Aunque el sistema educativo Montessori es caro, hoy también puede ser accesible a niños de zonas marginadas, como ocurre en Ciudad Juárez gracias a este proyecto que atiende la inquietud del Papa Francisco en su intención de oración de Enero 2023
Diana Adriano
La Red Mundial de Oración del Papa dio a conocer la intención de oración que Francisco ha propuesto para el mes de enero de 2023, la cual va dirigida “por los educadores”.
Ante la invitación del Papa Francisco a orar para que los educadores “ayuden especialmente a los jóvenes y niños más vulnerables, y sean testigos creíbles”, Periódico Presencia entrevistó a la señora Regina Fernández, quien creó una escuela del sistema Montessori dirigida a niños de la Colonia Fronteriza Baja, la cual se destaca por su alto índice de violencia y vulnerabilidad en Ciudad Juárez.
Regina compartió cómo a lo largo de 17 años ha llevado la educación Montessori a este sector, donde los niños difícilmente tendrían acceso a un esquema educativo diferente al público.
“Dios tiene sus planes y los va preparando con mucho tiempo, así lo hizo conmigo, ya que fue preparando el camino para hacerme ver que la educación Montessori no solo debe de ser para niños privilegiados”, indicó la entrevistada.
Inicio del caminar
Regina compartió que fue en 1984 cuando inició como catequista del Buen Pastor, en la parroquia La Sagrada Familia. Ahí comenzó a relacionarse con el Método Montessori, una propuesta pedagógica, basada en la observación científica de niños y niñas, sus diversas fases de desarrollo a lo largo de la vida, sus potencialidades, sus intereses y sus capacidades.
“Motivada por mi papá y por mi pasión a la catequesis y a este método, cuando se abre la primera escuela de entrenamiento Montessori en la ciudad, yo soy la primera en inscribirse. A través de este método me daba cuenta cómo mi hijo, a pesar de que tenía un déficit de atención, nunca se sentía mal en una escuela que contaba con el método, le daban su lugar preparándolo para la vida y logrando su propia misión”, señaló Regina.
Tiempo después de ser capacitada, a Regina la invitaron a formar parte del proyecto de la Guardería Dominique en el 2001, junto a las Madres Dominicas, en el que capacitó a las religiosas como guías para implementar de manera correcta el método Montessori dentro de la institución.
“Yo terminé mi compromiso con las madres en el 2005, pero seguí motivada y decidí continuar con mi catequesis en el Buen Pastor. Pero Dios se vale de muchos medios y un día recibí una llamada para hacerme cargo de una escuela que abrió en el 2004.
Me habló uno de los fundadores y me dijo que fuera a ver la escuela, pero al llegar me entristecí. Todas las instalaciones estaban en malas condiciones, y me preguntaron sobre qué me pareció, y les dije que muy feo, porque al menos esperaba una escuela digna”, recordó.
Después de un tiempo de oración, Regina se convirtió en fundadora del Colegio San Juan Pablo II- Montessori Poniente en agosto del 2005, la escuela ubicada en la colonia Fronteriza Baja.
Educación a los vulnerables
Hoy, gracias a la ayuda de Regina y de muchos colaboradores, el colegio lleva 17 años transformando la realidad de muchos pequeños de bajos recursos, con un método que, en su mayoría, se usa en instituciones de educación privada.
“Han pasado muchos niños por aquí, y estamos muy contentos por ello. Siempre he tenido el pensamiento de que si trabajamos en la buena educación, podemos pensar en tener una mejor comunidad y mejorar como país”
Y lo hemos visto reflejado, ya que esto ha transformado la comunidad, siendo un ‘oasis’ dentro de estas colonias que tienen muchas carencias”, indicó la entrevistada.
Regina expuso que los estudiantes que ingresan a este colegio solo pagan una cantidad de 120 pesos al mes.
Y tanto ha sido el éxito, que por el momento trabajan a su máxima capacidad y tienen una una lista de espera.
“En la actualidad los niños viven en un contexto terrible y tenemos que contrarrestar eso. Trabajamos para tener una escuela digna para ellos. Una escuela en la que se sientan felices, en la que a cada niño se le respete su dignidad y que se pueda desarrollar sin competencia”, agregó.
Educación basada en la paz
La fundadora explicó que este colegio cuenta con todos los permisos y certificación por parte de las autoridades educativas, por lo que reciben a niños desde un año y medio de edad, hasta los 12 años.
“Creemos firmemente que a través de la educación es como podemos mejorar este mundo, y una educación basada en la paz, por eso la importancia de educar desde la primera infancia. Para tener un impacto en los niños tenemos que comenzar desde los primeros años, por lo que hace cuatro años comenzamos con lo que llamamos ‘Comunidad Infantil’, con niños del año y medio hasta los tres y así podemos tener mayor impacto en ellos”, señaló Regina.
Destacó que todos los niños reciben una educación integral, en la que tienen libertad para desarrollarse y aprender a su ritmo.
“Me siento muy agradecida con Dios porque me deja ver que su plan se fue realizando desde el momento en el que dije que sí. Este es un proyecto de Dios que se ha valido de mí y de mucha gente para realizarlo”; concluyó.
Frase
“Me siento orgullosa de todos nuestros colaboradores y patrocinadores que nos han ayudado y que han creído en este proyecto, como un proyecto digno para mejorar la calidad de vida de los niños de esta zona de la ciudad”.
Regina Fernández, instructora Montessori