Diana Laura Mtz. Adriano
Miles de peregrinos se reunieron en Catedral la noche del miércoles 11 de diciembre para llegar hasta la imagen de la Virgen de Guadalupe y poder agradecerle por todos los dones concedidos a través del año, así como seguir pidiendo su intercesión.
Este año la imagen de la Guadalupana fue bellamente adornada por miles de rosas, las cuales resaltaron la alegría de la fiesta de 488 años de su aparición a San Juan Diego en el Cerro del Tepeyac.
La mayoría de los devotos llevaron arreglos florales y prendieron veladoras que dejaron a los pies de la Virgen Morena.
Celebración Eucarística
Durante la Santa Misa presidida por el señor obispo don José Guadalupe Torres Campos esa misma noche, el prelado recordó cómo María es la mujer que, por excelencia, nos acerca al Salvador.
“María es una Madre que nos conoce y nos entrega a su Hijo, nosotros le entregamos nuestra confianza y la oración … Tenemos que estar agradecidos con Dios por regalarnos una madre tan cercana “, mencionó durante la homilía.
También hizo mención de las palabras de la Virgen “¿No estoy yo aquí que soy tu madre?”, agregando que muchas veces las personas tienen miedo a las enfermedades, falta de dinero o al futuro. Pero como buena madre, Ella nos dice: No temas.
“Para que nuestra fe nos lleve a ser mejores cristianos tenemos que ofrecerle todo, ella nos cuida, nos protege y nunca nos abandonará”, agregó.
Muchas sorpresas
Al finalizar la Santa Misa, en punto de las 12 de la medianoche, las mañanitas sonaron en la voz de todos los asistentes, mientras que a las afueras del templo sonaba una banda que tocaba cantos dirigidos a la Morenita.
De igual manera el Mariachi de la UACJ se hizo presente, para cantar en honor a María de Guadalupe, con cantos tradicionales que todos los devotos disfrutaron.
Y por primera vez en la diócesis, la Catedral presentó juegos pirotécnicos en honor a la Morenita, los cuales dejaron a todos los asistentes asombrados por el show de luces que se pudo apreciar desde el atrio del templo.
La devoción a la Morenita es tan grande que algunas familias también optaron por caracterizar a los niños de la Guadalupana y de san Juan Diego, reflejando así su gratitud y fe.
También se hicieron presentes diferentes danzas de matachines a lo largo de las festividades, mientras que docenas de juegos mecánicos y juegos de azar se colocaron a los alrededores junto a los puestos de comida típica, sumando más alegría a esta fiesta de precepto en México.
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