Claudia Iveth Robles
Enseñar a los hijos el valor de la la responsabilidad es una tarea titánica de los padres de familia pues se debe educar con el ejemplo, ya que al ver a sus padres practicarlo, se fortalece su autoestima y los ayuda a actuar correctamente.
La psicóloga Adriana Castañón, especialista en atención a niños compartió con Periódico Presencia algunos aspectos clave en la enseñanza del valor de la responsabilidad.
1.-¿Qué es la responsabilidad?
La responsabilidad es la habilidad para responder adecuadamente, se trata de la capacidad de realizar bien lo que nos corresponde en determinada situación. La responsabilidad está ligada al compromiso, a una obligación, a un deber. Y por supuesto es un valor social que genera confianza en las personas, para que puedan ‘contar contigo’. Por ejemplo: “Pedro es responsable, sé que si le encargas el trabajo, lo va a realizar bien”. “Natalia es muy responsable, siempre trae la tarea”.
- ¿Cómo se debe enseñar la responsabilidad a los niños?
Principalmente con el ejemplo. Los niños necesitan ejemplos de los adultos con los cuales identificarse para construir su identidad. Nosotros los padres de familia les mostramos el valor de la responsabilidad al levantarnos todos los días al trabajo, al cumplir con las actividades de padres de familia en la escuela de los niños, al manejar nuestro auto adecuadamente etc.
En segundo lugar, fortaleciendo su autoestima. Es importante hacerle saber al niño que él tiene las herramientas necesarias para ser responsable. Los niños necesitan sentirse valiosos, útiles, dignos de confianza y seguros de sí mismos. Y así con confianza en ellos mismos, podrán responder a las actividades que le corresponden tanto en casa, como en la escuela y en los ámbitos sociales en los que se desarrolla.
Un tercer punto es educar en la libertad, pero poniendo límites desde bebés, decirles muy claramente lo que no se puede hacer y el por qué. Expresarle de manera positiva que en la casa hay reglas que todos tienen que seguir, pero establecerlas de manera positiva y según vayan creciendo.
Hay que consensuar con los hijos unas normas. Es muy aconsejable que las normas queden escritas, así como las consecuencias del incumplimiento. Es muy importante dejar que se enfrenten a las consecuencias de sus actos.
Si tira algo, lo recogerá; si rompe el lápiz de su hermana, le dará uno de los suyos; si olvidó la tarea, que se quede sin recreo, si no limpia su cuarto, no sale a jugar con sus amigos al parque.
- Enseñarles que lo primero es lo primero. El niño a partir de los 3 años ya puede aprender que hay que trabajar antes de jugar. Entenderá el mensaje cuando se le diga:
“Sí puedes jugar, pero primero hay que hacer la tarea, entonces comprenderá que las responsabilidades son primero.
5.Convertir la tarea en un juego. Todos disfrutamos más de las tareas cuando son ocasiones entretenidas y sociales.
A los hijos les hace feliz pasar tiempo con sus padres, les resulta divertido si ponemos música y bailamos con nuestro hijo mientras limpian el polvo, o hacemos carreras para ver quién guarda más juguetes en la caja.
- Establecer una rutina. El niño aprenderá hábitos de responsabilidad con mayor facilidad si se establece una rutina desde el principio.
Enseñarle a guardar la ropa sucia en el cesto y a guardar sus juguetes, tender su cama al levantarse. Aprenderá que las tareas forman parte del día a día, y no son sólo algo que los adultos le obligan a hacer por capricho.
7.Para ser responsable es necesario decidir por voluntad propia. No se tiene que decidir todo por nuestros hijos, se debe pedir su opinión en situaciones sencillas claro, según su edad. Para que los niños construyan su personalidad y su identidad es necesario que tomen decisiones y que se equivoquen, pues de los errores también se aprende.
Los padres pueden orientar, pero entre dos o tres opciones, es bueno que ellos elijan una.
Con esto se les enseña la responsabilidad de sus decisiones.
- Cómo cree usted que asumen el valor de la responsabilidad las nuevas generaciones (de hijos y de padres). ¿Cree que hay demasiada permisividad?
No se puede generalizar ya que ahorita existen papás muy exigentes y papás muy permisivos y también están los que están buscando el equilibrio entre ambas.
- ¿Cuáles errores cometen los padres en esta enseñanza?
Existen algunos papás en esta generación que les están evitando a los niños cualquier situación de frustración o situaciones donde los niños queden en evidencia.
Al hacer esto les están haciendo a los hijos sus trabajos de la escuela para que sean los mejores de la clase; y si se les olvida algo, corren a la escuela a llevar lo que olvidaron evitándoles que ellos busquen la solución y les evitan que vivan la consecuencia de su falta de responsabilidad.
En el hogar no les inculcan la colaboración de actividades en la casa, lavar los trastes, tirar la basura etc. Hay niños de 8 años que las mamás a un les tienden su cama, en la mayoría de estos casos no se les pide que colaboren porque así evitan el conflicto con los hijos.
Responsabilidades de acuerdo a la edad La psicóloga Adriana Castañón explicó que es de suma importancia considerar la edad del niño para darle ciertas responsabilidades, ya que si se le exige de más, se le puede generar al niño ansiedad y puede presentar conductas negativas.
“Y al pedirles actividades de menor responsabilidad a niños mayores, les puede ocasionar inmadurez en su desarrollo emocional y una baja autoestima”, dijo.
Describió algunas actividades propias de ciertas edades de la infancia:
* A partir de los 3 años ya les pueden asignar actividades en la casa por medio de juego. Sacar las basuras, limpiar las muebles, recoger sus juguetes etc.
* A los 6 años ya pueden lavar los trastes en compañía de un adulto, tender su cama, usar la lavadora y secadora, doblar la ropa, Ayudar a cocinar , poner los la mesa uno por uno cada plato y vaso, barrer la casa, limpiar el patio. etcétera.
* A los 9 años ya pueden lavar el baño en compañía de un adulto. Ya pueden hacer solos su tarea con ligera supervisión de la mamá o papá. Ya puede cocinar solo platillos muy sencillos, con supervisión de un adulto. Trapear.
“Es muy importante tenerles paciencia al enseñar la actividad y al revisar como realizó la misma, ya que en las primeras ocasiones no va hacer totalmente bien la tarea asignada, tenemos que valorar sus esfuerzos y motivarlos emotivamente para que continúe colaborando en casa”, dijo.