Mons. J. Guadalupe Torres Campos/ Obispo de Ciudad Juárez
Les saludo con grande alegría y entusiasmo. Vamos avanzando en el desierto cuaresmal.
Hoy en este domingo segundo de Cuaresma un texto maravilloso: la Trasfiguración del Señor. No lo menciona el texto tal cual, habla más bien de una luz, algo resplandeciente. Dios manifestó su gloria a sus discípulos y lo llamamos en teología la transfiguración. Varios aspectos pongo a su consideración para la reflexión y aplicarlos cada uno a su vida.
Tres aspectos
En primer lugar dice el texto de San Lucas, Jesús se hizo acompañar de Pedro Santiago y Juan; Jesús no va solo, invita a los discípulos que lo acompañen, que lo sigan y acompaña fraternalmente a sus discípulos. Iniciar la Cuaresma, vivir este camino cuaresmal es dejarnos acompañar por Jesús que nos invita a ir subiendo al monte elevado, como dice el texto de san Lucas, se hace acompañar hoy por ti y por mí. Ahí habla de Pedro, Santiago y Juan, pero hoy son cada uno de ustedes, pon tu nombre. En esta Cuaresma Jesús se hace acompañar de cada uno de nosotros.
Ahí está la presencia de Dios en este camino cuaresmal, Dios me acompaña, yo acompaño a Jesús al subir a Jerusalén. Vamos subiendo al encuentro de la pascua del Señor en un ambiente de oración.
El segundo aspecto: Jesús oraba. Fue momento de oración, de espiritualidad. La oración será un tema permanente del cristiano, pero este tiempo de Cuaresma, tiempo fuerte, hay que intensificar la oración. Y Jesús nos da el ejemplo. Orar todo lo que hagamos, el ayuno, la caridad, el servicio, el trabajo, la familia, todo en oración y en la presencia de Dios. Ahí está Dios que me acompaña y por eso tengo esa relación intima con Él en la oración.
La transfiguración sucede en un ambiente espiritual, si me distraigo, si no oro, si ando en otros asuntos, no digo que malos, pero si no oro, entonces no tiene sentido mi caminar cuaresmal. Dice el papa “orar siempre y sin desfallecer”.
El tercer aspecto del texto de San Lucas son los signos: Monte alto, rostro de Jesús que se transfiguró, su vestidura, brillo, la nube que aparece.
Tantos signos en este acontecimiento de la transfiguración. Y así en nuestra vida cristiana, cada día el Señor nos envía signos en la creación, por acontecimientos que cada uno vive, a través de personas que conocemos. Seamos sensibles, tengamos fe para percibir, detectar, descubrir esos signos que a veces son sencillos, pero está Dios, se me manifiesta, me habla. se revela.
Momentos de transfiguración
La misma palabra de Dios que cada día tengo que reflexionar, mi Comunión, la Eucaristía son momento de transfiguración hermosísimos que hay que vivir con fe, pero toda mi vida. Dice el texto que a través de esos signos reveló su gloria, vieron la gloria de Jesús. ¡Qué importante es esa expresión! Que nosotros esta Cuaresma y siempre descubramos la gloria y grandeza de Dios, de Jesús en todo.
Los apóstoles estaban cansados, no comprendíany a veces nos pasa así, pero necesitamos esa luz: dame tu Espíritu para que entienda y descubra tu presencia a través de este acontecimiento, esta persona, esta realidad que estoy viviendo.
La voz del Padre aparece, la luz, la nube están ahí, está Moisés y Elías ¡Qué extraordinario momento vivieron los discípulos!, entonces viene la voz del Padre, hermosísima y fuerte ‘Este es mi hijo amado, mi elegido’. Lo presenta nuevamente a sus discípulos y les da una indicación: ¡Escúchenlo!
Es a donde nos lleva la Cuaresma, a descubrir a Jesús, a tener un conocimiento más fuerte de Cristo, más íntimo y profundo. Aceptarlo, acogerlo.
Y no sólo escucharlo en el sentido de ‘ya lo escuché’, sino acoger a Jesús, aceptar su Pasión, la Cruz, su Muerte y Resurrección.
En un mundo donde a veces no escuchamos, hoy el Padre, nos dice “escuchen a Jesús’.
Y el ejemplo está en Abraham, en la primera lectura del Génesis. Abraham escuchó y creyó.
Que en esta Cuaresma tomemos el ejemplo de Abraham y escuchemos a Dios, escuchemos a Cristo escuchemos, su Palabra, la acojamos y atendamos.
Queridos hermanos, que tengamos esta experiencia de fe, la transfiguacion del Señor, que se nos revela su Gloria, pero para una respuesta de conversión.
Repito la frase del papa en su mensaje de Cuaresma “No se cansen de hacer el bien, la caridad, el servicio a los demas.
La bendición de Dios Padre Todopoderoso: Padre, Hijo y Espíritu Santo permanezca siempre con ustedes, cuídense mucho.