Ana María Ibarra
La Cuaresma es un tiempo en que la oración debe intensificarse pues es en la oración donde el ser humano se encuentra con Dios. Por ello, el padre Guillermo Sías, formador del Seminario, compartió con Presencia una reflexión y algunos aspectos de cómo vivir la oración, además de distintas maneras de orar.
Encuentro de amor
La oración, reflexionó el padre Sías, es un encuentro especial con Dios, donde dos corazones, dos voluntades y dos libertades se encuentran, la de Dios y la del hombre.
“La oración es el lugar privilegiado para encontrarnos delante de Dios, es donde el corazón se sabe a solas y frente a un Dios amoroso que no solamente nos escucha sino que nos habla, porque la oración no es solamente el hombre que le habla a Dios, sino es dejar que Dios le hable al hombre”, dijo el sacerdote.
Añadió que es también el encuentro del amor, pues es el ámbito donde se descubre el amor de Dios y donde el hombre descubre la capacidad que tiene para amar a Dios.
“La oración no es únicamente la voluntad del hombre que quiere orar a Dios como iniciativa, es un don de Dios que nos concede esa gracia, porque recordemos que es don de Dios acercarnos a Jesucristo”.
Oración en la Cuaresma
El sacerdote explicó que este tiempo de Cuaresma es un espacio privilegiado para intensificar la oración.
“Siempre la vida es oportunidad para la oración, cada momento, cada circunstancia, cada instante, pero de manera especial la Cuaresma nos invita a profundizar más en la oración porque es un tiempo privilegiado para disponernos, para prepararnos al gran acontecimiento de la Resurrección, la Pascua. No habría una celebración eficaz si no hay una preparación”, expresó.
Añadió que la Cuaresma es el tiempo de preparación del corazón y permite al cristiano tomar conciencia de su misión ante Dios.
“En Cuaresma se pide que se intensifique más la oración para intensificar el encuentro con Dios como un momento privilegiado que Dios nos da en el tiempo y en el espacio. Cuaresma es un tiempo privilegiado para tomar conciencia del misterio de Dios y del Hombre”.
Consejos para vivir la oración
1.- Tomar conciencia de nuestra necesidad de Dios.
2.- Pedir a Dios el don de la oración con humildad y cultivarlos.
3.- Pedir a Dios la gracia de poder acercarnos a Él, de disponernos para abrir el corazón, no podemos empezar la oración debidamente, si no lo pedimos como gracia.
4.- Propiciar los tiempos y los momentos para encontrarnos con Dios. Es necesario buscar esos momentos y concretizarlos para orar, y qué mejor que tomando conciencia de ese compromiso de abrir esos espacios.
5.- Luchemos por ser fieles a nuestro propósito de oración.
6.- Tomar conciencia de que estamos frente a un Dios amoroso, que tiene mucho qué decirnos, no solamente el hombre tiene mucho que decirle a Dios. Él quiere convivir con nosotros, amarnos y abrazarnos a través de la oración.
7.- Disfrutar la oración, gozarla, que sea un espacio defendido, ser celosos por custodiar esos espacios y vivir la oración.
8.- Propiciar no solamente lugar y tiempo, sino clima con silencio y recogimiento. Sosegar nuestro corazón, no solamente del ruido auditivo, sino también de los ruidos internos como preocupaciones, prisas, afanes, etcétera.
Maneras de orar
1.- Oración personal, espontanea, dejar que el corazón hable a Dios.
2.- La Eucaristía. Es la oración por excelencia. En este tiempo de Cuaresma asistir a la Eucaristía diariamente, el Señor habla a través de su Palabra, de la predicación, de los gestos litúrgicos.
3.- La lectura de la Sagrada Escritura. Contemplarla, meditarla, qué me dice Dios.
4.- Los acontecimientos mismos son oportunidad para orar y descubrir de qué manera Dios se hace presente.
5.- Meditar los evangelios, especialmente la Pasión del Señor ya que es el acto de amor más grande que la humanidad ha tenido de parte de Dios, su entrega, su pasión, su muerte por nuestra salvación. Meditar la pasión trae frutos espirituales para la vida.
6.- Oración de conversión. Descubrir cómo estamos, quiénes somos, a qué somos llamados y qué ha pensado Dios para nosotros. Requerimos una realidad de conversión en la que se puede hacer oración y se puede alcanzar el encuentro personal con Dios.
7.- Contemplación en la naturaleza. Agradecer a Dios cada día que termina o que empieza. Agradecer a Dios el don de la vida y agradecer sus maravillas en cada día que Él nos da.
8.- La oración escrita. Sea de algunos santos o la oración propia que uno puede escribir y hacer un diario de vida que se puede sacar como fruto de la cuaresma.
Motivación
El padre Sías compartió que la oración no sólo es una necesidad sino una parte esencial y existencial del hombre.
“El hombre se va definiendo en ese misterio profundo que permite la oración. Valoremos que no solo es una necesidad y don de Dios sino algo existencial. El hombre no se puede entender sin la oración, el hombre va encontrando su identidad en el misterio de la oración”, expresó.
Y agregó: “Los invito a que cuidemos y valoremos la oración y la pidamos como don. Cuidemos la oración, intensifiquémosla, vivámosla agradecidos, vamos a disfrutarla y ante los momentos de pereza, de frialdad o tibieza no la dejemos, no olvidemos que, aunque es un don de Dios, requiere disciplina y compromiso de parte del hombre”.
Oración de Cuaresma
Señor Jesús, con tu Cruz y
Resurrección nos has hecho
libres. Durante esta Cuaresma,
dirígenos por tu Espíritu Santo a
vivir más fielmente en la libertad
cristiana. Mediante la oración,
aumento en caridad y las
disciplinas de este Tiempo
sagrado, acércanos más a Ti.
Purifica las intenciones de mi
corazón para que todas mis
prácticas cuaresmales sean para
tu albanza y gloria. Concede que
por nuestras palabras y acciones,
podamos ser mensajeros fieles
del mensaje del Evangelio a un
mundo necesitado de la
esperanza de tu misericordia. Amén.