Mons J. Guadalupe Torres Campos/ Obispo de Ciudad Juárez
Gracia y paz para ustedes, les saludo con cariño de padre y pastor, deseo se encuentren bien en este domingo maravilloso, alegres en la parroquia y en la familia; que esta jornada intensa la vivamos en paz, en tranquilidad, buscando siempre el bien de todos, de la nación mexicana y de nuestras localidades.
Domingo 9 del tiempo ordinario. Esas fiestas recientes después de Pentecostés, Jesucristo Sumo y Eterno Sacerdote, la Santísima Trinidad y Corpus Christi han sido solemnidades preciosas que nos refuerza nuestra fe. Ahora seguimos en el Tiempo Ordinario en que celebramos todo el misterio Pascual de Cristo.
En el evangelio de san Marcos que ha sido proclamado el día de hoy nos narra que Jesús iba caminando; eso es muy significativo, a Jesús siempre lo vemos caminando, es un Jesús en movimiento, en salida, que va al encuentro y es la primera enseñanza: que como cristianos también vayamos en camino, en salida, como una Iglesia en salida
Dice el texto que iba caminando entre los sembradíos, con los sembradores, así nosotros caminar entre las familias, en los lugares de diversión, las maquilas, los barrios. Ahí hay que andar, a ejemplo de Jesús, predicando el evangelio.
Dice el texto que los discípulos arrancaron espigas en sábado, era normal para Jesús y los discípulos, pero no falta quien esté criticando, viendo qué hacemos bien o mal. Ahí estaban los fariseos espiando, criticando y le dicen a Jesús ¿por qué tus discípulos hacen esto en sábado que está prohibido?, los fariseos se van por el legalismo, un legalismo enfermizo, les importa más la norma que las personas. Sí hay normas que nos ayudan a orientar nuestra vida, más bien debemos fijarnos en el mandamiento del amor. Esa es la regla de oro, no hacer esto así o asá, sino que el mandamiento del cristiano es el amor.
Por eso Jesús, molesto, les dice a los fariseos: “El sábado se hizo para el hombre y no el hombre para el sábado”.
Las personas son más importantes. La persona y su dignidad es más importante, nosotros como personas cristianas católicas debemos ver por las personas, su bien, que sean felices, ayudarles tenderles la mano, cuidar su dignidad de personas. Por eso Jesús aclara que el sábado se hizo para el hombre y no el hombre para el sábado, aclara que es más importante ver por el otro y no quedarnos en el fariseísmo del cumplimiento de una norma.
Y a propósito de eso, Jesús aplica lo que dice. Había ahí un hombre tullido de una mano, los fariseos vuelven a decir, ‘A ver qué hace’. Jesús se dirige al hombre tullido y mirándolo fijamente le dice, ‘Levántate y ponte en medio’.
A veces por nuestra situación personal, yo mismo o la sociedad o la iglesia podemos tener a un hombre tirado, tullido y lo dejamos ahí, o yo mismo me quedo tirado, y Jesús pregunta: ¿Qué es lo que está permitido hacer el sábado el bien o el mal? Una pregunta clara y directa. La respuesta la sabemos. Hoy diríamos que eso que está permitido hacer el sábado, lunes, martes, etcétera, por supuesto que es el bien, el mandamiento del amor, sea lunes, sea viernes, sea domingo. Lo que importa es hacer el bien, ver por tu hermano, ayudarle y tenderle la mano.
El evangelio habla de un hombre tullido y hoy hay tantos así, caídos, lastimados, enfermos tristes, cansados, encarcelados, migrantes, pobres. ¿Y por ser sábado o domingo no vamos a hacer nada, los vamos a dejar ahí?
Dice el texto que Jesús -mirando a los fariseos con cierto enojo-, le dice al tullido ‘extiende tu mano’ -Él tiene el poder, nos ha dicho recientemente “Mi padre me ha concedido todo el poder en el Cielo y la Tierra”-. Y aquel hombre sanó.
Debo aplicarlo a mí, a lo mejor yo soy el tullido, en el sentido de que estoy triste, enfermo, cansado y el Señor se dirige a mí con su poder y me dice ‘levántate’. Nos pide extender la mano. Pero al mismo tiempo me invita a que con la gracia que Cristo mismo me da y con el mandamiento del amor, también le diga a mis hermanos, en la caridad, ‘levántate’, es decir, ayudar a mi hermano.
En esa frase ‘el sábado se hizo para el hombre’, nos llama a ver por la persona.
Queridos hermanos, los textos de este domingo noveno del Tiempo Ordinario nos ayudan mucho en nuestra vida cristiana; que lo vivamos, que lo pongamos en práctica siempre.
Deseo sigan teniendo un domingo maravilloso y una semana también llena del amor de Dios. La bendición de Dios Todo poderoso esté siempre con todos ustedes. Los quiero mucho y les abrazo.