- El padre Alberto Castillo, del Seminario, acudió a El Chamizal con los seminaristas de Filososfía, para comenzar un acompañamiento…
Diana Laura Mtz. Adriano
Seminaristas pertenecientes a la Facultad de Filosofía del Seminario Conciliar de Ciudad Juárez, acompañados del pbro. Alberto Castillo, vivieron un momento de encuentro con los migrantes que se encuentran varados en el parque Chamizal, el pasado viernes 14 de diciembre.
“Hemos venido con mucho cariño a visitar a nuestros hermanos migrantes, en realidad quisimos convivir, platicar, escuchar, compartir historias, estar con ellos, tanto como confesando, rezando y compartir la misa”, comentó el padre Alberto.
El grupo llegó ese viernes a partir de las nueve de la mañana al lugar donde realizaron distintas actividades con los niños, jóvenes y adultos, que hicieron poner en práctica los valores de acoger a los hermanos en tiempos de necesidad.
Acompañamiento
Después del momento de convivencia mutua, se llevó a cabo la celebración de la Santa Eucaristía al aire libre, ante la que la mayoría de los migrantes se reunieron para unirse en oración y pedir la protección de Dios en estos tiempos difíciles.
El padre Alberto dijo en la misa que todos pueden ser parte de la realidad migrante y dejó claro que nadie está a salvo de necesitar la ayuda de los demás. De la misma forma, dijo que deben desaparecer los prejuicios ante los migrantes y al contrario, darles apoyo y poder dar un buen testimonio como cristianos, recordando el ejemplo de la Sagrada Familia, migrante.
“Esta visita me deja una misión, porque quizá fue una visita de un día, de un momento, pero sabemos que Dios es tan grande que nos sugerirá más actividades y nos brindará más momentos para seguir cerca y apoyando”, afirmó.
Invita a acercarse
Durante la visita del grupo de seminaristas hubo un momento para realizar un poco de deporte jugando al fútbol, brincando la cuerda, corriendo y sin duda pasando un rato agradable en compañía de todos.
Así mismo el padre Alberto dijo estar alegre por conocer hermanos nuevos y por compartir, pues “es algo muy humano y le permite tocar a fondo su humanidad”.
Hizo una invitación a toda la diócesis a orar por los migrantes y acercarse para conocer las vidas de cada uno de ellos, las situaciones por las que están pasando y para organizarse como grupo parroquial para ayudar por medio de donaciones o actividades.
“Tenemos que analizar si estamos esperando con profundo corazón abierto que el Señor venga. Así como los hermanos migrantes esperan una noticia que pueda iluminar su vida, entonces para todos es Adviento, como dice nuestro prefacio, el señor que ya vino, viene ahora a nuestro encuentro en cada hermano y en cada acontecimiento”, finalizó.