Ana María Ibarra
Como aportación para la comunidad diocesana, el Instituto Diocesano de Teología presentó el pasado 17 de marzo la conferencia “El Proceso de Nulidad Matrimonial, lo que todo católico debe saber”.
“Queremos que la gente crezca en una fe profunda y que los casados descubran cómo vivir un matrimonio verdaderamente católico, que en realidad sea una iglesia doméstica y en el futuro sean menos las parejas que busquen la nulidad matrimonial y así se beneficie no sólo a la Iglesia, sino a la sociedad”, expresó el padre Ramiro Rochín, director del IDT.
La conferencia se llevó a cabo en el aula magna Benjamín Cadena, que albergó más 150 personas que escucharon atentas al sacerdote canonista Julián Badillo.
El sacramento del matrimonio
En un primer momento, el padre Julián compartió que la importancia del matrimonio radica en que es un sacramento, y lamentó que este aspecto es ignorado por muchos católicos.
“El sacramento es una institución de Dios desde el principio, es la convivencia natural entre hombre y mujer, un vínculo considerado como sacramento”, expresó.
Añadió que como todo sacramento, el matrimonio es para expresar y fortalecer la fe de las personas mediante el cual se debe rendir culto a Dios y a través de él se da la santificación de los hombres.
“A través del sacramento, las parejas crean, corroboran y manifiestan la comunión eclesiástica, es decir, su participación en la Iglesia”, dijo.
Resaltó que los fines del matrimonio son: el bien de los cónyuges y la procreación y educación de la prole.
El sacerdote compartió con los asistentes los tipos de matrimonios que se llevan a cabo: Natural, entre no bautizados; canónico, entre dos bautizados católicos; mixto, entre un bautizado católico y un bautizado de otra religión; y dispar, entre un católico y un no bautizado.
Proceso de nulidad
En un segundo momento, el padre Julián explicó que la nulidad matrimonial existe desde que existe la Iglesia y se define como un acto inexistente.
En este caso, dijo, ningún ministro puede negar los sacramentos a quienes los soliciten, pero tienen la obligación de cuidar que los fieles se preparen y comprendan la importancia del sacramento y de la preparación.
“La declaración de nulidad es la afirmación de la Iglesia que demuestra que durante el matrimonio alguna circunstancia faltaba y el matrimonio no fue valido. El matrimonio puede ser nulo cuando falta el consentimiento de una de las partes, cuando no se consume el acto conyugal, cuando hay incapacidad para cumplir con las obligaciones del matrimonio”, explicó al ennumerar algunos motivos de nulidad.
Dijo que el proceso de nulidad es competencia del Tribunal Eclesiástico y solamente uno de los cónyuges, o los dos, pueden introducir la causa.
“Este proceso es menos difícil y menos doloroso que el divorcio civil y dura aproximadamente un año”, aclaró.
Añadió que existe también el proceso breve en el que el juez es el obispo.
“Para este proceso deben estar de acuerdo los dos, el motivo debe ser algo grave y evidente, y no hay necesidad de presentar testigos. Las dos partes presentan pruebas al obispo y dura lo que tarde en firmar el obispo”, finalizó el sacerdote.
Para saber…
El video de la conferencia se puede ver en la página del Instituto de Teología: idteologia.org