Ante la emergencia humanitaria que se presenta en la frontera oeste de México con Estados Unidos por la presencia de migrantes haitianos, la Diócesis de Ciudad Juárez se encuentra en la mejor disposición para recibir no sólo a los caribeños, sino también a los africanos que han llegado al sur del país.
Así lo compartió el padre Javier Calvillo, director de la Casa del Migrante y encargado de Pastoral de Movilidad Humana de la diócesis, quien reconoció las limitaciones que la Iglesia local tiene, pero resaltó que cuenta con el apoyo de la comunidad que siempre se muestra atenta a recibir y ayudar al hermano necesitado.
Juárez, una posibilidad
Así como Tijuana y las fronteras del sur viven la experiencia de ser punto de llegada de haitianos y africanos, respectivamente, Ciudad Juárez tiene la misma posibilidad de ser elegida por ambos grupos.
Ante ello el padre Javier dijo que sería un gran reto que le gustaría enfrentar.
“México siempre se ha catalogado como un país que acoge. No se diga si hablamos de Ciudad Juárez. Sería un gran reto pero a mí me gustaría que se diera la experiencia en nuestra ciudad”, dijo.
Realidad que supera
El sacerdote reconoció que tanto la Casa del Migrante como la Iglesia local, siempre se verán superadas por la realidad de la migración, pues aunque se cuenta con un albergue, comida y personal, el migrante necesita eso y mucho más.
“El migrante necesita una buena acogida, una buena dignidad, ayuda en lo espiritual, en lo humano… la Iglesia siempre ha reconocido que la migración es algo que nos va a superar en todos los aspectos. En esa actitud de sencillez, de humildad, hay que reconocer que no estamos preparados, no es fácil recibir ocho mil o 10 mil personas”, dijo el sacerdote.
Pero más que por la cantidad de personas que pudieran llegar a la ciudad, el padre Calvillo dijo que lo difícil radica en que se trata de personas con otro idioma y otra cultura, que vienen de un país donde hay mucha pobreza, hambre, de mucho sufrimiento y dolor.
“Aunque le podamos dar una cama y comida, ¿qué pasa con lo que traen adentro, con su experiencia?, Ahí es donde la Iglesia reconoce que no sólo es acoger y dar, sino atender todo lo que implica la persona. No estamos preparados para una experiencia así, sin embargo la diócesis, el obispo don José, reafirma y ofrece lo que tenemos”, afirmó.
Visión y apoyo
El entrevistado recordó la visión amplia que tuvo don Renato Ascencio, anterior obispo, quien al entregarle la Casa del Migrante le ofreció también la Casa de Ejercicios que se encuentra a un costado, ya que Juárez, como frontera, puede tener muchos impactos y ambos sitios podrían ayudar mucho.
“En ese aspecto, la Casa del Migrante con la casa de ejercicios nos ayudarían a hospedar cientos de personas. Hay otros lugares, gente de parroquias, párrocos que se han ofrecido para apoyar en caso de algo. Sería muy bonito poder acoger a estos hermanos y poder ayudar, en ese aspecto valoro mucho la visión de nuestros obispos”, dijo
Invitación
El padre Javier pidió a la comunidad estar atenta para poder acoger y recibir a estos hermanos, pero también poder orientarlos rumbo a la Casa del Migrante.
“Confío en mi ciudad, es una ciudad muy bella. No hay nada que puedan necesitar los migrantes cuando la gente está inmediatamente dispuesta, la gente de El Paso, Las Cruces. Sería muy bonito estar atentos, así como recibimos al Santo Padre, poder recibir a estos hermanos de Haití y de África. Sería una oportunidad para levantar la imagen de Ciudad Juárez”, finalizó.