Pbro. Eduardo Alfonso Hayen Cuarón/ Director de Presencia
Estamos viviendo, a través de los medios de comunicación, los horrores que sacuden el Medio Oriente y la amenaza a la paz mundial. Los atentados terroristas de Hamas a Israel han sido enérgicamente condenados, con toda razón, por muchos países. El contraataque del Estado judío en la Franja de Gaza ha sido tremendamente violento, acrecentando el número de muertos y los odios ancestrales que han marcado la historia de los dos pueblos.
Las cosas se complican con la intervención de Estados Unidos y el apoyo de Occidente, por una parte, y la amenaza de Irán con el apoyo de otros países árabes, por otra. ¿Hamas se volverá enemigo de Ucrania y aliado de Rusia? ¿Qué sucederá con los rehenes israelíes? En América se teme que Estados Unidos pueda sufrir ataques en su territorio por terroristas infiltrados a través de su frontera sur, o que estos actos se extiendan por Europa. Muchas cosas pueden acontecer.
Lo cierto es que en el panorama internacional reina una gran confusión y resulta muy difícil saber lo que realmente está ocurriendo. Los relatos simplistas de «los buenos contra los malos», que unos y otros quieren imponer a través de sus medios de comunicación en la sociedad civil de sus países, nos vuelven miopes y no contribuyen para entender mejor el panorama. Es necesario leer e investigar mucho para tener una visión más objetiva de las cosas.
Los católicos, ante esta situación en la que la paz mundial pende de un hilo, más que dejarnos llevar por los sentimientos de ira que las narrativas políticas quieren desatar en nosotros cuando nos muestran las imágenes más salvajes y brutales de la injusticia, hemos de intensificar nuestra oración, sacrificios y ayuno para que en el panorama internacional reine la cordura y el diálogo, y se evite una guerra de consecuencias incalculables.
Así como es absurdo apoyar el fanatismo religioso y terrorista del islam que quiere destruir Occidente –que para ellos es visto como el imperio de Satanás–, también es absurdo el fanatismo ateo occidental y su visión ideologizada del hombre y de la vida, que busca su expansión por la vía de la carrera armamentista. Ambas visiones amenazan seriamente la paz.
Ocasión para rezar
La Iglesia Católica afirma en su Doctrina Social que la paz no es la mera ausencia de la guerra, ni se reduce al solo equilibrio de las fuerzas adversarias, ni surge de una hegemonía despótica, sino que con toda exactitud y propiedad se llama obra de la justicia» (Gaudium et spes 78). Es necesario que la paz inicie en nuestras conciencias por la conversión personal, y poco a poco pueda extenderse hacia las instituciones. Tengamos confianza en Dios.
Los católicos hemos de custodiar esos momentos preciosos de oración personal e intensificarlos; recurramos con más frecuencia a la adoración al Santísimo y al rezo del santo Rosario. Hoy que la paz mundial se ve tan amenazada, recordemos que podemos contar con la ayuda de Dios Padre que nos cuida, sobre todo cuando recurrimos a Él; y con la poderosa intercesión de la Virgen María, Reina de la paz.
En Ciudad Juárez tendremos una maravillosa ocasión de reunirnos a orar por la paz en el gran evento del Rosario Viviente, el próximo sábado 28 de octubre en el estadio universitario. Nuestra Señora vele por nosotros y bendiga al mundo.