Ana María Ibarra
Con pocos meses de haber iniciado un trabajo juntos, pero llenos de alegría, la comunidad parroquial de Nuestra Señora del Rosario y su párroco, el padre Felipe Ramos, celebraron su fiesta patronal el pasado domingo 9 de octubre.
Lo hicieron con una gran kermés en la que hubo Música en vivo, antojitos mexicanos y un gran ambiente familiar.
Ser agradecidos
Para esta gran celebración, la misa de 10:00 de la mañana, dedicada a los niños, estuvo acompañada con música de Mariachi.
“Hoy celebramos nuestra fiesta patronal en honor a la Virgen María que siempre intercede por nosotros y nos ayuda a llegar al cielo. Ponemos todas nuestras intenciones en el altar”, dijo el padre Felipe al iniciar la celebración.
Interactuando con los niños que ocuparon las primeras bancas del templo, el padre Felipe dirigió su homilía reflexionando y explicándoles algunos aspectos del evangelio.
“Hay lepras más fuertes que las del cuerpo y es la lepra del pecado. El pecado hace que se te pudra el corazón. Cuando se dice que Dios cura la lepra, se dice que perdona el pecado”, señaló el sacerdote.
Agregó que la fe hace del cristiano un ser agradecido al reconocer que Dios, siendo bueno, solo quiere cosas buenas para él.
“En la misa damos gracias a Dios porque nos da muchas cosas buenas. La vida es el primer regalo que Dios nos da. La fe nos permite reconocerlo. Ser agradecidos nos ayuda a ser un poco como Dios”, concluyó el padre Ramos.
Disfrutaron la fiesta
En el exterior del templo, la feligresía disfrutaba de un ambiente familiar, degustando los riquísimos antojitos mexicanos que atraían a la gente con su aroma.
Otra atracción a la fiesta fue la música en vivo que desde el mediodía puso a bailar a los asistentes. Cumbias, rock, norteño, banda y música de DJ fueron algunos de los ritmos que se escucharon en el sector.
Los grupos encargados de los puestos de comida no cesaron en el servicio, disfrutando también ellos del ambiente, agradecidos con Dios por el clima que les favoreció.
Llenos de alegría por la fiesta que la comunidad de Nuestra Señora del Rosario les ofreció, niños, jóvenes y adultos permanecieron disfrutando hasta el último momento.
Los servidores y su párroco quedaron satisfechos de haber ofrecido a los fieles un espacio de sano esparcimiento y que dejó a la parroquia fondos para continuar con la remodelación del templo, uno de los más antiguos de la ciudad.