Sumario: En la Iglesia, más que tener responsablidades, los niños deben vivir el amor de Dios para que aprendan a corresponer mediante la caridad y el servicio, afirma formador de monaguillos.
Como cualquier bautizado, joven o adulto, los niños son parte importante de la Iglesia, de la comunidad católica, y en este pertenecer a la comunidad deben también formarse en la fe, conocer y amar a Dios como un Padre para, desde esa experiencia de amor, llegar a respetar sus mandatos y experimentar en el servicio la respuesta al amor del Padre.
Así lo explicó el padre Leonardo García, al hablar sobre las responsabilidades que tienen los niños dentro de la Iglesia.
Hijos en la fe
El sacerdote, quien se encarga de la formación a los monaguillos de la diócesis local, explicó que como parte del pueblo de Dios, los niños forman parte de la Iglesia desde su Bautismo y así como papá y mamá tienen la tarea de educar a sus hijos en la fe como dice el ritual del Bautismo, en la Iglesia todos los adultos, como hermanos mayores deben también formar a los niños para que crezca su fe
“Al hablar de pertenecer, no es hablar de responsabilidades, sino de su ser parte del pueblo de Dios. El papa San Pio X, el papa de la Eucaristía, bajó la edad de la primera Comunión para que los niños pudieran acercarse a recibir a Jesús Sacramentado”, explicó el padre Leonardo.
El sacerdote resaltó que son los adultos quienes están llamados a dar testimonio de la fe para que el niño viva la experiencia de formarse en la fe y de ser pueblo de Dios. Además recordó que en la historia de la Iglesia se encuentran muchos niños santos.
“Los niños viven la experiencia de la fe, nosotros les ayudamos a que crezcan en la fe, no es la responsabilidad de los niños, es la responsabilidad de nosotros como hermanos mayores ayudarles a que, desde la etapa de la infancia, desde el juego, desde la alegría, conozcan que hay un Padre que los ama profundamente y que son parte de una comunidad”, aclaró.
Grupos de formación
El padre Leonardo dijo que en la edad infantil, el Catecismo es un grupo de formación del niño en la fe, aunque no es la única experiencia que viven.
“Vemos también en la Iglesia muchos grupos de niños desde donde se forman en la fe. Existe la Adoración Nocturna para niños, el ACAN, (Acción Católica para Adolescentes y Niños). Es en estas experiencias donde podemos, a la luz de la fe, acompañar a los niños para que crezcan en el amor a Jesucristo”.
El padre Leonardo resaltó que el amor de los niños hacia el Señor es grande y puro, y con el ejemplo, con alegría y la entrega de los adultos en la Iglesia es como ellos aprenden a amar a Jesucristo y a sentirse parte de la gran familia de Dios.
“El Señor dice en el Evangelio: “dejen que los niños se acerquen a mí”. Enseñarles a amar a Jesús no es con un catecismo de memoria, sino desde una experiencia de encuentro con Dios. Que vivan esa experiencia de amor a Dios en la oración, en la vida de comunidad, en la liturgia, en la celebración de los sacramentos y en la caridad”, expresó.
Y agregó: “Importante es que desde pequeños vivan la caridad porque es la característica del cristiano. El cristiano es un hombre que cree firmemente, reza con todo corazón y vive aquello que cree, y eso no tiene una edad. No debemos tratar a los niños como seres inferiores, debemos ver en ellos el amor de Dios en nosotros”
Por eso, dijo, para ayudarles a crecer en la fe debemos crecer nosotros también.
RECUADRO
Una respuesta en el servicio
El padre Leonardo dijo que en la experiencia de ser parte de la Iglesia el niño aprende a amar a Dios y desde ese amor nace el respeto, vive sus mandamientos, lo busca en la oración y participa en la liturgia dominical.
“La acción brota del amor, no del peso de la ley en un sentido negativo, sino que la ley se convierte en un camino para amar al Señor que nos amó primero. Hay que enseñarle al niño primero, a amar a Dios, y después aquello que nos conduce hacia a Él: los mandamientos, el camino de la Iglesia, la oración, esta es la manera de responder al amor de Dios”, explicó.
Este amor, explicó, también lleva a un servicio, como es el caso de los monaguillos.
“Quien ama profundamente busca servir. El papa Benedicto XVI nos habla de una pastoral de monaguillos, no verlos solo como parte de la liturgia, que lo son, sino contemplarlos como una verdadera pastoral para acompañarlos”, explicó.
Dijo que si bien ser monaguillo es un servicio importante dentro de la Iglesia y muy valorado a lo largo de su historia, también hay coros de niños, adolescentes catequistas y otros servicios que los niños realizan viviendo esta experiencia de fe y al crecer en ese camino de la fe.
“A veces del grupo de monaguillos van al Seminario porque descubren este camino de seguirle respondiendo al Señor con alegría y generosidad y muchos de ellos dan el salto al Seminario”, compartió.
E invitó “A los hermanos mayores, adultos, los invito a ayudarle a los niños a que descubran el amor del Padre Nosotros somos ese instrumento de Dios para que ellos se sepan profundamente amados por Dios”