“Cansados de tantos sacrificios, no más Antirrábico, no más muertes”. Así se lee en el mural que pintaron rescatistas independientes de animales para protestar por los sacrificios de animales en el Centro Antirrábico de Ciudad Juárez.
La inconformidad fue plasmada en el puente internacional Santa Fe hace una semana, cuando los rescatistas informaron del sacrificio de 2 mil 909 perritos y gatitos en Ciudad Juárez, durante la pandemia.
Previamente los rescatistas establecieron acuerdos con el Centro Antirrábico pero denunciaron que no se han cumplido. Por ello la pregunta de esta semana es:
¿Qué opina sobre el manejo que hace la ciudad de los animales callejeros (principalmente perros y gatos)?
Estoy a favor del Centro Antirrábico, ya que no sólo se dedica a sacrificar perros sino que es el control animal y aparte realiza investigación sobre la rabia, entonces es importante. No se puede cerrar nada más porque unas personas quieren hacerlo, porque piensan que nada más matan animales. Si no hay centro antirrábico en una ciudad, corremos el riesgo de que se propague la rabia; por ejemplo, aquí en la ciudad, ahorita está controlado este problema, pero hay focos de rabia en la Sierra (Chihuahua), en El Paso, y es importante que haya ese control animal, ya que el Centro Antirrábico no solo se dedica a matar animales … se oye feo, pero es el control de los animales: el sacrificio, porque si no se sacrifican ¿Entonces qué harían con tanto perro? Las personas que los están sacando ahorita están viendo a donde los ponen y finalmente los van a venir echando a la calle. Eso no es control animal, eso nada más es que quieren que no se mueran los perros, pero al final es un foco de infección, un problema sanitario para los humanos, que pueden tener un problema de zoonosis el que haya tantos perros en la calle: parásitos internos externos que se van propagando hacia los demás hasta por el aire cuando defecan afuera. No se trata de que ‘yo opero perros y que se salgan a la calle, y ya están muy bien’, ¡No!, porque entonces el riesgo siguen estando latente: garrapatas, piojos, pulgas y demás.
Hay muchas más cosas para poder prevenir y solucionar el problema de los perros en la calle, una de ellas es que desde pequeños, los niños y las personas sepamos cómo cuidar y criar a los perros, la otra, que el gobierno se ponga las pilas, que cuide la tenencia de los perros, (que defina) cuántos se pueden tener por casa, por calle, e incluso imponer multas a tantas personas que tienen muchos perros y los echan a la calle.
Son muchas cosas las que se pueden hacer, pero definitivamente el Centro Antirrábico tiene que ayudar al control animal.
MVZ Gabriela Dávila Martínez/ Parroquia Jesús El Salvador
A propósito de las manifestaciones respecto las diligencias del Centro Antirrábico y un mural en contra del maltrato animal hablé del tema con mi amiga Claudia Sosa, quien fue una de las manifestantes en el antirrábico. Ella definió la situación en palabras muy puntuales: «El manejo que el Antirrábico ha dado a la situación de los animales en condición de calle, es un reflejo de la cultura de poca empatía que se vive en la población en general y la nula conciencia sobre el valor de la vida de estos animales».
Si bien debe existir un control animal, cabe resaltar que entre las exigencias de quienes buscan rescatar y darles una oportunidad de vida a los «callejeritos» está eliminar la crueldad para acabar con sus vidas y sin oportunidad alguna de buscar un hogar.
Pero el problema no es sólo de las autoridades (aunque sí deben sensibilizarse y cambiar el manejo de estas instancias), sino que los ciudadanos tenemos responsabilidad en cuidar de los animales propios. Creo que se deben buscar sanciones fuertes para quienes abandonan y maltratan a toda criatura que nos ha sido confiada por su Creador.
Hay que fomentar desde temprana edad la responsabilidad y lo que conlleva tener una mascota y creando conciencia se podrá cambiar esta problemática que aqueja a la ciudad y al país con los altos niveles de animales viviendo en condición de calle y el maltrato a éstos.
