Ana María Ibarra
Después de vivir diez años separados a causa de una tercera persona, Adriana Castro y Daniel Arellano fueron sanados y reconciliados en un Congreso de Matrimonios hace 15 años. Desde entonces, agradecidos, no han dejado de servir a Dios en este movimiento.
Hace aproximadamente 25 años, Daniel y Adriana se separaron ya que Daniel sostenía una relación con otra mujer. Daniel se mudó a vivir con la otra mujer doce años menor que él y quien practicaba rituales de brujería.
“Me involucré en la brujería y eso me dio dinero y poder”, compartió Daniel.
Llenos de dolor por lo sucedido, Daniel y Adriana decidieron acudir a un Congreso de Matrimonios.
“Nos invitaron diferentes personas, llegamos por separado, pero ahí estuvimos juntos. Dios hizo maravillas en esos dos días. Los matrimonios que sabían nuestro problema hicieron su labor, nos llevaron ante el Santísimo, hicieron oración por nosotros”, dijo Adriana.
Recordó que los temas los sintieron dirigidos hacia ellos, y un momento especial fue la Hora Santa con monseñor Mariano Mosqueda.
“Sobre todo fue el Señor que me hizo cuestionarme quién era yo para no perdonar», dijo la mujer.
El perdón que Adriana otorgó a su marido sanó no solo su matrimonio, sino también la sanó de la artritis que padeció desde su juventud.
“Mi enfermedad era de mi corazón. Cuando perdoné a mi marido, el Señor me premió con la salud, después de ese congreso volví a usar tacones y me siento bien con mi esposo y mis hijos y nietos”.
Por su parte, Daniel expresó: “No me siento orgulloso de platicar mi comportamiento, porque hice cosas muy malas, pero mi orgullo de platicar este testimonio es dar a conocer el poder de Dios. Él va reconstruyendo nuestras vidas apoyados por el movimiento. Nos queda ayudar como nos ayudaron a nosotros”.
Hace quince años de esta reconciliación, y son justo 15 los congresos vividos para lograr perseverar.
“Es un trabajo, porque hay que ser perseverante en ese camino, asistir a asambleas y a todo lo que nos invitan. Pero Dios ha hecho un gran trabajo por nosotros”, añadió Adriana.
Ambos reconocieron que han tenido momentos difíciles, incluso en tres ocasiones han vivido la tentación de volver a separarse.
“Hemos aprendido a ver nuestros errores, y reconocer todo lo que implica estar en el camino de Dios. Cada año vamos al congreso a cargar pilas, a pedirle a Dios por nuestro matrimonio. Es muy difícil vivir sin Dios. Pero dice el evangelio de Mateo que hay que construir nuestro matrimonio sobre roca”, señaló Daniel.
El matrimonio ahora cuenta con 37 años de casados, tres hijos y cuatro nietos, y dan testimonio del poder de Dios invitando a otros matrimonios en problemas a que acudan a las asambleas y al congreso.
En frase…
“Los invitamos a que, si tienen problemas y están a punto del divorcio, se acerquen a Congreso de Matrimonios, ahí habrá quien los ayude. Dense la última oportunidad y el Señor hará lo demás”