Nosotros, los Cardenales, Patriarcas y Obispos, en representación de la Iglesia Católica de los cinco continentes, nos hemos reunido a instancias del Secretario de Estado de la Santa Sede para expresar, en nuestro nombre y en nombre de las personas por las que nos preocupamos, nuestra más sincera esperanza de que se alcance un acuerdo sobre el clima justo y legalmente vinculante en el marco de las negociaciones de la COP 21 en París.
Con Información De La Agencia De Noticias Del Vaticano
En una iniciativa promovida por el Consejo Pontificio de Justicia y Paz, e inspirada en la Encíclica del Papa Francisco Laudato Si, la mañana de este lunes la Oficina de Prensa de la Santa Sede presentó el »Llamamiento de los cardenales, patriarcas, obispos y representantes de las Conferencias Episcopales de las diversad partes del mundo a los negociadores de la Conferencia de las Partes sobre el cambio climático que se desarrollará en París (Francia), del 30 de noviembre al 11 de diciembre.
El llamamiento fue firmado por varios representantes del episcopado mundial y en el acto de presentación participaron algunos cardenales, además de Su Beatitud el cardenal Béchara Boutros Raï, O.M.M. Patriarca de de Antioquía (Maronitas) y Presidente de CCPO (Consejo de los Patriarcas Católicos de Oriente) y otros obispos, así como de Bernd Nilles, Secretario General del CIDSE (Alianza Internacional de los Organismos Católicos para el Desarrollo).
El llamamiento está dirigido a aquellos que negociarán la COP 21 en París y en él se les insta a que trabajen para la aprobación de un acuerdo sobre el clima que sea justo, legalmente vinculante y motor de un verdadero cambio transformacional.
Fue redactado en colaboración con las redes católicas CIDSE y Caritas Internationalis y con el auspicio del Consejo Pontificio de Justicia y Paz.
Diez Propuestas
El documento incluye diez propuestas políticas específicas con las que los obispos afirman:
“Instamos a la COP 21 a que alcance un acuerdo internacional que limite el aumento de la temperatura global a los parámetros actualmente sugeridos por la comunidad científica mundial para evitar impactos climáticos catastróficos, especialmente en las comunidades más pobres y vulnerables. Reconocemos que existe una responsabilidad común, y al mismo tiempo diferenciada, de todas las naciones. No todos los países han llegado al mismo nivel en el espectro del desarrollo, de ahí que la necesidad de trabajar juntos en un esfuerzo común resulte imprescindible”.
Nuestras Diez Propuestas:
1 Tener en cuenta no solo los aspectos técnicos del cambio climático sino también, y sobre todo, los aspectos éticos y morales de conformidad con el artículo 3 de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC).
2 Aceptar que el clima y la atmósfera son bienes globales comunes de todos y para todos.
3 Adoptar un acuerdo mundial justo, motor de un cambio transformacional y legalmente vinculante fundamentado en nuestra visión del mundo que reconoce la necesidad de vivir en armonía con la naturaleza y de garantizar el ejercicio de los derechos humanos de todos, incluyendo los de los Pueblos Indígenas, las mujeres, los jóvenes y los trabajadores.
4Limitar el aumento de la temperatura global y establecer un objetivo para alcanzar una completa descarbonización para mediados de siglo, con el fin de proteger a las comunidades más afectadas por los efectos del cambio climático, especialmente las que viven en las islas del Pacífico y las regiones costeras.
Garantizar que el límite máximo de aumento de la temperatura aparecerá reflejado en un acuerdo global legalmente vinculante, con acciones y compromisos de mitigación ambiciosos por parte de todos los países en función de sus responsabilidades comunes pero diferenciadas y sus respectivas capacidades (CBDRRC en inglés), según los principios de equidad, las responsabilidades históricas, y el derecho al desarrollo sostenible.
Garantizar la coherencia entre las trayectorias de emisiones y objetivo de descarbonización; así como la imposición de revisiones periódicas de las ambiciones y de los compromisos adoptados. Para ser exitosas, estas revisiones periódicas deben basarse en datos científicos y el respeto del principio de equidad, y deben ser obligatorias.
5 Explorar nuevos modelos de desarrollo y estilos de vida que sean compatibles con el clima, combatan la desigualdad y saquen a los pobres de la miseria. En este sentido, resulta esencial poner fin a la era de los combustibles fósiles, eliminar de forma gradual las emisiones de combustibles fósiles y proporcionar un acceso a la energía renovable que sea asequible, fiable y seguro para todos
6Garantizar el acceso de todos al agua y a la tierra para la consolidación de sistemas alimentarios resilientes y sostenibles que prioricen las soluciones impulsadas por las personas y no por los beneficios.
7 Garantizar la inclusión y la participación de los más pobres, de los más vulnerables y de aquellos sobre los que repercuten mayoritariamente las decisiones tomadas a todos los niveles.
8 Garantizar que el acuerdo adoptado en 2015 lleve consigo un proceso de adaptación que responda de forma adecuada a las necesidades inmediatas de las comunidades más afectadas y refuerce las soluciones locales.
9 Reconocer que las necesidades de adaptación están supeditadas al éxito de las medidas de mitigación adoptadas. Los responsables del cambio climático tienen la obligación de ayudar a los más vulnerables en la adaptación y la gestión de las pérdidas y daños; y de compartir la tecnología y los conocimientos necesarios.
10 Establecer hojas de ruta claras sobre cómo los países deberán cumplir sus compromisos financieros adicionales, coherentes y previsibles, de forma que se garantice una financiación equilibrada de las acciones de mitigación y de las necesidades de adaptación.
Todo esto debería llamar a una seria consciencia y educación ecológica». El llamamiento concluye con una Oración por la Tierra: »Dios de amor, enséñanos a cuidar para este mundo nuestra casa común. Inspira a los jefes de gobierno mientras se reúnen en París a escuchar y atender el llamado de la tierra y de los pobres; a que se unan de corazón y de espíritu para responder con valentía, buscar el bien común y la protección de este hermoso jardín terrenal que has creado para nosotros, para nuestros hermanos y hermanas, y las generaciones futuras. Amén»
Firman la declaración los cardenales:
- Oswald Gracias, arzobispo de Bombay, India Presidente de FABC (Asia)
- Peter Erdo, arzobispo de Esztergom – Budapest Presidente de CCEE (Europa)
- Reinhard Marx, arzobispo de Múnich, Alemania, Presidente de COMECE (Europa)
- Rubén Salazar Gómez, arzobispo de Bogotá, Presidente de CELAM (América Latina)
- Su Beatitud Béchara Boutros Rai, patriarca de de Antioquía (Maronitas) Presidente de CCPO (Consejo de los Patriarcas Católicos de Oriente)
- Gabriel Mbilingi, arzobispo de Lubango, Angola, Presidente de SECAM (África)
- Joseph Kurtz, arzobispo de Louisville, Presidente de USCCB (Estados Unidos)
- John Ribat, de Port Moresby, Papúa Nueva Guinea, Presidente de FCBCO (Oceanía)
- David Douglas Crosbi OMI, obispo de Hamilton, Canada Presidente de CCCB
El documento está redactado en colaboración con las redes católicas CIDSE y Caritas Internationalis y con el auspicio del Consejo Pontificio de Justicia y Paz.