- En la última entrega de nuestra serie sobre los pecados capitales, el padre Jorge Ramos nos explica por qué la gula nos aparta de Dios, y cómo podemos hacer para combatir esta debilidad.
Ana María Ibarra
El último en la lista de los pecados capitales es la gula, que tiene que ver especialmente con el deseo desordenado de comer y beber, pero de una manera en que se ve comprometida la amistad con Dios. Así lo explicó el padre Jorge Ramos, quien además dijo que dejarse atrapar por este pecado, va en contra del plan de Dios.
Tras explicar la historia de liberación del Pueblo de Israel, y que oponerse al plan de salvación de Dios marca una distancia con Dios y esto es lo que se entiende como pecado, el padre Jorge se refirió al Antiguo Testamento para explicar:
“Encontramos en Éxodo 16, 3 esas palabras: Ojalá el Señor nos hubiera hecho morir en el Egipto cuando nos sentábamos junto a las ollas de barro y nos hartábamos de pan, pero ustedes nos han traído a este desierto para morir de hambre a toda esa gente”.
“Aquí tenemos esta expresión de reclamo que luego recordaremos en el Deuteronomio 8”, citó el sacerdote.
“También este pueblo llega a recordar esas palabras donde el Señor les dice: Te ha hecho pasar hambre y necesidad, te ha alimentado con el maná, un alimento que tu no conocías ni tampoco conocieron tus antepasados para que aprendieras que no sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca del Señor”, expresó.
Dijo que la intención de Dios al poner a prueba a este pueblo y querer educarlo, es conocer lo que hay en su corazón.
“Podemos recordar en Sabiduría 1,4: ‘La sabiduría no entrará en un alma perversa, no habitará en un cuerpo instrumento del pecado’. Así pues, alimentarse y beber, que debe buscar atender una necesidad dentro de nuestra naturaleza, puede caer en ese desorden y donde el mismo cuerpo se vuelve instrumento para pecar y por lo tanto se priva de la sabiduría de Dios”.
El padre Jorge explicó: “Como se ve, comprometemos nuestra amistad con Dios cuando por esta naturaleza humana instrumentalizamos las cosas y terminamos viéndonos privados de Él”.
Manifestaciones
Al ahondar en la explicación del pecado de gula, el padre Jorge dijo que este se manifiesta con una sensación de malestar, del que se toma conciencia después, especialmente si no se cayó en gravedad. Pero si es grave, mayor es el malestar, ‘porque se percibe un desorden y un descuido’.
“Un ejemplo es que, habiendo quedado satisfechos, se quiere seguir comiendo, o tal vez debía cuidarse de no probar tales alimentos porque se agrava la salud, y aun así lo hace. Existe también un descontrol cuando se entra en competencias para ver quién come más, a ver quién aguanta más, ese es un momento de descontrol, no es algo muy racional, aunque se vea como un juego”. Este pecado, añadió el sacerdote, lleva a perder de vista al hermano, por lo que también se manifiesta el pecado cuando no se comparte.
“A lo mejor el otro tiene más necesidad y no compartimos. Nos acercamos al refrigerador y vemos que queda un poco de aquello que nos gusta mucho y aunque no lo necesitemos lo consumimos porque después alguien nos lo gana. Entramos en esa rivalidad, en ese egoísmo, en ese no saber compartir con los demás”, señaló.
Daño Espiritual
El padre Jorge abundó en que la gula daña el espíritu de quien la padece, ya que el proyecto de Dios es que el hombre viva y alcance una vida en plenitud, lo cual se pierde al entrar en pecado.
“Jesús nos enseña a darle ese lugar que le corresponde a Dios, así como Él respondió en una de las tentaciones: no solo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios”.
Así pues, dijo, es importante darle su lugar a Dios siempre, y no voltear la mirada hacia Él solamente cuando no se tiene que comer ni que beber.
“No se menosprecia el alimento ni la bebida que conviene al cuerpo, a la salud y es bueno poder también disfrutarlos, pero en la manera en que seamos agradecidos con Dios por el sustento que nos da, bendiciendo de los alimentos, podremos cuidar que el espíritu no se vea dañado y no nos veamos impedidos de su presencia, de su gracia”, aclaró.
Dimensión social
Agregó que el pecado de la gula, como todos los pecados, tiene esa dimensión social que afecta de alguna manera a otros.
“La gula puede afectar a otros cuando, por ejemplo, uno consume de más y puede exponerse a perder la salud, entonces implica recursos que se necesitan en el bien común de la familia. Se tendrán que realizar ciertos gastos y no se podrán dar avances en otras necesidades que se tienen en la familia”, abundó.
Otra manera en que este pecado afecta al prójimo, es cuando otros reciben menos.
“Por la gula, se acapara algo de lo que uno gusta más pero luego no se permite que otros también lo puedan disfrutar o incluso los deja sin aquello que necesitan. Tenemos por ejemplo en nuestros días la realidad de la pandemia como una extensión en el consumir, donde se han escaseado algunos productos por quienes acaparan y se priva a otros que también lo necesitan”.
Explicó que se puede afectar también a otros cuando una persona que bebe en exceso bebidas alcohólicas, pone en riesgo la vida de otras personas.
Cómo combatir la gula
El padre Jorge dijo que para saber si se está cometiendo pecado de gula, es importante tener en cuenta la propia experiencia de lo que ya se ha vivido, así como el propio crecimiento espiritual.
“Nos daremos cuenta cuando comencemos a probar un malestar, cuando comencemos a darnos cuenta que la cosa puede salirse de control. Si la experiencia nos ha enseñado, razonablemente podremos darnos cuenta si estamos cayendo en el pecado de gula, si podemos afectar o dañar a los demás”, resaltó.
Agregó que estos momentos de vigilia son importantes para estar atentos cuidando el propio comportamiento al probar alimento y al tomar bebidas.
“Puedo tomar también como referencia la salud que siempre debo buscar, que siempre debo cuidar, qué es lo que necesito para estar saludable, qué es lo que puede comprometer mi salud, tal vez me estoy dejando llevar por un deseo, por un gusto en algo que me va a traer consecuencias negativas”, dijo.
Templanza vs gula
Finalizó diciendo que es importante la virtud de la templanza para saber moderarse, así como la caridad a los demás, al cuidado propio de la salud, que también es un bien para los demás.
“En estos días lo hemos estado escuchando con frecuencia a propósito de la pandemia. Es importante el amor a Dios, buscar agradarle y escucharle para poner siempre la confianza en Él agradeciendo por las oportunidades que nos da, también de poder disfrutar un momento al compartir alimentos con los demás, en alguna celebración, alguna fiesta, siempre buscando agradar a Dios en todo”, finalizó.
Consejos para combatir la gula
- Preguntarnos si lo que consumo en verdad lo necesito.
- Práctica el ayuno con una regularidad, poniendo atención a la guía espiritual y al consejo médico. Con el ayuno buscamos una fortaleza para poder tener un equilibrio de los dominios, de los deseos desordenados, porque estos pueden sofocar la escucha de Dios, pueden desviarnos en la búsqueda de Dios.
- Hacer obras de caridad. Con ellas podemos atender las necesidades de los hermanos, así evitamos privarlos de un bien o ponerlos en peligro puesto que esto está implicado en el pecado de la gula.