Joven padecía depresión clínica sin saberlo e intentó quitarse la vida… afortunadamente vive para compartirlo…
Diana Adriano
La necesidad de dormir y no despertar, el sentir que hacía daño a sus familiares y amigos, el estrés y la angustia son algunos de los motivos que detonaron en‘Alberto’, la intención de atentar contra su vida. Este joven, generación Z, compartió con Presencia su experiencia al pasar por un momento de depresión.
“Yo sufría depresión desde los 18 años, pero nadie se daba cuenta. Actuaba normal con mis amigos, con mi familia, incluso con mi pareja. Sin embargo, pasaron unos dos o tres años y llegó un momento en el que era tan infeliz, que sólo quería morir”, expresó ‘Alberto’.
Dijo que para él, tener ese sentimiento de cansancio, fatiga y tristeza constantemente, era una pesadilla. “Nunca conocí a una persona que se sintiera así y menos que hablara de ello, por eso se me hizo fácil callar”, dijo.
“Al ver que no llegaba a hacer nada positivo de mi vida, la idea de suicidarme se volvió constante, yo intentaba alejar esa idea, pero un día no pude. Fui a la cocina, tomé un cuchillo y me corté las muñecas, como en las películas.Pero sobreviví”, compartió.
El entrevistado explicó que fue su pareja quien lo encontró y pudieron auxiliarlo. Este suceso alertó a toda la familia, que se puso de su parte para poder ayudarlo.
“A pesar de que mi familia lo sabía, les comenté que no quería que dijeran nada y logré que ese evento pasara desapercibido por los demás. Esa etapa me dejó una huella, y no hablo de las cicatrices físicas, sino de las del alma”
‘Alberto’explicó que luego de eso, un médico le diagnosticó una depresión clínica y le recetó unos medicamentos que le ayudaron a dejar atrás ese episodio de su vida.
“Ante mi desesperación en ese momento, mi mamá decidió llevarme con un terapeuta y fue con él con quien estuve trabajando por un tiempo.Un día me sentí lo suficientemente capaz y solamente dejé de ir”, compartió.
Hoy, ‘Alberto’ se alegra de tener la oportunidad de decir lo que siente, y compartió que encontrar la forma de que las personas lo escucharan y entendieran, ha significado un alivio para su vida.
“Tengo 25 años y dos hijos.Hace poco la mamá de mis hijos falleció por intoxicación, y mi hija estuvo a punto de perder la vida también. Ha sido difícil, pero estoy luchando porque mis hijos están muy pequeños, y no puedo dejarlos solos”, agregó.
“A pesar de lo que pasó, no me he sentido solo, pues he encontrado el apoyo en mi familia, cosa que antes no sentía. Me miro en el pasado y la verdad, me da vergüenza, ya que no supe controlar esa ansiedad que me acorralaba”, finalizó.
Para saber…
De acuerdo con las cifras del Instituto Nacional de Estadísticas y Geografía (INEGI), en los últimos años las muertes por lesiones autoinfligidas se concentran en un 34% entre jóvenes de 18 a 29 años.