Ana María Ibarra
El domingo 26 de enero, se celebró el Domingo de la Palabra de Dios, instituido por el papa Francisco en el 2019 con la finalidad de recordar lo importante que son para la fe las Sagradas Escrituras. El padre Juan Manuel Orona, explicó la importancia de que todo cristiano se acerque a la Palabra de Dios y compartió algunos consejos para realizar un plan de lectura de la Biblia.
Actitudes
Para el sacerdote, especialista en Sagradas Escrituras, es de gran alegría que el Papa Francisco haya nombrado el tercer domingo del tiempo ordinario de cada año como el domingo de recordar la importancia y el valor de la Palabra de Dios que, dijo, es fundamental en la fe católica.
Dijo que algunas actitudes a tomar en cuenta para acercarse a la Palabra de Dios son, primero, la actitud de fe, ya que la Biblia no es como cualquier libro.
“Es Palabra de Dios, inspirada por el Espíritu Santo. Por lo tanto, debemos acercarnos con fe, porque ahí Dios nos habla. Decía San Agustín que cuando leemos la Escritura, Dios nos habla, y cuando oramos, le respondemos a Dios. Es decir, se establece un diálogo entre Dios y el hombre”, señaló.
Agregó que es importante acercarse con humildad, con la mente, el corazón y el alma sencilla y abierta, no creyendo saberlo todo o queriendo poner a la Palabra de Dios lo que la persona desea que Dios le diga, sino que “debemos dejar que la Palabra de Dios nos hable, nos sorprenda”.
Expuso que otra actitud es acercarse en dos formas:
“Además de hacer una lectura personal, buscar una lectura de la Palabra de Dios comunitaria. El lugar privilegiado es la liturgia de las horas, la misa dominical o la misa diaria”, enumeró.
Sobre los Evangelios
El padre Juan Manuel dijo que, a nivel práctico o pedagógico, la manera que más puede ayudar a leer la Sagrada Escritura es iniciar por los evangelios.
“Como cristianos sabemos que Cristo es el centro de la Escritura, todo libro de las Sagradas Escrituras nos dirige hacia Jesús. Pedagógicamente ayuda comenzar por los evangelios y de ellos se requiere acercarse primeramente al que nos hable de la vida más completa de Jesús, desde su infancia hasta la Pasión y Resurrección”,
Refirió que los evangelios de Lucas y Mateo muestran esta visión más pedagógica de un desarrollo humano en las dos naturalezas de Jesús hombre y Dios.
“Luego podemos pasar al evangelio de Marcos y enseguida el evangelio de Juan, que tiene una propuesta de la persona de Jesús, hijo de Dios, distinta a los otros tres evangelios”, compartió.
Sobre el Antiguo Testamento
En cuanto a la lectura del Antiguo Testamento, el padre Juan Manuel expuso que es de gran valor para los cristianos el recordar el principio, ya que adquiere su plenitud en la persona de Jesús.
«La Palabra del Antiguo Testamento nos va anunciando, tiene su cumplimiento y su realización en Jesús. Recordando este principio me viene a la mente una frase de San Agustín que decía que el Nuevo Testamento está escondido en el Antiguo Testamento y el Nuevo Testamento arroja luz para comprender mejor el Antiguo Testamento”.
Tomando en cuenta lo anterior, se pueden leer algunos pasajes del Antiguo Testamento y preguntarse qué dice o qué noticias de Cristo anuncian y cómo permite conocer más a la persona de Jesús.
“Esa sería una lectura cristiana de toda la Biblia”, dijo.
Un Plan de lectura
Para lograr hacer un plan de lectura de la Sagrada Escritura, el sacerdote aconsejó iniciar por los evangelios, luego seguir con los Hechos de los Apóstoles, las cartas de Pablo y las llamadas cartas católicas.
“Con esto ya estaríamos leyendo el Nuevo Testamento en su totalidad, pero también podemos iniciar la lectura por el Antiguo Testamento. Ahí yo sugeriría iniciar por una lectura de los Salmos ya que estos contienen un lenguaje asequible. Los temas de los Salmos responden mucho a experiencias humanas: esperanza, enfermedad, fracaso, duda, confianza y puede ser una lectura muy enriquecedora”, afirmó.
Añadió que los Salmos se han convertido en la oración de la Iglesia, un ejemplo es la Liturgia de las Horas.
«Si se quiere profundizar el sentido profético de nuestro Bautismo, se pueden leer los libros proféticos iniciando con los profetas -así llamados- mayores, como Isaías, Jeremías, Ezequiel. Con esto, todo cristiano puede hacer un plan de lectura de la Sagrada Escritura, lo importante es tomar la decisión, elegir por dónde iniciar y perseverar”.
Cómo perseverar
Para el entrevistado, es necesaria la disciplina para perseverar en la lectura de la Palabra de Dios, por lo que sugirió dedicar quince minutos diarios, como inicio.
«Es factible este tiempo y se puede ir aumentando, pero es necesario comenzar por algo que sea realista para que se pueda adquirir constancia en la lectura personal”.
En cuanto a la lectura comunitaria, al participar de la Eucaristía dominical “es recomendable tomar alguna nota de la reflexión que comparta nuestro hermano sacerdote”, dijo.
“También pueden pensar en integrarse en algún grupo de lectura comunitaria de la Biblia en sus parroquias”.
“La lectio divina, que es otra manera de acercarse a las Sagradas Escrituras, se ha ido afianzando cada vez más en nuestras comunidades como un método de oración de lectura, de estudio y sobre todo de llevar la Palabra de Dios a la vida”, agregó.
El sacerdote invitó a la comunidad a acercarse a la Escritura, leerla, honrarla y meditarla. “Es alimento para nuestra vida cristiana”, puntualizó.