Se une iglesia diocesana a marcha por el Día Internacional de las Víctimas de Desaparición Forzada…
Ana María Ibarra
Con una cifra de 3 mil 826 personas desparecidas, de las cuales mil 152 son de Ciudad Juárez y de El Valle, familias de víctimas de desaparición forzada marcharon en silencio el pasado 30 de agosto, Día Internacional de las Víctimas de Desaparición Forzada, fecha que, según el reclamo de las madres de familia, no debería existir.
A esta marcha se sumaron en solidaridad organizaciones y miembros de la Iglesia Diocesana.
“Sangre de mi sangre”, fue la dramática frase que encabezó la marcha silenciosa, la cual dejaba a su paso el son estremecedor de un tambor.
En solidaridad, haciendo propio el dolor ajeno, la Iglesia diocesana se hizo presente con la participación de sacerdotes, religiosas y seminaristas, quienes caminaron y portaron algunas mantas y carteles.
Con los rostros de sus hijos e hijas desaparecidos impresos en sus camisetas y en las mantas, los padres y madres caminaron por la Avenida 16 de Septiembre, desde Catedral hasta el Parque Borunda.
En su trayecto, los marchistas percibieron en los automovilistas y transeúntes la antipatía y desconcierto, pero también lograron ver rostros de solidaridad y apoyo.
Protesta necesaria
Al llegar al Parque Borunda, donde se encuentra el Memorial de Personas Desaparecidas, Daniel Alejandro Durán, del Centro de Derechos Humanos Paso del Norte, agradeció la presencia solidaria de quienes los acompañaron.
Enseguida, se leyó el Comunicado que las organizaciones y colectivos: Centro de Derechos Humanos Paso del Norte A.C., Centro para el Desarrollo Integral de la Mujer A.C, Familias Unidas por la Verdad y la Justicia, Madres de Fe, Madres y Familiares Unidos por Nuestras Hijas, Red Mesa de Mujeres de Ciudad Juárez, A.C. y el Servicio Jesuita a Refugiados México, firmaron solidarizándose para exigir y actuar a favor de las personas desaparecidas.
“Hoy día Internacional de las víctimas de Desapariciones Forzadas protestamos por la investigación deficiente de toda clase de desapariciones. Ninguna familia debe sufrir la ausencia involuntaria de ningún miembro de su familia. Ninguna Madre, Padre o familiar debería sufrir la desaparición de un ser amado”, dice el comunicado.
Los manifestantes presentaron también la exigencia para que las investigaciones se realicen de acuerdo a los protocolos, con búsquedas eficientes e integrales, y se atienda de manera urgente la crisis de identificación forense.
¡Nadie debe desaparecer!
Después de la lectura al comunicado, algunas madres y padres de familia tomaron la palabra para compartir su testimonio de lucha y dolor ante la desaparición de sus hijas e hijos.
Con la voz quebrantada coincidieron que el Día Internacional de Desapariciones Forzadas no debería de existir.
“Ningún niño, ninguna niña, ningún joven, ninguna joven, debe desaparecer”, señaló una madre de familia que lleva más de 10 años con el dolor de no saber de su ser querido.
Apoyar con tejido
Antes de concluir el evento, se mostró una malla tejida con rafia roja la cual significa una mancha de sangre. El propósito es cubrir el Zócalo de la CDMX con un tejido enorme, por lo que se invitó a los asistentes a tejer en sus casas, comunidades o colectivos una malla de rafia roja misma que se irá agregando a la que se presentó.
Son 19 Estados de la República que están tejiendo como signo de solidaridad con los hijos e hijas desaparecidas o torturados.
Quienes deseen unirse a este signo pueden acudir el último domingo de cada mes en el memorial del Parque Borunda, al mediodía.