Diana Adriano
El pasado 27 de septiembre la comunidad católica se unió para celebrar el día de San Vicente de Paul, patrono de las obras de caridad y servicio a los menos afortunados.
En Ciudad Juárez este año fue especial ya que también marcó el quincuagésimo aniversario de la llegada de las Voluntarias Vicentinas a la comunidad, quienes trabajan incansablemente para promover el desarrollo integral de aquellos que se encuentran en situación vulnerable.
Las Vicentinas celebraron con una misa de acción de gracias en la parroquia La Sagrada Familia, presidida por el obispo don José Guadalupe Torres Campos.
Bienaventuradas
En su homilía, el obispo destacó la importancia de vivir la caridad y el amor hacia los más necesitados, siguiendo el ejemplo de Cristo.
Frente al pueblo congregado, el obispo expresó sus felicitaciones a las Voluntarias Vicentinas por sus cinco décadas de servicio desinteresado.
“Hoy celebramos no solo el legado de San Vicente de Paúl, sino también la contribución invaluable de estas mujeres comprometidas que han llevado la luz de la caridad a los rincones más oscuros de nuestra sociedad”, afirmó.
Durante su reflexión, el obispo recordó las palabras de Jesús sobre acercarse a los más necesitados: «El Señor nos enseña a acercarnos al que llora, al que sufre, al que tiene hambre, al necesitado, al pobre, y nos está pidiendo que vivamos lo que predicamos. Lo que hagan con uno de los más pequeños, insignificantes, conmigo lo hacen».
Don Guadalupe hizo hincapié en la importancia de seguir el ejemplo de Cristo y vivir la caridad de manera concreta en la vida diaria.
“Dichosos seremos si realmente, siguiendo el ejemplo de Cristo, vivimos la caridad, el amor para con ellos. San Vicente de Paul entendió y vivió el evangelio a plenitud, especialmente este texto de las bienaventuranzas».
El obispo concluyó su reflexión instando a la comunidad a seguir el ejemplo de San Vicente de Paúl; y las Voluntarias Vicentinas, comprometiéndose a vivir la caridad de manera práctica y constante.
Emotivos homenajes
A esta especial celebración acudieron como invitados especiales algunos sacerdotes vicentinos, entre ellos Jorge Pedroso Pérez, asesor nacional de las Voluntarias Vicentinas; padre Alonso Núñez, originario de Ciudad Juárez, y el padre Benjamín Romo.
Por la diócesis local acudieron el padre Armando Benavides, asesor diocesano de Voluntarias Vicentinas; Víctor Ortega, Eduardo Hayen, Juan Herrera, Marío Manríquez y Leonardo García.
Un momento especial de la celebración fue la mención honorífica otorgada a Monseñor Isidro Payán, quien hace 50 años fue fundamental en la formación del grupo de Voluntarias Vicentinas en Ciudad Juárez.
Fue el padre Armando Benavides el encargado de expresar este reconocimiento:
“Gracias por su servicio y vocación. Su contribución ha sido fundamental para la labor de las Voluntarias Vicentinas y para el bienestar de nuestra comunidad”, dijo.
Igualmente hubo un momento emotivo en el homenaje que se rindió a Voluntarias Vicentinas que ya han partido a la Casa del Padre, a quienes se nombró una por una, mientras se colocaba una flor frente a la imagen de San Vicente de Paul como tributo a su generosidad en vida.