Esta sección es con la finalidad de reflexionar y dialogar juntos en el contexto de las próximas elecciones. ¿A qué nos llama la Fratelli tutti y la próxima coyuntura electoral federal y estatal como buenos creyentes en el Amor de Dios?
Pbro. Luis Escudero Gallo/ Coordinador Pastoral Social DCJ
Si me pidieran resumir la Fratelli Tutti en una sola idea, lo cual es imposible, yo elegiría la siguiente: La necesidad del amor político. El papa Francisco no lo menciona con estas palabras, él lo llama fraternidad y amistad social. Necesidad-deber del amor social. Deber en el sentido del compromiso que tenemos como amigos de Jesucristo de impregnar todas las realidades con la verdad del evangelio de la vida.
Especialmente aquellas realidades que desde hace décadas de forma creciente cada vez más están atentando más contra la dignidad de la persona. No me detengo aquí a desarrollar el tema del atropello que hoy se está realizando en contra de la dignidad de la persona.
Interpersonal y social
En las relaciones humanas se suele distinguir entre relaciones interpersonales y relaciones sociales. Las interpersonales son las que tienen que ver con nuestras relaciones humanas más cercanas. Aquí entra por ejemplo especialmente la familia, la escuela, la comunidad religiosa. Sin embargo hay otro tipo de relaciones humanas que no por no ser de nuestro primer círculo interpersonal, dejan de ser importantes. Son las relaciones sociales.
El amor de Cristo debe de iluminar estos dos tipos de relaciones. La interpersonal y la social. Creo que como Iglesia hemos descuidado el amor de Cristo con dimensiones sociales no sólo interpersonales. El amor de Cristo nos apremia a vivirlo en su dimensión social. No podemos quejarnos de la situación de corrupción y deterioro social y las gravísimas violaciones que hoy se hacen a los derechos fundamentales de la persona, si por otro lado no estamos poniendo en práctica un amor social o político, que cada creyente debe tener bien definido.
Implicaciones del amor de Dios
El modo de amar del Hijo de Dios lo conocemos bien, y Juan lo recuerda con claridad. Se basa en dos pilares: Dios nos amó primero (cf. 1 Jn 4,10.19); y nos amó dando todo, incluso su propia vida (cf. 1 Jn 3,16). Un amor así no puede quedar sin respuesta…. inflama de tal manera el corazón que cualquier persona se siente impulsada a corresponder, a pesar de sus limitaciones y pecados.
Nos dice san Juan “queridos míos, amémonos los unos a los otros, porque el amor procede de Dios, y el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios. El que no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es amor…” (1 Jn 4, 11ss). ¿Este amor es sólo interpersonal? ¿O debe ser también social?
Siguiendo con San Juan nos dice “nosotros hemos conocido el amor que Dios nos tiene y hemos creído en él” (1 Jn 4, 16). Siempre me ha impactado muchísimo este texto bíblico. ¿Qué significa hemos creído en el amor de Dios? ¿y qué implicaciones sociales para cada creyente?
¿Cómo podemos decir que creemos en el amor de Dios si vemos pasar por delante de nosotros sin cuestionarnos y mucho menos sin comprometernos en un mundo distinto, en un mundo donde los valores del evangelio estén presentes en todos los ámbitos donde hoy se juega la vida humana?
Para reflexionar…
Recuerden que esta sección es con la finalidad de reflexionar y dialogar juntos en el contexto de las próximas elecciones. ¿A qué nos llama la Fratelli tutti y la próxima coyuntura electoral federal y estatal como buenos creyentes en el Amor de Dios? ¿Cómo puede ser mejor mi vida personal y social como creyente del Amor de Dios? ¿Qué Iglesia diocesana y parroquial estamos llamados a ser?