Te presentamos algunos consejos que ofrece el padre Luis Escudero para vivir la caridad en esta Cuaresma 2018, y 15 sencillos actos de caridad que puedes realizar en este tiempo litúrgico…
Ana María Ibarra
En esta Cuaresma, como en todos los tiempos litúrgicos penitenciales, el Señor invita a hacer cambios radicales en la vida del cristiano. Uno de esos llamados es la conversión hacia el encuentro con los hermanos, con el prójimo, explicó el padre Luis Escudero, coordinador de la Dimensión de Pastoral Social en la diócesis local.
En ese contexto, el padre Luis invitó a toda la Iglesia Diocesana a reflexionar cuáles son las obras de caridad que, de manera personal, cada uno tiene pendiente realizar, sea en la propia casa, en la comunidad o en la sociedad.
Y luego para ayudar en la reflexión, el sacerdote dio algunas luces para vivir la caridad en la Cuaresma.
Tiempo de conversión
La Cuaresma, reflexionó el padre Luis, es el tiempo de la conversión y, por lo tanto, dijo, una de las grandes conversiones por hacer es la relación con el hermano, con el prójimo.
“No se trata de reflexionar solamente si hemos obrado mal. Debemos pensar en todo el bien que debemos hacer, y no hacemos por la falta de una fe cristiana que llega a su madurez, porque no llega a la práctica de la solidaridad”, expresó.
En ese sentido, dijo, la oración, la Eucaristía, la reflexión de la Doctrina y de la enseñanza del Catecismo deben llevar a un compromiso con los hermanos.
“Recordemos el pasaje de la última cena, Jesús se pone al servicio, se hace sencillo, pobre para darle dignidad a la persona. Sabemos que tenemos un mundo con estructuras sociales y políticas que gravemente están afectando a la dignidad de la persona, pero, ¿qué hacemos nosotros ante esa realidad? La Cuaresma nos debe llevar a ese tipo de conversión”, afirmó

Caridad integral
El sacerdote explicó que la caridad es el servicio que se realiza para el crecimiento, el desarrollo y el bienestar de las personas.
“La caridad es todo aquello que nosotros realizamos por el prójimo, ya sea un bien moral, un bien material, o un bien espiritual. En todo eso manifestamos obras de caridad. A veces pensamos que solamente es lo material, pero también hay que ver a la persona de una forma integral”, dijo el padre Luis.
Añadió que si bien existen muchas necesidades materiales, también hay otras necesidades en las personas y en las comunidades referente al crecimiento humano, moral y espiritual.
Algunos consejos
Como responsable de la Dimensión de Pastoral Social en la diócesis, el padre Luis dio algunos consejos e indicaciones de cómo vivir la caridad en esta Cuaresma, pero no dirigida a una persona, pues es importante incluir a cada persona en las obras de misericordia.
“Quiero poner algunos ejemplos de esa caridad social, que nos pueda ayudar a favorecer esa construcción de tejido social. El Episcopado Mexicano está promoviendo unos talleres de formación que se llaman transformemos nuestro entorno, y es en este sentido que dirijo mis consejos”, expresó.
- Dar una dimensión social y política al ser cristiano. Uno de los pecados graves que debemos reflexionar es el individualismo, incluso a veces espiritual. Buscamos solamente a un Dios que me da consuelo a mi corazón pero no descubro esa misión en el sentido con nuestro compromiso que necesita nuestra ciudad.
- Dentro de los compromisos cuaresmales que no solo sea quitar algunos vicios, sino que nos planteemos acciones con carácter social y político.
- Unirnos a nuestra misma comunidad y proponernos alguna obra de ayuda en la colonia, ayudas a las familias, a niños, jóvenes.
- Buscar realizar distintas tareas que impliquen un trabajo comunitario que favorezcan obras como en este taller del Episcopado Mexicano.
- Trabajar por un cristianismo más unido en su obra social y no quedarnos en la asistencia social que podemos brindar, que es una gran ayuda, pero hacer obras más organizadas.
- Llevar cada obra de misericordia a otro nivel, organizarlas y realizarlas en comunidad, como grupo parroquial, o ministerio.
- Buscar generar alternativas sociales, procesos de transformación. Hay obras de misericordia que se hacen con sentido cristiano pero que a veces no tienen el impacto ni la transformación que como cristianos debemos promover.
