Diana Adriano
En un ambiente colmado de amor y alegría, cuarenta y nueve parejas unieron sus vidas ante Dios en la Catedral de Nuestra Señora de Guadalupe durante la celebración de “La Gran Boda”, una emotiva ceremonia organizada para brindar a parejas la oportunidad de recibir el sacramento del matrimonio y bendecir su unión en plenitud con la Iglesia.
La misa fue presidida por el obispo don José Guadalupe Torres Campos, quien acompañó a los novios en uno de los momentos más significativos de sus vidas, realizado en el lunes de la Octava de Pascua. (21 de abril).
Concelebraron la Gran Boda el padre Eduardo Hayen, párroco de la Catedral, y el padre Arturo Martínez, vicario.
Caminaron al altar
A medida que caía la tarde, el corazón del centro de Ciudad Juárez comenzó a latir con más fuerza. Las campanas de la Catedral repicaron para anunciar el preludio de la celebración y marcaron un momento sagrado para quienes esperaban con emoción su entrada al templo.
Tomados los novios de la mano, las parejas comenzaron a ingresar al recinto caminando al compás de la marcha nupcial. Las mujeres, vestidas de blanco, llevaban el rostro iluminado por la ilusión; los hombres, de traje formal, compartían sonrisas con sus familiares, quienes los acompañaron emocionados.
Fuerza del amor
En la homilía, el obispo celebró la fuerza del amor de Dios.
“El matrimonio es hacer presente el Misterio Pascual: Cristo, esposo; la Iglesia, esposa. Por eso el matrimonio es sagrado, es una vocación que santifica a los esposos”, expresó con voz firme.
Recordó a los asistentes que el matrimonio no solo es una ceremonia, sino un llamado a vivir en comunión, a caminar juntos en la fe, a formar hogares llenos de luz y esperanza.
“Cristo se hace presente hoy, Cristo bendice su matrimonio, su amor. Estamos contentos porque ustedes han venido preparados, con alegría para recibir esta bendición”, añadió.
Algunos de los contrayentes también recibieron por primera vez la Comunión, completando así una jornada de plenitud espiritual.
El obispo invitó a los nuevos matrimonios a mantener viva la llama de la oración dentro del hogar, como fuente de vida y fortaleza.
“Oren en familia, el Cristo resucitado los santifica. Sean testigos de Dios y pregoneros de la esperanza que no defrauda”, expresó.
Los anillos y las arras fueron bendecidos y compartidos entre los novios, y luego las parejas fueron unidas mediante el lazo, signo colocado por los respectivos padrinos como señal de amor sin fin.
En Frases…
Siempre supimos que queríamos casarnos por la Iglesia, y hoy, por fin, lo logramos. Es como volver a decirnos ‘sí’ con el corazón lleno de fe.
Daisy Violeta y David Trejo /15 años juntos
Nunca es tarde para recibir el sacramento. Nuestro amor ha sido fiel, y hoy, con esta misa, sentimos que Dios nos abraza.
Leticia y Víctor Chávez/ 52 años juntos
Durante estos años hemos aprendido que el amor se construye con paciencia y fe. Hoy sentimos que nuestro hogar se fortalece aún más.
Juliana Araceli y Eliseo Ángeles/15 años juntos