- En este tiempo de pandemia, un desafío permanente para la Iglesia es estar cerca de los que sufren.
Diana Adriano
Dada la relevancia que el velorio y el rito de exequias tienen para los cristianos y en atención a que en este tiempo no se pueden celebrar misas fúnebres con presencia de fieles, sacerdotes de la Diócesis han tenido que modificar la forma en que los realizan.
Algunos presbíteros compartieron con Presencia cómo llevan a cabo ahora rl rito de exequias cristianas u oración fúnebre, la cual celebra el Misterio Pascual, para que los que por el Bautismo fueron incorporados a Cristo, muerto y resucitado, lleguen también con Él a la vida eterna.
Ante todo, los sacerdotes buscan ser cercanos a quienes sufren la muerte de un ser querido en este tiempo de contingencia, en el que algunos incluso sienten temor de que su familiar difunto no podrá contar con un servicio religioso, aunque esto no es así.
Ofrecer el consuelo de Dios
El padre Carlos Alejo, vicario de la parroquia Nuestra Señora del Carmen dijo que en primer término, los sacerdotes tienen muy en claro la necesaria atención a los fieles difuntos y sus familias.
“En el territorio parroquial contamos con dos funerarias y llegamos al acuerdo con ellos de presentar los servicios religiosos, pero con la debida precaución”, dijo.
Explicó que
Para realizar los funerales, la parroquia primero verifica los datos de la causa de muerte, y una vez que se programa el funeral se pide a las personas que asistiran cumplir con todas las medidas dispuestas por las autoridades: usar cubrebocas y gel anti bacterial, un mínimo de personas en el templo, tomar la sana distancia, se elimina el rito de paz así como el de la Comunión, todo esto con el fin de continuar con el programa funerario de la sepultura.
“Al momento de que los familiares del difunto se retiran del templo, nos encargamos de la desinfección de todo el lugar. Entendemos que la familia, ante un dolor de pérdida no se pone a ver las medidas de distancia o sanidad pues muchas veces los sentimientos humanos rompen esas reglas, pero queremos hacer saber que la Iglesia trata de que tengan el consuelo dándoles palabras de fortaleza”, dijo el padre Carlos.
Explicó que los servicios son para todos los difuntos y sus familias, exceptuando los casos de las personas fallecidas por Covid-19, pues en esoas situaciones hay un tratamiento especial dispuesto por las autoridades.
“Debido a la contingencia no quiere decir que todas las muertes son por Covid-19. Muchas han sido por la violencia que actualmente está muy fuerte o muerte natural. Nuestra intención es que a través de la Liturgia y la Palabra, los deudos tengan ese consuelo que Dios brinda a través de su mensaje”, explicó.
Destacó que hasta que termine la situación de crisis, no se podrán celebrar misas de funeral con asistencia de fieles. Esto con el fin de evitar focos de contagio.
Rito breve y no olvidar la oración
El padre Víctor Ortega, párroco de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, explicó que han modificado el rito para que un difunto permanezca solamente 15 minutos en unas breves exequias, y así minimizar el riesgo de contagio.
“La celebración que tenemos es más breve, no es la misa, es una oración por el difunto y en ese momento rezamos y leemos ya sea un Evangelio o una lectura bíblica que el ritual de exequias nos permite”, dijo el párroco.
Explicó que este rito se lleva a cabo a afuera del templo, en el atrio, evitando así estar en un lugar cerrado.
“No permitimos a más de 10 personas y mantenemos la debida distancia que nos pide el gobierno. Yo me encargo de ofrecer las misas posteriores por el descanso de estos difuntos”, agregó el sacerdote.
Quiso hacer énfasis también en que todas las familias de los difuntos, pero todas las personas en general, debemos tenerlos presentes siempre en la oración, pues “esta es nuestra caridad hacia los difuntos”, comentó.
Misas virtuales…que sí ayudan
El padre Héctor Villa, párroco de Nuestra Señora del Rosario, explicó por qué es importante orar por los difuntos, un gesto de importantísimo valor que nos hace crecer en la fe y a través del cual se consigue la gracia de la vida eterna para familiares y amigos que han fallecido.
El padre Villa destacó cómo la crisis y emergencia sanitaria actual ha puesto en evidencia la fragilidad y límites humanos y cómo el confinamiento ha afectado varias prácticas de la Iglesia.
“Vivimos un tiempo extraordinario que algunos no han alcanzado a aquilatar ni asumir. Todavía muchos piensan que es mentira o un invento que responde a intereses. Me parece que es en este contexto desde donde podemos reflexionar sobre la importancia de la oración, la intercesión y la celebración del culto desde los medios que precisamente hoy se han popularizado”, dijo.
También el Rosario
El padre quiso hacer hincapié en que “la celebración eucarística, aunque sea virtual, recoge las intenciones, necesidades, peticiones, nombres de los difuntos, de la misma forma en como si se celebrara la misa “normal”, en el templo.
En este sentido, se puede llamar a la propia parroquia o a algún templo, para pedir intenciones de oración por los difuntos.
“Orar por nuestros difuntos es una de las tradiciones más antiguas. Además, afirmamos que nuestros difuntos siguen vivos porque Dios ha creado al hombre para la inmortalidad”, dijo.
Agregó que en mayo, mes de María, por excelencia muchos han orado diariamente el Rosario en comunidad, y esta oración se puede ofrecer también por los difuntos, como es tradición. Destacó que hay sacerdotes y laicos que mantienen el rezo del Rosario por redes sociales, lo cual es un medio de oración también válido.
“María es modelo de discípula y creyente, madre de la Iglesia y madre nuestra. Creo que su “ser modelo” la convierte en intercesora eficaz y cercana, como lo hizo en las Bodas de Caná.
“Ella puede interceder no solamente por nuestros difuntos, sino por todos nosotros mientras estamos en el camino de la vida, tal como decimos en el canto: “Ven con nosotros al caminar, Santa María ven”.