunciendo el ceño
y mírenme a mí tan frágil,
vengo a frustrarles su sueño.
Soy la calaca… ¡Carajo!
en busca de la verdad,
treinta años de trabajo
y sigo sin novedad.
Mejor de plano me rajo,
busco otra cosa mejor
y esto lo mando al carajo
directo al congelador.
Pbro. José Ríos, fundador de Presencia
Según investigaciones
varios curas son sospechosos,
pero todos son medrosos
se escudan tras de sus barbas.
La muerte tuvo una cadencia
con los curas mencionados,
más por pura coincidencia
Todos iban rasurados.
Con mucho amor y respeto
mi justicia es implacable,
vengo al ver al responsable
de tan nefasto panfleto.
Felipe Ramos
Va mi saludo letal
al padre Felipe Ramos
gélido como esquimal;
es el último y nos vamos.
Dijo la muerte maldita
y aunque mucho lo deploro,
cerraré con broche de oro
mi boicoteada visita.
¡Momento!, le dijo el cura,
hablas muy a la ligera,
tú vuelve a tu sepultura,
yo me iré cuando Dios quiera.
Raúl Vega (en la Gloria del Padre)
A ver si hoy no me la juega,
y aunque soy el puro hueso,
busco al padre Raúl Vega,
un cura de mucho peso.
Igual que todos los años
la muerte llegó en tropel,
igual que todos los años,
nadie dio razón de él.
La muerte se puso tensa
y lloró ante la multitud
cuando el padre le dijo ¡Mensa!,
donde estoy, no cabes tú.