Según datos mostrados por el senador Miguel Ángel Mancera Espinoza en septiembre del 2021,
rn México hay alrededor 23 millones de mascotas, sin embargo, el 70% de los perros y gatos se encuentran abandonados, es decir, solamente 5.4 millones viven en un hogar y el resto habita en las calles.
Necesitamos sensibilizarnos y recordar varias enseñanzas que nos dejó la Encíclica Laudato Si’ del Papa Francisco, que nos dice que no se pretende igualar a todos los seres vivientes y quitarle al ser humano su valor: «Es evidente la incoherencia de quien lucha contra el tráfico de animales en riesgo de extinción, pero permanece completamente indiferente ante la trata de personas, se desentiende de los pobres o se empeña en destruir a otro ser humano que le desagrada» (Laudato Si’, 91).
No podemos ser indiferentes ante el sufrimiento de estas criaturas a las que San Francisco de Asís llamaba ‘hermanos’, puesto que él encontraba mayor ternura al considerar en ellos su origen, a su Creador. Debemos ver con estos ojos a toda nuestra casa común y las criaturas que en ella habitan, ver en el sol, la luna, el pájaro, el lobo, los perros y los gatos una obra maestra de Dios: «… si nos sentimos íntimamente unidos a todo o que existe, la sobriedad y el cuidado brotarán de modo espontáneo». (Laudato Si’, San Francisco de Asís).
Les invito a poner un granito de arena. En la ciudad hay varios rescatistas y albergues independientes y cada uno tiene de 20 a más de 100 animalitos albergados. Se les puede apoyar adoptando o donando monetariamente, en especie o incluso con tiempo. Y si no se puede apoyar de esta manera, siempre habrá un animalito en la calle al cual podemos brindarle un poco de alimento y agua.
Cabe resaltar que gracias a las intervenciones de rescatistas, hoy por hoy a los animales capturados se les da un periodo de 7 días antes de ser sacrificados, para que en ese período puedan encontrar hogar. ¡Adopta, no compres!
Ing. Lidia Román/Parroquia Nuestra Señora del Carmen
En todo México y principalmente en las grandes ciudades se presenta un fenómeno de la proliferación descontrolada de la población canina y felina, por lo que conlleva a un grave problema de Salud Pública.
En Ciudad Juárez quien se encarga del control de esto es el Centro Antirrábico, una instancia de la Secretaría de Salud al que se le confía el control animal y la salvaguarda de la Salud Humana, gracias a este, en la ciudad ya hace algunas décadas que no se presenta un caso de rabia, tanto en animales como en humanos.
Hoy en día un fuerte problema es el de las garrapatas que también es una enfermedad altamente peligrosa transmitida al ser humano, y con el alto índice de mascotas en condición de calle potencializa el riesgo de que personas y principalmente niños puedan ser contagiados. Es por eso que considero que el Centro Antirrábico debe seguir en operación por ser el encargado para el control de enfermedades zoonóticas (enfermedades trasmitidas de los animales a los humanos). Cierto es que la gran mayoría de los perros y gatos, ya sean capturados y entregados por la misma gente al no ser reclamados por sus propietarios, se les aplica la eutanasia (acto de dar muerte a un animal sin dolor ni sufrimiento), avalando y respetando las leyes de Bienestar animal para el Estado de Chihuahua y el Reglamento para la protección y control de animales domésticos del Municipio de Ciudad Juárez. Esto no con el afán de ser un lugar como lo denominan “matadero”, sino un centro de control.
Más bien se debe dialogar para que el Antirrábico colabore o participe activamente con la sociedad en campañas de esterilización y pláticas de concientización para el cuidado y bienestar de las mascotas. Por eso no deben desaparecerlo, ya que si se presenta algún brote de Rabia, es la instancia encargada de atender esa situación, con la confianza de que está operado por Médicos Veterinarios comprometidos y con la responsabilidad de implementar el enfoque de una sola salud para prevenir y tratar enfermedades en los animales que de alguna manera afectan la salud de las personas y cuidado del medio ambiente.
MVZ MC Alfredo Hernández Pérez, MFC