Gabriel Sánchez Soledad/Unión Social de Empresarios de México
La regla de San Benito, escrita en el siglo sexto, es un conjunto de preceptos destinados a organizar la vida monástica de las comunidades cristianas. Esta regla es una guía muy espiritual, pero también es muy práctica.
Esta regla ha influenciado a la cultura y la espiritualidad cristiana en lo general, y por ende, la empresa de hoy se puede seguir beneficiando mucho de ella.
Aquí podemos reflexionar en seis aspectos destacados en que la regla de San Benito puede ser aplicada dentro de la gestión empresarial.
1.Podemos ver que la regla de San Benito promueve la dignidad humana a través del respeto y la dignidad de las personas. En la empresa se debe de promover que los jefes sean ejemplo de respeto hacia todas las personas alrededor de ella, pero también se debe de observar la obediencia de los colaboradores hacia sus jefes. Se debe de reconocer a la persona de Cristo en cada persona de la empresa, como imagen y semejanza de Dios. De esta semejanza con Dios que tenemos, se deriva que tenemos derechos humanos fundamentales.
- La regla San Benito introduce el concepto Ora et labora– Reza y trabaja, subrayando el trabajo espiritual, pero también el manual. El trabajo manual también es una manera de colaborar con Dios en la Creación y servir a todas las personas, pero tenemos que insistir en condiciones laborales justas y en la dignidad del trabajador, así también como en un clima de mercado pro-empresarial por la sociedad y por el gobierno.
- La regla San Benito fomenta también una vida comunitaria basada en la solidaridad, donde las personas en una empresa “deben de ser como si fueran una sola persona» apoyándose mutuamente. Podemos agregar también la necesidad de vivir la subsidiariedad en la empresa, que es dejar que las personas sean lo más autónomas posibles, pero siempre consultando adecuadamente a sus superiores en las decisiones donde todavía no tienen autonomía. También las personas dentro de una empresa se deben de apoyar mutuamente trabajando en equipo, teniendo un trabajo interdependiente impulsado entre individuos y con otras comunidades.
- Otro aspecto que también promueve la regla, es la justicia dentro de la comunidad a través de la justa distribución de recursos y atención a las necesidades individuales. La justicia social es un pilar en la empresa, que debe buscar los recursos y/u oportunidades para que se distribuyan de acuerdo al bien común, beneficiando a todas las personas a las que impacta la empresa, como colaboradores, clientes, proveedores, gobierno, accionistas, competencia, comunidad y generaciones futuras (sobre todo en lo que se refiere al medio ambiente y su cuidado).
- San Benito también enseña sobre la hospitalidad y el cuidado de los pobres y visitantes. La Iglesia nos enseña la opción preferencial por los pobres y la empresa también debe de tener una visión comunitaria, trabajando con energía en sus proyectos empresariales para generar empleos y erradicar la pobreza en la sociedad. De ahí la importancia de defender a las empresas para que generen muchos empleos y de calidad. El dinero del gobierno proviene del pago de impuestos, si queremos que el gobierno tenga muchos recursos, en coherencia debemos de apoyar mucho a nuestras empresas para que generen muchas utilidades y paguen sus impuestos justos.
- Finalmente podemos mencionar la regla de San Benito alusiva a fomentar el desarrollo integral de las personas en paz y en orden; la empresa debe de buscar ese ambiente de paz y respeto para todas las personas o comunidades que interactúan con ella, para que disfruten de esta maravillosa herramienta moderna que promueve y genera bien común.