Entre porras y aplausos despidieron al padre Benjamín Cadena de Santiago, fallecido hace unas semanas debido a la Covid19.
Diana Adriano
Con una tristeza profunda, pero con un corazón lleno de agradecimiento la mañana del 7 de febrero los feligreses y toda la comunidad sacerdotal de la diócesis comenzaron a llegar a la parroquia El Señor de la Misericordia, para darle el último adiós al padre Benjamín Cadena de Santiago, quien fue llamado a la Casa del Padre el pasado 23 de enero.
En punto de las 12 del mediodía, entró el señor obispo don José Guadalupe Torres Campos acompañado de los sacerdotes, quienes después del cuerpo del padre Benjamín, ingresaron al templo para dirigir la misa de exequias.
Con un templo lleno de familiares, amigos y servidores de la parroquia San Pedro y San Pablo, comunidad donde el padre Benjamín fungía como párroco, el obispo expresó agradecimiento a Dios por la vida del sacerdote, mientras vestiduras litúrgicas eran colocadas en el féretro que resguardaba ya los restos del padre Benjamín.
No pierdan la paz
Después de la lectura del Evangelio, el obispo dirigió su homilía ofreciendo sus condolencias a los familiares del padre ‘Benjas’, como era bien conocido.
“‘No pierdan la paz, si creen en mí tendrán vida eterna’. Que hermosas palabras que Cristo nos dirige hoy a nosotros. Estas palabras nos consuelan y nos animan en nuestra vida”, compartió el señor obispo.
Asimismo, resaltó que Cristo es el camino, la verdad y la vida. “Vamos peregrinos en este mundo y la meta es estar con Dios. La vida no se acaba se transforma, creemos en la resurrección y por eso el Señor nos da la paz, nos da la tranquilidad y nos da su amor”, dijo.
Dirigiéndose a su pueblo, el obispo invitó a valorar el amor que Dios regala, pues es ese amor el que ayuda a enfrentar la adversidad. “ Su amor también nos fortalece en la debilidad, en la tristeza, en el desconsuelo, en el dolor”, recordó el obispo.
“Estamos acompañando a nuestro hermano Benjamín, hermano en la fe, un sacerdote íntegro, un sacerdote ejemplar, muy querido y amado por todos. Un sacerdote que vivió en esa paz del Señor y reflejaba en su vida esa paz, transmitía a Cristo”, recalcó en su homilía.
Concluída la celebración, don Guadalupe agradeció a Dios lo que ha dado a la diócesis a través del ministerio sacerdotal del padre Benjamín, acto seguido recitó las últimas oraciones del rito de exequias, la aspersión del agua sobre el féretro e incensarlo.
Con la oración del Salve Regina, aplausos y llanto, los asistentes dijeron adiós al padre Benjamín
Será recordado con mucho amor
“El padre Benjamín me deja una experiencia de amistad muy estrecha, una relación de sinceridad y unos años como mi director espiritual que fue mi guía. Nosotros convivimos con una afinidad muy viva, poco visible hacia el entorno, pero entre nosotros sabíamos que había una amistad muy cristiana. Sin duda, lo extrañaremos y lo llevaremos siempre en nuestras oraciones”
Pbro. Amadeo Ruiz
“Agradecido con Dios por la vida y el ministerio del padre Benjamín. El padre Benjas fue un gran sacerdote y amigo, me tocó estar de cerca un tiempo con él en el Seminario, y yo puedo resaltar que combinaba una seriedad con un humor tan bonito, me hacía reír mucho, nos escuchaba, tenía un corazón enorme y sencillo.
Una gran pérdida para la diócesis, pero esperemos que desde el cielo él nos siga acompañando con la comunión con los Santos”
Pbro. Armando Benavides
“Sin duda alguna el padre Benjamín fue un gran amigo y un gran asesor en el grupo del Método Billings, nos deja un mensaje de fortaleza y de fe. Como olvidar dos frases que nos dejó en el corazón ‘Son mis hijos de mis entrañas sacerdotales’ y ‘Cuando Dios quiere algo mueve el corazón de su pueblo’, con esas frases dejó marcado nuestro corazón.
Hoy nos llena de tristeza que ya no esté aquí, pero nos llena de una alegría muy grande porque ya está disfrutando de la presencia de nuestro Señor. Nos deja una fuerza enorme de fe, esperanza y amor, virtudes que supo sembrar en la vida de las personas con su vocación”
Carlos Ramírez y Fátima Anaya