Dr. Oscar Ibáñez Hernández/ Profesor universitario
Quienes vivimos en ésta época podemos trabajar para que nuestro entorno sea el mejor posible, hay que comprometerse con el bien común desde cualquier ámbito de responsabilidad, la coyuntura electoral del próximo año presenta una “ventana de oportunidad” especial por las crisis que enfrenta México, los cristianos tenemos la responsabilidad de dar testimonio desde la solidaridad.
Hace un siglo existió en nuestro país un pequeño grupo conocido como los “siete sabios de México”, siendo estudiantes decidieron formar la “Sociedad de Conferencias y Conciertos”, eran jóvenes inquietos que no se limitaron a lo que la Universidad podía brindarles, sino que trabajaron para mejorar su entorno a través de la cultura, lo que los llevó a un desarrollo personal que tuvo un gran impacto en la vida institucional del país.
La obra en conjunto de estos siete mexicanos es impresionante, excepto uno que murió joven, todos tuvieron grado académico de doctores, tres de ellos fueron rectores de la UNAM, dos de ellos fueron Magistrados de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, y todos ellos fueron maestros universitarios, legisladores, y fundadores de alguna institución gubernamental, política, académica o literaria. A ellos se les conoció también como la “Generación del 15”, hoy se buscan estudiantes dispuestos a convertirse en la “Generación del 18”.
Antonio Castro Leal fue rector de la Universidad Nacional de México, obtuvo doctorados tanto en México como en Estados Unidos, fue director del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), y miembro de la Academia Mexicana de la Lengua y del Colegio Nacional.
Alfonso Caso Andrade también fue rector de la UNAM, arqueólogo fuera de serie, fue miembro de la Academia Mexicana de Historia, recibió el Premio Nacional de Ciencias, fue uno de los fundadores del Colegio Nacional y del Instituto Nacional Indigenista, también fue director del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
Alberto Vázquez del Mercado, abogado, fue nombrado Ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, puesto al que renunció en protesta contra el Presidente de México por no respetar un amparo.
Vicente Lombardo Toledano, fue líder obrero, primer secretario de la CTM, fundador del Partido Popular Socialista, abogado y doctor en filosofía, diputado en varias ocasiones, y fundador de la Universidad Obrera de México.
Teófilo Olea y Leyva, gran jurista, doctor en filosofía, miembro de la Suprema Corte de Justicia, Miembro del Supremo Tribunal Militar, miembro de la Academia Nacional de Ciencias Penales y de la de Jurisprudencia.
Jesús Moreno Baca, abogado, juez, ayudó a resolver casos criminales muy importantes de su época, murió de 32 años.
Manuel Gómez Morín, a quién casi todos conocen como fundador del Partido Acción Nacional, fue además el rector de la UNAM que logró su autonomía, fue consejero del Banco de México y renunció a su cargo por no estar de acuerdo con una decisión del consejo que faltaba a la ética, fundó la Escuela Bancaria y Comercial, además de varias leyes e instituciones.
Urge que algunos estudiantes de hoy decidan ser como los “siete sabios” y actuar como los mexicanos que hace un siglo decidieron hacer algo más que ir a la escuela; ellos se formaron y respondieron en un momento de cambio en el país, enfrentándose a los hombres del poder y colaborando en la creación de instituciones. La revolución estaba en marcha y a pesar de que no era sencillo apostar por la cultura y a la creación de instituciones como opción de cambio, ellos lo hicieron.
El próximo año en México es un tiempo de definiciones sobre todo para la generación de jóvenes que elegirán al nuevo presidente, tienen la oportunidad de tomar el futuro en sus manos y construirlo a partir del compromiso y la solidaridad con los demás, asumir su formación de carácter y de conocimientos para poder enfrentar a quienes hoy hunden a la comunidad en la corrupción, la impunidad, la pobreza, y la falta de liderazgo político, cultural y académico. Es un tiempo “en revolución”, de cambios constantes, en el que nos toca vivir y en el que estamos llamados a dar lo mejor de nosotros para transformarlo, por lo que es importante tratar de entenderlo y actuar en consecuencia.