* Reflexionar que si hay alguna acción pendiente para con nuestra misma casa, nuestros familiares, con quién debo de reconciliarme, de quién me he alejado, a qué personas debo manifestar mi cariño, mi amor y mi compromiso con ellos.
Invitación
El padre Luis invitó a la comunidad a estar pendiente con las fechas de los talleres que se realizaran en el periodo de la Cuaresma.
“En todas las diócesis del país se ofrecerá un taller de formación en ciudadanía que va un poco relacionado en este año de elecciones para que, como cristianos, reflexionemos en el papel y deber que tenemos con nuestra patria: construir un país reconciliado, donde haya justicia, buscar caminos de paz en medio de tanta violencia”.
“Los tiempos nos urgen ciertas conversiones a nivel comunitario. Participemos en lo que se va a ofrecer a nivel diócesis y por decanato. Después se informaran las fechas”, finalizó.
15 sencillos actos de caridad
para realizar esta Cuaresma
Luisa Restrepo
Al acercarse el inicio de la Cuaresma presentamos esta recopilación de actos sencillos de caridad que muchas veces pasamos por alto pero que, en su sencillez, son manifestaciones concretas del amor de Dios.
Para vivir un testimonio de la caridad es indispensable el encuentro con el Señor que transforma el corazón y la mirada del hombre. Esta no se puede reducir a un simple humanismo o a una empresa de promoción humana. La ayuda material, aun siendo verdaderamente necesaria, no lo es todo en la misma caridad, que es participación en el amor de Cristo recibido y compartido.
- Sonreír ¡Un cristiano siempre es alegre!
La felicidad del cristiano es una bendición para los demás y para uno mismo.
- Dar las gracias siempre (aunque no «debas» hacerlo).
Es más feliz quien es agradecido.
- Recordarle a los demás cuánto los amas.
Las caricias, los abrazos y las palabras nunca sobran. Si Jesús no se hubiera hecho carne, nosotros jamás habríamos entendido que Dios es Amor.
- Saludar con alegría a esas personas que ves a diario.
Seguro es quien abre la puerta, quien limpia, quien contesta las llamadas. Tanto tu trabajo como el de él/ella se hace más a gusto si le haces ver que es valioso para otros, que su presencia cambia las cosas.
- Escuchar la historia del otro, sin prejuicios, con amor.
¿Qué puede hacernos más humanos que saber escuchar?
- Detenerte para ayudar. Estar atento a quien te necesita.
No importa si es un problema de matemáticas, una simple pregunta o alguien que tiene hambre ¡jamás sobra la ayuda! Todos necesitamos de los demás.
- Levantarle los ánimos a alguien.
Siempre es bueno saber que hay alguien que te ama y que estará siempre a pesar de las dificultades.
- Celebrar las cualidades o éxitos de otro.
Simples frases como «¡Felicidades!», «Me alegro mucho por ti» o «Ese color te queda muy bien» le han hecho el día a tu compañero y nos ayudan a vernos entre nosotros como Dios nos ve.
- Seleccionar lo que no usas y regalarlo a quien lo necesita.
Es bueno acostumbrarnos a valorar lo que tenemos y si tenemos más de lo que necesitamos, regalarlo nos ensancha el corazón y protege del frío a otro.
- Ayudar cuando se necesite para que otro descanse.
Nada más hermoso que saber que alguien más ya comenzó a hacer algo que necesitabas por ti o que siempre puedes pedir ayuda.
- Corregir con amor, no callar por miedo.
Corregir es un arte. Muchas veces nos encontramos en situaciones que no sabemos manejar. El mejor método es el amor. No tengas miedo de corregir y ser corregido, eso es una muestra que los demás apuestan por ti y quieren que seas mejor.
- Tener buenos detalles con los que están cerca de ti.
Salir de uno mismo y pensar en los demás siempre es mejor y alegra el corazón.
- Limpiar lo que uso en casa.
Si vives con tu familia o ya vives fuera de casa, sabes lo importante que es recoger y limpiar lo que usas.
- Ayudar a los demás a superar obstáculos.
Esos detalles nunca se olvidan. Eres el extraño que aún cree en la humanidad.
- Llamar por teléfono a tus padres.
Estar atentos a lo que necesitan o simplemente saber cómo están es algo que no te cuesta mucho y es un gesto enorme de gratitud. (publicado en Catholik Link)